¿Sabes que casi un tercio de la población mundial compra por internet? Sin duda, tras la pandemia, el comercio electrónico ha seguido creciendo y se ha convertido en un aliado fundamental de las tiendas físicas. Y es que los hábitos de compra de los usuarios han cambiado, y ya son muchos los clientes que conocen las ventajas del comercio electrónico para realizar sus compras: ofertas, posibilidad de comparar, acceso a una gran variedad de productos y servicios o comodidad, entre otras.
El comercio electrónico ha abierto las puertas a un mercado más amplio y diversificado, algo que tiene un impacto positivo en el consumidor. Pero, ¿sabes qué tipos de negocios electrónicos existen o cuáles son las ventajas del comercio electrónico? Sigue leyendo y te lo contamos todo a continuación.
Antes de conocer las ventajas del comercio electrónico, es imprescindible tener claro en qué consiste este concepto.
El comercio electrónico, también conocido como e-commerce, se puede definir de manera sencilla como un negocio que se dedica a la venta de productos y servicios en Internet, ya sea a través de aplicaciones móviles, sitios web, etc. En este sentido, es posible que algunas empresas solo utilicen este canal online para vender sus productos o servicios, mientras que otras combinan esta modalidad con las tiendas físicas.
La venta en el comercio electrónico suele desarrollarse en varias fases que son las siguientes:
Búsqueda y descubrimiento del producto o servicio deseado en buscadores como Google, marketplaces, redes sociales o páginas web de marcas concretas o aplicaciones móviles.
Selección y decisión de compra del producto que mejor se ajusta a las necesidades.
Proceso de pago de los artículos que se han añadido al carrito de compra. Para ello, hay que ingresar la información de pago y envío, elegir el método de entrega y finalizar la compra.
Confirmación de la transacción. Al completar el proceso, los usuarios reciben un correo electrónico de confirmación de la compra.
Seguimiento y envío del producto. Es posible realizar un seguimiento del envío para saber cuándo llegará el pedido.
Recepción y posventa del producto. Una vez que el usuario ya tiene el producto, se inicia la fase de posventa, que incluye el servicio de atención al cliente, devoluciones u otro tipo de asistencia posterior a la compra.
Las ventajas del comercio electrónico han impulsado diferentes tipos de negocio, cada uno diseñado para atender unas necesidades específicas y en los que se establecen varias formas de interacción entre consumidores y usuarios en el entorno digital. De esta manera, los principales tipos de comercio electrónico son los siguientes:
B2C (Business to Customer): es el más habitual. Aquí, la empresa vende sus productos al consumidor final. Este es el caso, por ejemplo, de Netflix o Spotify.
B2B (Business to Business): una compañía vende sus productos y servicios a otras empresas, como es el caso de Salesforce o Slack.
B2G (Business to Government): es el caso de empresas que venden productos o servicios a gobiernos. Se trata de organizaciones que ofrecen servicios públicos, como de sanidad, educación o de recaudación de impuestos.
C2B (Customer to Business): son plataformas de profesionales (fotógrafos, redactores, diseñadores, etc.) que venden sus servicios a empresas. También, se aplica este modelo cuando se utiliza el marketing de influencers.
C2C (Customer to Customer): son plataformas en las que los propios usuarios venden productos a otros consumidores. Algunos ejemplos de este tipo de comercio electrónico son Vinted o Wallapop.
A continuación, te presentamos las ventajas del comercio electrónico en un mundo interconectado y en constante evolución tecnológica:
Favorece la internacionalización de un negocio. Cuando una empresa quiere entrar en el mercado internacional, una forma sencilla de hacerlo es a través del comercio electrónico, porque permite ampliar su mercado potencial. No obstante, para ello, es necesario estudiar el mercado de destino para averiguar si existen barreras legales, sociales, económicas, etc., dado que puede que el modelo de negocio electrónico se deba adaptar.
Tiene un alcance global. Esta es una de las principales ventajas del comercio electrónico. Y es que cualquier persona de cualquier parte del mundo puede comprar en una tienda online, ya que solo se necesita conexión a internet. De este modo, con un comercio electrónico, se puede acceder a clientes locales, nacionales e internacionales. Es más, incluso existen determinados productos que solo se pueden comprar en línea.
Permite diversificar el negocio. El negocio electrónico puede crecer y diversificarse, por ejemplo, a través de la venta de nuevos productos y servicios, o entrar en nuevos mercados de otros países (a través de la internacionalización), como hemos mencionado anteriormente.
Está disponible 24/7. Otra de las ventajas del comercio electrónico es que siempre está abierto, por lo que los clientes pueden comprar en cualquier momento del día. Esto significa que, por un lado, es necesario que haya un servicio de atención al cliente permanente y, por otro lado, que se realice un mantenimiento para que funcione de manera correcta todo el tiempo.
Reduce los costes. Un comercio electrónico no necesita mantener un espacio físico y, además, todo el proceso de compra está automatizado, de forma que el cliente está siempre informado de dónde está su pedido. Esto permite a las empresas ahorrar costes, agilizar procesos y optimizar recursos.
Personaliza la experiencia del cliente. Entre las ventajas del comercio electrónico, no podemos olvidar que la venta de productos o servicios en línea permite recopilar datos de valor para las empresas sobre sus clientes. Esos datos se pueden utilizar para optimizar las estrategias de marketing, personalizar la experiencia de cliente y aportar a cada cliente la solución que mejor se adapte a su problema o necesidad. Asimismo, es posible hacer ventas cruzadas. Por ejemplo, al buscar un abrigo en una tienda de ropa, se puede ofrecer al usuario unas botas u otro producto relacionado que pueda complementar su compra.
Fortalece la imagen de la marca. La presencia online de una empresa tiene diversas facetas: redes sociales, noticias en prensa y, por supuesto, la tienda online. Esto contribuye a reforzar su imagen y su oferta, así como la confianza y fidelidad del cliente.
Según el estudio La evolución de las DNVB hacia la omnicanalidad, cerca del 70% de las marcas nativas digitales tiene previsto abrir una tienda física. Al mismo tiempo, un informe de Google revela que el 82% de los consumidores recurre a sus dispositivos móviles para investigar productos antes de comprar en una tienda física. Este último dato, sin duda, manifiesta de forma clara las ventajas del comercio electrónico, ya que es la modalidad que aporta visibilidad del negocio en el entorno digital y permite llegar a un público más extenso.
Sin embargo, en la actualidad, se vuelve imprescindible apostar por una estrategia omnicanal que combine el mundo digital con el físico para aprovechar los beneficios de ambas modalidades y mantenerse competitivo en el mercado. Y es que el comercio, como sucede con otros ámbitos, es dinámico y está en constante evolución; de ahí la necesidad de disponer de los conocimientos y habilidades necesarias para explorar las estrategias más innovadoras, con el fin de adaptarse de manera ágil a las demandas cambiantes del mercado. Teniendo esto en cuenta, se vuelve crucial abrazar el cambio a través del aprendizaje continuo.
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