La tecnología es un poderoso aliado de las empresas. La transformación digital se ha convertido en un hito ineludible para que los negocios puedan sobrevivir en un entorno cada vez más globalizado y competitivo.
La transformación digital de empresas se puede entender como el proceso a través del cual las compañías incorporan la tecnología en todas sus áreas o en parte de ellas. Las empresas lo hacen con el objetivo de optimizar sus propios procesos, mejorar la eficiencia y ofrecer un valor añadido a sus clientes.
Digitalizar una empresa conlleva una serie de ventajas que la posicionan un escalón por encima de sus competidores en el mercado. Todos los procesos internos de producción se pueden optimizar con un uso inteligente de la tecnología.
Para ello, la utilización de bases de datos digitalizadas, por ejemplo, permite, controlar el stock disponible para hacer inventario y reponerlo. Además, llevar un control de las entradas y salidas de productos es muy útil a la hora de realizar nuevos pedidos, conocer los gustos de los clientes o eliminar del catálogo aquellos productos sin demanda.
Por otro lado, para las empresas dedicadas a los servicios, la utilización de herramientas informáticas conectadas a la red facilita el trabajo diario y permite asumir proyectos que, de otra forma, no serían viables.
El trato con el cliente también puede mejorar si se hace un uso adecuado de la tecnología. Para los consumidores, es mucho más sencillo ponerse en contacto con la empresa y, desde el punto de vista empresarial, se puede dar una respuesta más personalizada. Una empresa cuya presencia sea solamente física, tiene unos clientes potenciales finitos. Sin embargo, las empresas que tienen presencia en la red pueden ampliar exponencialmente sus clientes, ya que los pueden encontrar en cualquier parte del mundo sin necesidad de disponer de una oficina física, lo que reduce las inversiones.
En pleno siglo XXI, una empresa no digitalizada no existe en términos prácticos. A pesar de ello, son muchas las PYMES, tanto en España como en Latinoamérica, que no han incorporado procesos digitales a su actividad o no los han incorporado a muy alto nivel, lo que no les permite sacar el máximo provecho de las herramientas disponibles.
La falta de conocimiento, es uno de los principales motivos de estas empresas para no digitalizarse. De hecho, solo el 21,4 % de las PYMES españolas cuentan con formación específica en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), según la Cámara de Comercio de España. En Finlandia, por compararlo con un país del entorno europeo altamente digitalizado, esta cifra asciende hasta el 36,1 %.
Aunque puede parecer que la transformación digital de empresas es un cambio radical, se trata más bien de una evolución ordenada y paulatina dependiendo de los recursos disponibles, las necesidades de la empresa y el sector en el que esta se desarrolla. Hay cuatro aspectos fundamentales que tener en cuenta a la hora de digitalizar una empresa: tecnología, objetivos, cultura empresarial y experiencia del cliente.
Las empresas tendrán que adentrarse en un terreno desconocido para poder progresar y deberán dotar a los empleados de los recursos y conocimientos necesarios para abordar estos cambios. En este sentido, es fundamental la implicación total de todos los departamentos de la compañía, especialmente los puestos directivos, pues, en definitiva, son ellos los responsables de la implantación de estos cambios.
Entre los aspectos tecnológicos fundamentales para la transformación digital de empresas se encuentra el cloud computing, que facilita el acceso a la información ubicada en una nube a la que todos los empleados tienen acceso. Asimismo, mediante el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y el machine learning, es posible implementar un software que aprenda de los eventos pasados y optimice la gestión de los procesos futuros.
Contar con expertos en las diferentes áreas implicadas en la transformación digital de empresas es clave para su progreso y para el propio éxito de estas estrategias.
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