“Si todos avanzamos juntos, el éxito llegará solo”. Henry Ford, fundador de Ford Motor Company, plasma en esta cita la importancia de trabajar de forma conjunta para alcanzar los objetivos marcados en una empresa.
Y es que, a pesar de que organizar un equipo es un reto para cualquier compañía, la unión de las habilidades de cada persona permite construir un grupo de trabajo más productivo y eficiente, resolver los problemas en menor tiempo, escalar el negocio y construir una organización sólida. Y este es el objetivo de los tipos de rol.
¿Quieres saber cuáles son los tipos de rol en un entorno laboral? Te explicamos cuáles hay, según Belbin, y el papel que desempeña cada uno de ellos, con el fin de que los grupos de trabajo estén equilibrados y puedan ejecutar las tareas correspondientes que contribuyen a la consecución de las metas previstas.
Según el Diccionario de la Lengua Española (DLE), un rol es “un cargo o función que alguien o algo desempeña en alguna situación o en la vida”.
Si se traslada esta definición a un equipo de trabajo, los roles son aquellas funciones o habilidades específicas que realiza cada miembro de un grupo de personas en el entorno laboral, con el objetivo de garantizar la productividad y eficiencia. Todo esto conduce a la creación de equipos de alto rendimiento.
Sin embargo, para asignar un rol específico a cada miembro de manera que esto permita al grupo de trabajo funcionar como una única pieza, es esencial conocer las fortalezas y debilidades de cada persona. De este modo, no solo se percibe una motivación superior al ejecutar las tareas, sino que cada miembro puede extraer su máximo potencial y ofrecer nuevos conocimientos al proyecto.
Esta metodología aporta numerosos beneficios, como mejorar la comprensión y el fortalecimiento de la propia identidad de la empresa. No obstante, comprender los tipos de rol también contribuye a:
Tal y como dijo el doctor R. Meredith Belbin: “Lo que verdaderamente se necesita no son personas equilibradas de forma individual, sino personas que se equilibren entre ellas”.
Raymond Belbin desarrolló el método de “Roles de Equipo”, el cual divulgó en su libro Gestión de Equipos en 1981. Según el doctor, existen 9 tipos de rol en un equipo, basados en los atributos del comportamiento de cada miembro. Todos estos roles se engloban en tres grandes categorías:
Dentro de esta sección se encuentran las personas orientadas al logro. Por norma general, poseen las capacidades y aptitudes necesarias para realizar cualquier tipo de tarea. Por tanto, desempeñan un papel fundamental en la finalización de la actividad que implica el logro marcado.
En este tipo de rol, encontramos tres figuras:
El impulsor se orienta a la consecución de objetivos. Para ello, dirige a los grupos de trabajo y extrae las mejores capacidades de cada persona con iniciativas variadas que impulsen a relucir lo mejor de sí mismas.
Asimismo, tiene las habilidades sociales necesarias para negociar ante debates surgidos sin tomar decisiones precipitadas que desvíen al personal de los objetivos establecidos. Además, son personas competitivas y no tienen problemas en trabajar bajo presión.
En realidad, poseen una motivación innata; son líderes naturales de respuesta directa frente a cualquier situación complicada e inesperada. Por ello, es un integrante importante que influye en la motivación del resto de los miembros del grupo.
El tipo de rol implementador tiene un carácter práctico y posee las cualidades precisas para conducir las ideas de una manera sencilla hacia el propósito final. Es decir, las personas de este grupo comprenden la finalidad del objetivo marcado. Por esta razón, también son capaces de trasladarla al resto de integrantes a través de un lenguaje sencillo y entendible, de manera que se realicen las funciones de forma correcta.
Por otro lado, tienen aptitudes destacables como el compañerismo, la paciencia y la resiliencia. Y es que construir equipos resilientes es importante para saber cómo hay que gestionar los niveles de estrés o los cambios con el fin de mejorar el bienestar y la productividad laboral.
Por último, a pesar de que son roles de acción, también se consideran personas disciplinadas, ya que marcan rutinas laborales que ayudan a la consecución de los logros, y buscan la máxima eficiencia, evitando la mayor cantidad de errores posibles.
Los finalizadores conocen en profundidad los procesos y las metodologías empleadas, de manera que saben identificar los problemas y buscar soluciones rápidas y eficientes. Además, son personas meticulosas y perfeccionistas que intentan indagar hasta en el más mínimo error para verificar que se cumplen todos los pasos de la ruta establecida en primera instancia.
Aunque se consideren más introvertidas, este tipo de rol tiene una funcionalidad importante dentro de la empresa, ya que se trata de la vía de empuje del resto del equipo a hacer trabajos con la mayor calidad posible.
En este sentido, seguro que te resultan familiares los puestos de editores, especialistas de calidad o los asistentes técnicos de una compañía. Estos perfiles son ejemplos del rol finalizador.
Esta categoría destaca, en especial, por sus habilidades sociales. Los roles sociales tienen la responsabilidad de organizar y dirigir los equipos de trabajo y, gracias a sus sólidas capacidades comunicativas, ofrecen la ayuda o el respaldo necesario al resto de integrantes del grupo de trabajo.
Hay tres tipos de roles dentro de esta categoría:
Este rol se caracteriza por su sociabilidad. El positivismo es una cualidad inherente en estos perfiles y esto les ayuda a crear más relaciones, sin apenas esfuerzo, con personas ajenas al entorno laboral de la compañía.
Su función principal es evitar que los miembros del equipo se estanquen en un área determinada de la ruta marcada. Por este mismo motivo, estas personas están preparadas para buscar de manera constante nuevas oportunidades para la compañía, como, por ejemplo, la posibilidad de entrar en mercados potenciales o ampliar las líneas de negocio.
Por tanto, gracias a la recolección de datos, los contactos que hacen, los investigadores de recursos son capaces de detectar oportunidades competitivas con rapidez. Son personas persuasivas, saben escuchar y filtrar la información importante.
El rol cohesionador tiene una personalidad extrovertida. Por otro lado, practica la inteligencia emocional, es decir, son personas sensibles que transmiten buenos valores e influyen de manera positiva en el equipo. Por ejemplo, impiden los conflictos en el ámbito laboral a toda costa.
Tienen un papel fundamental en el desempeño de las actividades diarias para que fluyan con tranquilidad. Y esto es por su capacidad de saber escuchar a los demás y armonizar los enfrentamientos. A su vez, esto les permite adaptarse a los cambios que se produzcan en el entorno.
Sin ir más lejos, si a algún miembro del equipo le surge un imprevisto profesional o personal, el cohesionador es el primero que se encarga de brindar ayuda para cumplir con los plazos establecidos de una tarea.
Como en el caso anterior, el coordinador también es un integrante del equipo con facilidades comunicativas. Promueven la colaboración y su motivación la trasladan al resto de su entorno para alcanzar los propósitos marcados.
Por último, los roles mentales cuentan con habilidades estratégicas y conforman perfiles que no se rigen por pautas estrictas, sino que son innovadores y aplican la creatividad en su trabajo. En este sentido, son una pieza esencial a la hora de crear un plan organizacional.
Podemos diferenciar tres tipos de roles en esta categoría:
Las personas creativas suelen desempeñar este tipo de rol. Este perfil trabaja con lluvias de ideas y ayuda a equilibrar el grupo mediante propuestas diversas y originales que resuelven situaciones corrientes. No obstante, como prefieren afianzar sus planteamientos antes de compartirlos, suelen trabajar solos y en estructuras horizontales, donde no existe una jerarquía tradicional y tienen espacio para su creatividad.
Además, tienen un gran potencial para generar nuevos retos, pero también dan soluciones más eficientes, maximizando los recursos disponibles. Esto, a su vez, afecta de forma positiva en la productividad y, en consecuencia, la experiencia del cliente final mejora.
¿Qué perfil profesional destaca dentro de este rol? Por ejemplo, los diseñadores de producto son perfectos candidatos.
Los aspectos claves que destacan dentro del rol monitor evaluador son la imparcialidad y el análisis. Por ello, se basa en la racionalidad y deja las emociones a un lado, evaluando si las ideas llevadas a cabo son viables. A partir de aquí, elabora las medidas adecuadas para que se cumplan las propuestas realizadas con base en la experiencia, los resultados y elecciones lógicas.
Su papel es fundamental para valorar el grado de eficiencia de los procedimientos laborales. Es más, sus cualidades se aprovechan mejor en proyectos que necesitan un plan estratégico y conocimientos avanzados.
Los especialistas poseen aptitudes específicas, por lo que suelen dominar un sector o campo en profundidad y aportan al equipo todo su conocimiento sobre un tema en concreto. Son personas independientes, curiosas y disfrutan de su trabajo manteniéndose al tanto de las últimas tendencias del sector.
Este un rol imprescindible en el entorno laboral, ya que sus funciones son fundamentales para el buen funcionamiento del proyecto.
Definir los tipos de rol en un equipo de trabajo ayuda a conseguir los objetivos establecidos; de ahí la importancia de saber identificar las fortalezas de cada persona para crear un entorno laboral equilibrado y eficiente, donde exista una buena comunicación, estrategia y unión que mantenga la motivación hacia una evolución continua como grupo.
Esto mismo es lo que ha encontrado Ella Chalfon, gerente de dirección especializada en sostenibilidad financiera, en la comunidad de mujeres de Santander SW50. De hecho, Ella asegura que la comunidad de mujeres de W50 está formada por profesionales con trasfondos, roles y habilidades muy diversas.
“Teníamos el sector de la caridad y roles muy diferentes. Fue una especie de polinización cruzada de ideas.”
Ella Chalfon.El programa de Santander SW50, tiene el propósito de impulsar, empoderar y promover el talento femenino para lograr un liderazgo inclusivo en las C-Suite. Gracias a esta capacitación, mujeres que estén ejerciendo puestos de alta dirección y que aspiren a formar parte de Consejos de Administración pueden descubrir y pulir su propio estilo de liderazgo personal a través de conferencias altamente interactivas, entrenamiento individual y discusiones inmersivas con compañeros y profesores y expertos de la prestigiosa London School of Economics and Political Science (LSE).
“Las 45 mujeres con las que estudié fueron increíbles. Eran inspiradoras y fue un grupo muy diverso.”
Ella Chalfon.¿Quieres, como Ella, vivir esta inigualable experiencia de formar parte de esta comunidad de mujeres líderes y adquirir habilidades y conocimientos a partir de la experiencia de un grupo de mujeres diversas y que desempeñan distintos tipos de rol?
“Es una muy buena oportunidad para invertir en ti misma y de que alguien invierta en ti. En este caso, de que el Banco Santander co-invierta en ti.”
Ella Chalfon.Con el objetivo de impulsar, empoderar y promover el talento femenino para alcanzar la igualdad efectiva, Banco Santander, lanza una nueva edición del Curso Santander | SW50 2025, dirigido a 50 mujeres con cargos de alta dirección.
Este año, este programa de liderazgo femenino toma impulso con ediciones locales en 11 países (Alemania, Argentina, Brasil, Chile, EE.UU., España, México, Polonia, Portugal, Reino Unido y Uruguay) para encontrar a las 50 mejores directivas de cada uno de estos países, un total de 550 mujeres líderes.
Las 50 mujeres con más votos de cada país serán las ganadoras de su edición local y pasarán a formar parte de una excepcional comunidad de mujeres líderes de todo el mundo. Accederán a un curso online sobre liderazgo femenino, impartido por London School of Economics and Political Science (LSE), y, además, tendrán la oportunidad de asistir a un evento con el resto de ganadoras de su edición local.
De entre las 550 mujeres de SW50 locales, LSE escogerá a 50 finalistas para realizar el programa presencial en Londres. En este curso de SW50 global, impartido de forma presencial en el campus de Londres de la prestigiosa London School of Economics and Political Science (LSE), adquirirán las herramientas, estrategias y habilidades necesarias para trabajar y pulir su propio estilo de liderazgo.
Todo ello a través de conferencias interactivas, tutorías individuales y debates con expertos de primer nivel de LSE y el resto de compañeras. Además, recibirán sesiones de coaching individuales y grupales, y vivirán una experiencia de networking única.
El curso incluye el 100% del coste del programa formativo, así como la estancia en Londres durante las fechas del programa. No es necesario tener un título universitario ni ser cliente de Banco Santander.
¿Ocupas un puesto de alta dirección y quieres formar parte de una comunidad internacional de mujeres líderes? Si la respuesta es sí, inscríbete ya en el Curso Santander | SW50 2025.