Charles Darwin dijo que: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. En el entorno profesional y empresarial, sucede exactamente lo mismo: quien se adapta antes a una realidad cambiante es quien tiene más posibilidades de desarrollarse en el futuro.
No cabe duda de que la capacidad de innovar, adaptarse y liderar el cambio se ha convertido en un activo crítico para el éxito organizacional. Por ello, con este propósito, el 90% de las compañías está rediseñando sus organizaciones para ser más dinámicas, team-centric y conectadas, según el estudio Tendencias de Recursos Humanos. Reescribiendo las reglas para la era digital de Deloitte.
En este contexto, la teoría U se ha posicionado como una herramienta clave para transformar la manera en que las organizaciones y sus líderes abordan los desafíos actuales, con el objetivo de sobrevivir y prosperar en un entorno de constante cambio. En este artículo, te contamos en qué consiste la Teoría U, cuál es su origen y cómo puedes aplicarla.
La teoría U fue creada por Otto Sharmer, profesor de Massachusetts, en su libro Teoría U: liderar desde el futuro a medida que emerge al preguntarse qué podían hacer las empresas para realizar un proceso de transformación organizacional. El autor llegó a la conclusión de que, para afrontar los retos actuales, es necesaria una transformación profunda en la manera en que percibimos y comprendemos el mundo, tanto en el plano personal como colectivo, y no nos podemos estancar en el pasado.
De este modo, en lugar de apostar por la premisa de aprender del pasado, la teoría U emerge como un enfoque holístico que implica estar presente en el momento, hacer un ejercicio de introspección y conocimiento de la situación para innovar y crear nuevas estrategias que permitan un cambio cultural profundo.
Es decir, si una empresa se enfrenta a una crisis, esta debe alejarse de restaurar aquellas ideas o planes que la han ayudado a superar anteriores desafíos, ya que esto dificulta el desarrollo y bloquea el surgimiento de nuevas perspectivas. Como dijo Einstein: “los problemas no se pueden solucionar en el mismo nivel de conciencia en el que fueron creados”. En cambio, debe optar por un proceso de innovación que implique un cambio real en la organización, ya sea de comportamiento, de estilo de liderazgo o de procesos.
Se denomina teoría U porque utiliza una metáfora con la manera en que escribimos la letra U, dado que lo hacemos de izquierda a derecha, de forma que simulamos un recorrido de presente a futuro. Sin embargo, para dar ese paso, es necesario recorrer la base de la U, que supone bajar para tener la mente, la voluntad y el corazón abiertos al cambio a través del autoconocimiento. Solo así es posible emerger en una acción transformadora.
La teoría U se puede aplicar, tanto desde un punto de vista individual como empresarial, siguiendo siete pasos que son los siguientes:
Descargar. En el primer paso, cada persona toma conciencia de sus conocimientos y temores para, desde ahí, construir la base que permita iniciar el proyecto. El objetivo es hacer un análisis de las fortalezas y debilidades de cada persona para impulsar las primeras y complementar las segundas. Se habla de descargar porque la idea es deshacerse de viejos patrones y abrir los ojos.
Ver. En esta fase, se analiza el entorno del proyecto: se buscan datos y fuentes y se elaboran conclusiones. Es una visión que incluye también a las personas que forman parte del proyecto. La meta es observar y analizar todos los hechos y datos que contradicen nuestras creencias.
Empatizar. Dentro del proyecto, es necesario ponerse en el lugar de las otras personas y entender cómo piensan y por qué. Cómo decía Stephen R. Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva en relación con el hábito número 5, hay que buscar entender, para luego ser entendido. Es fundamental comprender cómo se relacionan las personas, qué acciones realizan y por qué.
Transformar. Una vez que se ha aprendido todo lo anterior, es necesario comenzar a innovar y crear. Este es el punto de inflexión del proceso de la teoría U. Y es que ya existe un punto de vista nuevo y se ven nuevas posibilidades.
Cristalizar. En esta fase, las personas del equipo reflexionan sobre el objetivo concreto del proyecto y se buscan soluciones reales, es decir, se ven las necesidades de los potenciales clientes y cómo los productos o servicios que analiza el proyecto pueden satisfacer esas necesidades.
Prototipar. En este punto, se crea un prototipo del proyecto para comprobar si funciona. Lo intangible se convierte en real, y se prueba el prototipo del producto y servicio para ver si, efectivamente, cubre las necesidades o resuelve los problemas de los potenciales clientes.
Desplegar. Se materializa el proyecto en realidad y se ejecuta la innovación. Es decir, el prototipo que se ha elaborado se transforma en un producto o servicio real que sale al mercado.
Repetir a lo largo del tiempo lo que se ha hecho en el pasado estanca a las organizaciones. El mercado y la sociedad se transforman cada vez más rápido, por lo que es necesario que las personas y las empresas se adapten de manera ágil a estos cambios. Aquí radica la clave de la teoría U, la cual consiste en dejar que emerja lo nuevo, que la creatividad vuele y que surjan ideas disruptivas.
De este modo, esta teoría aporta beneficios como los siguientes:
Genera nuevas alianzas con personas y organizaciones, al colaborar y crear conexiones más profundas entre las personas para buscar soluciones innovadoras.
Crea líderes transformadores que son efectivos en la gestión del cambio e inspiran a los equipos.
Promueve la autoconciencia, lo que posibilita que nos conectemos con nuestro yo interno y nos conozcamos a fondo.
Incita el pensamiento centrado en la innovación, en la creatividad y en el cambio, al explorar nuevas perspectivas para buscar soluciones no vistas previamente.
Contribuye a un impacto social positivo, ya que permite que las organizaciones aborden cuestiones sociales y comunitarias con un enfoque más empático y, por tanto, de manera más humana, consciente y efectiva.
Además, la teoría U se puede aplicar en diversos departamentos de una organización (recursos humanos, ventas, proyectos concretos, etc.) e, incluso, se pueden trazar varios caminos en U a la vez.
En definitiva, gracias a la teoría U, los profesionales pueden descubrir sus objetivos, tener una mayor conexión con lo que realmente les apasiona y comprender cómo aportar valor a las empresas en las que trabajan y a las comunidades en las que viven, convirtiéndose en líderes. Es un proceso de autodescubrimiento que requiere un viaje desde el interior de nosotros mismos hacia el exterior.
En este contexto, el conocimiento y la formación constante de las personas son esenciales para ser el motor que impulsa la transformación de las empresas y de la sociedad en entornos cada vez más volátiles e impredecibles.
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