En la actualidad, es habitual recibir constantes mensajes de distintos medios y entornos sobre la importancia de la comunicación. Saber comunicar de manera efectiva no es solamente importante, sino que ya se trata de una necesidad.
Además, en un entorno internacional y en una sociedad globalizada como la actual, debemos ser capaces de expresarnos en distintos idiomas, como en inglés.
A pesar de que el ser humano es un ser social y que, por lo tanto, tiene la necesidad de expresarse, no todo el mundo tiene las mismas capacidades. La buena noticia es que las habilidades se pueden aprender entrenando. La experiencia nos demuestra que tiene más peso la práctica que la capacidad innata.
Si recuerdas la primera vez que aprendiste una palabra en inglés y lo contrastas con el dominio actual del idioma, te darás cuenta de que es un proceso progresivo. Lo mismo ocurre con las habilidades, no podemos convertirnos en buenos comunicadores de un día a otro.
Según un estudio de Kantar, “Debido a la pandemia existen actualmente dos realidades latentes. La primera, la del aumento del comercio electrónico. La segunda, la necesidad de emprendedores y empresarios de presentar sus ideas y productos para que que generen las ventas que tanto esperan. Estas realidades tienen un aspecto en común: la necesidad de una comunicación diferenciada en canales digitales y la urgencia de superar el miedo a hablar en público, tanto en el idioma propio, como en otros.
¿Eres de quienes temen a hablar delante de otras personas? Este miedo es habitual en muchas personas. Las causas del miedo pueden ser varias, pero la que más frena a quienes lo tienen, es el miedo al ridículo. Exponerse ante otros implica poder recibir halagos y críticas. Solo la confianza en uno mismo y la preparación pueden aportar la seguridad necesaria para afrontarlo.
El miedo a hablar en público, sobre todo si es en un idioma no nativo no es más que una reacción natural cuando uno se ve obligado a abandonar su zona de confort. Por ello, los expertos recomiendan hablar en público con frecuencia en lugar de evitarlo. Si pones en práctica este consejo, ampliarás tu zona de confort y te abrirás a la zona de aprendizaje.
En palabras de Mónica Galán Bravo, autora del libro Método Bravo y coach experta en oratoria, que asesora y entrena a directivos y equipos de grandes empresas para mejorar su comunicación, “Buena parte de los miedos a la hora de hablar en público surgen porque no nos sentimos preparados. Eso hace que nos falte seguridad y nuestra mente genere ideas bloqueantes, como el conocido síndrome del impostor”. Se trata de un temor tan habitual que, desde la psicología, para los casos más extremos, se ha catalogado con el nombre de glosofobia.
Para combatir el miedo, existen varias técnicas eficaces para hablar en público. Debes distinguir tres momentos clave: el antes, el durante y el después.
En esta fase, concéntrate en la preparación, no solo del discurso, sino también de tu estado interno.
William Ury y Roger Fisher, fundadores del proyecto de negociación de Harvard, ya anunciaron que, en una negociación, una buena preparación previa garantiza el 80% del éxito. Con las intervenciones públicas, sucede algo similar.
Márcate un objetivo. No pierdas de vista el objetivo que quieres alcanzar mediante tu intervención. Pregúntate el para qué, el motivo.
Escribe el discurso. Escribir ayuda a organizar, sintetizar y retener la esencia de lo que quieres comunicar.
Relájate. Existen algunas técnicas de relajación que puedes practicar, cómo el mindfulness. Estar relajado antes de una intervención pública, siempre es beneficioso. Puedes escoger otras opciones, en función de tus gustos: yoga, estiramientos, practicar deporte, etc.
Llega el momento de subir a ese escenario, de presentar ese proyecto, de liderar esa reunión, de comunicar una decisión a tu equipo. La presión te persigue y piensas “No puedo fallar”.
En primer lugar, es importante que te quites esta idea de la cabeza. Recuerda que tienes un buen dominio de aquello sobre lo que vas a hablar; al fin y al cabo, es tu discurso. Si te olvidas de algo, cambias una palabra o te confundes puntualmente, los demás no tienen por qué darse cuenta si tu comunicación no verbal se mantiene coherente y estable.
Evidentemente, dependerá del público que tengas enfrente y del grado de conocimiento que tengan sobre la materia. No obstante, pensar en que no puedes equivocarte no te va a ayudar y solo aumentará el riesgo de que eso ocurra.
Los gestos, la mirada, la postura, entre otros, también comunican. De hecho, representan el 55% de la comunicación. Obsérvate a ti mismo, reconoce aquellas expresiones inconscientes y naturales, como alguna mueca, para corregirlas si fuera necesario.
El componente paraverbal, es decir, el volumen de la voz, el ritmo, las pausas, los silencios, el tono, etc., representa un 38% de la comunicación, y también debes adaptarlo al público y al espacio.
Otro de los pensamientos habituales en esta fase es “Me voy a quedar en blanco”. Una técnica eficaz para permanecer concentrado en el caso de que pierdas el hilo, es el anclaje. Se trata de una técnica de programación neurolingüística (PNL), para asociar un gesto a un estado emocional e inducirlo cuando lo necesites.
Por ejemplo, si necesitas calmarte, puedes asociarlo a un gesto poco habitual pero discreto, como juntar los dedos índice y pulgar. De este modo, evocarás una experiencia que te transmite el estado de calma que buscas.
Una vez finalizada tu intervención, debes analizar el resultado para extraer los aspectos positivos y los posibles aspectos que podrías mejorar.
Además de extraer tus propias conclusiones, resulta muy útil pedir feedback a otras personas para que te den un punto de vista externo. Por supuesto, es necesario implementar cambios para perfeccionar la técnica y lograr un mejor resultado en futuras ocasiones.
Ahora ya conoces algunas pautas para desarrollar la capacidad de hablar en público. De ti depende permanecer en la zona de confort o avanzar y dar el salto al siguiente nivel para mejorar tu competitividad laboral.
Recuerda que perder el miedo a hablar en público conlleva un proceso de aprendizaje y que los resultados no serán inmediatos. Sé paciente, constante y no olvides enfocarte en tu objetivo para no perder la motivación.
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