La gestión de stakeholders o grupos de interés se ha transformado en las últimas décadas en un elemento clave para el éxito de las empresas. Sin ir más lejos, Don Tapscott, director general de The Tapscott Group y experto en estrategia comercial, transformación organizacional y en el papel de la tecnología en los negocios, afirma que:
“En una era en la que todas las cosas y todo el mundo están conectados a través de redes de vidrio y aire, nadie —ninguna empresa, organización, agencia gubernamental o país— está aislado. Por ello, si se quiere crear valor para los accionistas, hay que hacer lo correcto con todos los grupos de interés. Y una cosa está clara: ninguna organización puede tener éxito en un mundo que falla.”
Por esta razón, resulta fundamental crear una estrategia que permita gestionar de manera adecuada las relaciones con los stakeholders que rodean a una empresa. ¿Quieres saber más sobre los stakeholders? A continuación, te contamos todo lo que debes saber.
El concepto de stakeholders fue acuñado por el filósofo y profesor de administración empresarial estadounidense Robert Edward. De hecho, en su libro Strategic Management: A Stakeholder Approach, publicado en 1984, definía el concepto de stakeholders o grupos de interés como “cualquier individuo u organización que, de alguna manera, es impactado por las acciones de determinada empresa”.
Asimismo, un grupo de investigadores de la Universidad Wharton, de Pennsylvania, en su teoría Gestión empresarial basada en los Stakeholders, orientada a la acción, sostiene que los stakeholders son “aquellos grupos o individuos que pueden influir sobre la consecución de los objetivos de una organización o verse afectados por ella”.
En definitiva, a partir de ambas definiciones, podemos establecer que los stakeholders o grupos de interés son aquellos actores que tienen algún tipo de relación con una empresa; de manera que cualquiera de las decisiones estratégicas de la compañía puede afectarles de forma directa o indirecta.
Por otro lado, no hay que confundir a los stakeholders con los shareholders, ya que estos últimos son los accionistas de una empresa. De esta manera, los shareholders son uno de los stakeholders o grupos de interés de una empresa, aunque no son los únicos, dado que existen más tipos de relaciones que también se clasifican como stakeholders y que, a su vez, tienen un efecto importante en el crecimiento y bienestar de una organización.
Lo cierto es que una empresa establece diferentes relaciones con cada uno de sus actores para garantizar el funcionamiento normal de la organización. Por tanto, teniendo esto en cuenta, existen diferentes tipos de stakeholders. En este sentido, se clasifican básicamente en dos grupos: stakeholders internos o externos y stakeholders primarios o secundarios.
En este grupo, los stakeholders se clasifican según la relación que tienen con la empresa. Por un lado, los stakeholders internos tienen una relación muy estrecha con la organización y forman parte de esta. Algunos de los stakeholders internos son los siguientes:
Por otro lado, los stakeholders externos son ajenos a la compañía y no forman parte de esta. Algunos de los más destacados son:
Además, los stakeholders pueden clasificarse también según la importancia o relevancia que tienen para el funcionamiento de una empresa.
Por un lado, los stakeholders primarios corresponden con figuras imprescindibles, ya que tienen una relación económica o de responsabilidad con la empresa porque, por lo general, forman parte de esta misma. Estos pueden ser:
Por otro lado, los stakeholders secundarios no mantienen ninguna relación económica o de responsabilidad con la empresa, pero se ven afectados por su actividad de manera indirecta. Algunos ejemplos son:
Las organizaciones deben identificar de forma consciente sus alianzas comerciales para así poder crear estrategias que permitan gestionarlas e impulsarlas. Para ello, es imprescindible realizar un análisis de stakeholders con el fin de identificarlos y clasificarlos.
En primer lugar, es fundamental preguntarse cuestiones como:
Con esto ya podrás evaluar cuál es el estado de la relación con los diferentes stakeholders: desde qué estrategia se está aplicando hasta si existe algún problema de comunicación o entendimiento.
En segundo lugar, hay que plasmar todo esto de una forma visual y práctica. Para ello, puedes utilizar lo que se conoce como un mapa de stakeholders. Se trata de una representación gráfica que permite clasificar a los grupos de interés de manera fácil, así como comprender cuáles son las relaciones más importantes.
Un ejemplo que puede resultar de gran ayuda es elaborar un mapa de stakeholders circular. En este, la empresa se sitúa en el centro de un círculo, mientras que los stakeholders se van colocando a su alrededor, según su relevancia. De esta manera, a medida que van perdiendo importancia, estos se van colocando cada vez más lejos del centro.
En la actualidad, nos encontramos en una sociedad hiperconectada y global, por lo que una empresa no puede tomar sus decisiones de forma independiente si de verdad quiere alcanzar el éxito. En este sentido, cuidar e impulsar las alianzas comerciales es la única manera de seguir creciendo y aumentando su presencia en el mercado. Por esta razón, resulta imprescindible que toda organización tenga en cuenta a los stakeholders a la hora de tomar decisiones, ya que cualquiera de sus acciones puede tener un impacto positivo o negativo en dichas relaciones.
Asimismo, la relación con los stakeholders puede fomentar cambios enfocados en la sostenibilidad y la transparencia, dos aspectos claves en el momento en el que vivimos. Por tanto, es fundamental involucrar a todos los grupos de interés, con el fin de empoderarlos y mejorar la confianza entre ambas entidades, ya que todo ello permite alcanzar un mejor desarrollo y compromiso.
Si tu pregunta ahora es cómo puedes crear relaciones duraderas y exitosas que te ayuden a alcanzar tus objetivos, lo cierto es que no hay una respuesta única. Sin embargo, uno de los aspectos claves es disponer de habilidades y conocimientos en distintas áreas de negocio, como la estrategia o las habilidades de comunicación y de negociación. Es por eso que el hecho de formarse de manera continua para desarrollarlas te permitirá afrontar mejor cualquier desafío que pueda presentarse con algún stakeholder.
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