¿Sabías que los modelos de movilidad en España suponen un coste económico equivalente al 2% de su producto interior bruto (PIB)? Según el informe Hacia un modelo sostenible de Distribución Urbana de Mercancías en España, desarrollado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), estas pérdidas son consecuencia de tres factores clave, como son el tiempo productivo perdido en atascos, el impacto medioambiental y la siniestralidad de tráfico. En total, y solo en este país, se pierden entre 15 y 25 mil millones al año en las carreteras.
Ante estos datos, que son extensibles a otros muchos países, el concepto de Smart Mobility se ha postulado como la única solución viable en el plano económico y medioambiental. Se trata de lo que denominamos como movilidad inteligente y está estrechamente relacionada con otro término, como es el de Smart City.
Aunque te puedan parecer conceptos futuristas, lo cierto es que ya comienzan a estar presentes en muchas ciudades y, teniendo en cuenta que, según Greenpeace, los automóviles ocupan en torno al 80% del espacio público en las calles, parece urgente apostar por esta idea. Por esta razón, si quieres aprender más sobre Smart Mobility, en este artículo, te damos toda la información acerca de sus principios, sus características y sus consecuencias en la lucha contra el cambio climático.
Cuando hablamos de Smart Mobility, nos estamos refiriendo a la evolución del concepto de transporte que a día de hoy se sigue manteniendo. Se trata de desarrollar un plan de movilidad inteligente, sostenible y eficiente, en el que la tecnología tiene mucho protagonismo. En este sentido, tanto los propios vehículos como las ciudades deben aprovechar aspectos como el big data o la energía eléctrica con el fin de alcanzar este objetivo.
No obstante, el factor más importante a la hora de llevar a cabo un cambio hacia la Smart Mobility es la determinación de las personas a estos efectos: tratar de utilizar más el transporte público, compartir vehículos personales, recurrir a otras alternativas como bicicletas o patinetes eléctricos, etc. Todo esto son acciones indispensables para contribuir a frenar de un modo individual y social el cambio climático.
Para entender el concepto de Smart Mobility, es importante entender algunos de los principios básicos que lo sustentan:
Existen algunos ejemplos que muestran cómo Smart Mobility ya es una realidad. De hecho, en algunas ciudades, como Londres y Helsinki, es un concepto que ya se lo toman muy en serio.
Por un lado, en la capital británica existe una iniciativa denominada GoDrive, que fue puesta en marcha por Ford y a la que se han adherido otras marcas, que ofrece un coche a los usuarios cada vez que lo necesitan y por el que deben pagar únicamente por los minutos que lo utilicen. Asimismo, también se ofrecen bicicletas inteligentes que, entre otras funciones, son capaces de avisar a emergencias en caso de sufrir algún accidente.
Por otra parte, Helsinki ha ido un paso más allá en el concepto y ofrece Mobility-as-a-service con el que los ciudadanos pueden escoger los medios de transporte más adecuados a su ruta, ya que todos están integrados en una sola aplicación. Se trata de un servicio que se ha logrado gracias a la unión de fuerzas de algunas instituciones públicas y empresas privadas.
Estas ciudades, como Londres o Helsinki, ya se han convertido en lo que podemos denominar como Smart City, es decir, ciudades inteligentes y sostenibles económica, social y medioambientalmente.
Consiste en un concepto que está relacionado con el de Smart Mobility y que engloba otros ámbitos, además de la movilidad. En cualquier caso, la inteligencia artificial, la tecnología, la eficiencia y la sostenibilidad siguen siendo los fundamentos sobre los que se asientan estas ciudades.
Y es que, teniendo en cuenta la previsión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que establece que, para el año 2030, la población que vive en las ciudades aumentará hasta un 60%, es realmente necesario aplicar una revolución en la movilidad, dado que las ciudades pasarán a convertirse en megaciudades. Sin embargo, para lograr este fin, resulta imprescindible reducir sus consecuencias actuales en el plano medioambiental, económico y social —más allá de los atascos, los accidentes y la tasa de mortalidad al volante.
Ante los problemas que plantean los sistemas de movilidad actuales, anteriormente, se ha optado por otras soluciones que han resultado contraproducentes, como la construcción de nuevas carreteras y el aumento de su capacidad —que se tradujo en un incremento del tráfico—, o el conocimiento de rutas alternativas a través de aplicaciones móviles —que colapsaba estas otras vías.
Por otro lado, y en cuanto al medioambiente, el modelo de Smart Mobility se presenta como la única alternativa de futuro con respecto a la movilidad sostenible. Los vehículos privados, alimentados por diésel o gasolina, se han convertido en el principal generador de emisiones de CO2 a la atmósfera, incrementando su contribución anual en un 3%, y por encima de la actividad de otros sectores, como el energético o el industrial.
Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asevera que un 99% de la población mundial respira aire insalubre, derivado de las emisiones generadas por los combustibles fósiles. Se trata de una contaminación que propicia desde la aparición de las ya conocidas dolencias respiratorias hasta una mayor transmisión de enfermedades asociadas a los mosquitos como consecuencia del calentamiento global.
Es por todo esto que se hace evidente la necesidad de impulsar el modelo de Smart Mobility, así como el crecimiento y la expansión de la Smart City, para lograr un desarrollo sostenible que garantice la supervivencia de la vida en el planeta.
¿Quieres reorientar tu carrera profesional hacia la sostenibilidad o ser parte activa en las iniciativas sostenibles de tu organización? Banco Santander lanza el Curso Santander | Skills for the Green Transition 2024, de la mano de Cambridge Judge Business School, con el que adquirirás las herramientas necesarias para convertirte en el motor de un futuro más limpio.
En este curso, 100% online y de seis semanas, alcanzarás una visión global de los problemas y retos medioambientales actuales, así como obtendrás las herramientas prácticas y desarrollarás tu propio plan de acción individual para generar soluciones en tu entorno profesional. Además, explorarás el impacto que tienen las iniciativas verdes en mercados y organizaciones, así como la forma en que las empresas están reaccionando a la presión medioambiental.
Al acabar, recibirás un certificado de finalización otorgado por Cambridge Judge Business School, institución líder a nivel mundial en investigación sobre cuestiones de sostenibilidad. Y, recuerda, los cursos no tienen coste para los beneficiarios y tampoco es necesario tener un título universitario ni ser cliente de Banco Santander.
¿Tienes más de 18 años y quieres trabajar por un futuro más limpio? Si quieres adquirir todos los conocimientos y las herramientas para contribuir a un desarrollo sostenible, inscríbete en el Curso Santander | Skills for the Green Transition 2024. ¡Aprovecha la oportunidad y comienza a generar soluciones para liderar el cambio!