En un mercado como el actual, no asumir riesgos financieros parece imposible. En este sentido, como señala Mark Zuckerberg: “El mayor riesgo que puedes tomar es no tomar ningún riesgo... En un mundo que está cambiando tan rápidamente, la única estrategia que te garantiza el fracaso es no tomar riesgos.”
Lo cierto es que los mercados financieros se enfrentan de manera constante a diversos riesgos financieros por varias fuerzas macroeconómicas. Por esta razón, resulta fundamental conocer los peligros y cómo protegerse. Si bien esto no eliminará el riesgo, dado que está ligado a la incertidumbre que se tiene sobre lo que pueda suceder en el futuro, sí que puede mitigar su daño y reducir las posibilidades de obtener un resultado negativo.
Cuando hablamos de riesgos financieros nos referimos a cualquier actividad empresarial que implica incertidumbre y que, por tanto, pueda ocasionar alguna consecuencia financiera negativa para la organización. Por tanto, esta situación puede provocar la pérdida de capital.
El riesgo financiero está ligado a la rentabilidad de una empresa. De esta manera, por ejemplo, cuanta más deuda tiene una compañía, mayor es el riesgo financiero potencial. Por este motivo, antes de llevar a cabo una inversión, es esencial calcular el riesgo que conlleva.
Los principales riesgos financieros son el riesgo de mercado, de crédito, de liquidez, operativo y de liquidez. A continuación, te proporcionamos más detalles de cada uno de ellos:
El riesgo de mercado surge cuando se producen pérdidas en el valor y la posición de un activo de una empresa a causa de la propia fluctuación del mercado. Es decir, este tipo de riesgo financiero se asocia, por lo general, a un cambio en los precios o en los patrones de consumo de los clientes.
De esta manera, se trata de un riesgo financiero que aparece a causa de las incertidumbres económicas propias del sistema financiero, las cuales pueden afectar tanto al desempeño de una empresa en concreto como a muchas de ellas.
Podemos encontrar varios tipos de riesgos de mercado:
Un ejemplo de riesgo de mercado sería el que podría encontrarse una empresa que se instala en un país con una gran inflación, ya que la empresa haría frente a una alta tasa de interés en sus movimientos.
El riesgo crediticio tiene que ver con la incapacidad de una de las partes para pagar la deuda de acuerdo con las obligaciones contractuales.
Un ejemplo de riesgo crediticio sería el que sufriría una empresa ante un impago, esto es, cuando uno de sus clientes no paga por su servicio y la compañía debe de hacer frente a una disminución del flujo de caja al asumir los gastos del servicio prestado. Asimismo, si el cliente no puede afrontar los pagos a tiempo, la empresa se verá en la obligación de realizar reclamaciones, perdiendo tiempo y dinero en el proceso.
El riesgo operativo tiene lugar cuando ocurren pérdidas financieras por una mala gestión, la falta de controles internos dentro de la propia empresa o de capacitación de los trabajadores, fallos tecnológicos o errores humanos que afectan la producción comercial o proporcionan resultados no deseados.
Este tipo de riesgo financiero es el que se da, por ejemplo, cuando se emplea un software que no está actualizado o, por el contrario, cuando no se proporciona la formación necesaria a los trabajadores para que estén al día de las novedades y de los cambios en los sistemas. En ambos casos, la empresa puede afrontar una serie de problemas, como caídas de los sistemas informáticos o ciberataques.
El riesgo de liquidez es la capacidad que se tiene para pagar las obligaciones financieras a corto plazo. Por tanto, toda organización debe asegurarse de tener suficiente flujo de efectivo para pagar sus deudas.
No obstante, hay que tener en cuenta que una empresa puede tener una cantidad significativa de capital, pero, al mismo tiempo, un alto riesgo de liquidez si no puede convertir esos activos en dinero para cubrir sus gastos a corto plazo.
Asumir riesgos es fundamental en los negocios, ya que es el motor de crecimiento y de rentabilidad. Es más, comprender la posibilidad del riesgo financiero puede conducir a una toma de decisiones comerciales o de inversión mejores y más informadas. Y es que los riesgos financieros, en sí mismos, no son ni buenos ni malos, sino que, según las circunstancias, presentan ciertas ventajas y desventajas.
Las principales ventajas de los riesgos financieros son las siguientes:
Sin embargo, los riesgos financieros también tienen muchas desventajas. Entre ellas, destacan las siguientes:
Una de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías es que cada vez es más fácil medir el riesgo financiero. De hecho, según Ben Fidlow, líder del equipo global de Core Analytics, el Departamento de Risk & Analytics de Willis Towers Watson, gracias al Big Data, la capacidad de cuantificación del riesgo a día de hoy es hasta 10 veces mayor. Además, según el Índice de Gini, las tecnologías de Big Data y Machine Learning habrían aumentado entre un 60% y un 90% la capacidad de detección de problemas de devolución de crédito.
Al margen de la gran ayuda que suponen los avances tecnológicos, existen otras formas de medir el riesgo financiero, las cuales consisten en la valoración de los siguientes elementos:
La gestión de riesgos en las finanzas es un elemento esencial para que cualquier empresa tenga éxito, ya que la ayuda a prepararse para aprovechar las oportunidades y a anticipar o prever aquellas situaciones que pueden provocarle pérdidas económicas.
Las principales actividades para gestionar el riesgo incluyen:
En este contexto, resulta esencial contar con un equipo de profesionales bien formados, esto es, que dispongan de las herramientas y los conocimientos necesarios, con el fin de que sean capaces de entender la gestión del riesgo y aplicar los principales mecanismos que permiten gestionar los riesgos financieros.
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