Reglas mnemotécnicas: ejemplos y trucos para entrenar tu memória y recordar mejor

13/10/2021 | Santander Universidades

¿Sabías que nuestro cerebro puede retener hasta siete informaciones diferentes al mismo tiempo, pero tan solo durante 20 segundos? Sin embargo, la memoria, al igual que otras muchas habilidades, se trabaja y se mejora. 

Teniendo todo esto en cuenta, ¿te has preguntado alguna vez por qué todavía te acuerdas de datos que aprendiste en el colegio y que jamás has vuelto a usar? Esto es gracias a las reglas mnemotécnicas: ejemplos de técnicas que probablemente habrás empleado una infinidad de veces sin saberlo. A continuación, te contamos con detalle para qué sirven las reglas mnemotécnicas, dónde aplicarlas y cómo puedes usarlas.

¿Qué son las reglas mnemotécnicas?

El término “mnemotecnia” proviene del griego: mnéemee (memoria) y téchnee (arte). De esta manera, las reglas mnemotécnicas son un sistema de herramientas que nos ayudan a memorizar ciertos datos o una gran cantidad de información que, de otro modo, olvidaríamos fácilmente. 

Con esta técnica puedes entrenar al cerebro a través de los juegos para que memorice a medio o largo plazo. Y, en el caso de las reglas mnemotécnicas, esto es posible gracias al uso de la asociación, la repetición y las reglas adaptables.

Dada su efectividad, durante mucho tiempo se consideraron una técnica de estudio. No obstante, en realidad son un sistema complementario, ya que no te permiten desmenuzar conceptos para comprenderlos en profundidad, sino que tan solo te traen a la memoria los datos que necesitas.

Por ejemplo, si estudias la Revolución Francesa, las reglas mnemotécnicas no te servirán para recordar todas las complejidades que representó este período a nivel social, político y económico; de eso se encargan las técnicas de estudio. Sin embargo, estas resultan muy útiles si necesitas saber con detalle fechas, nombres o hechos específicos.

reglas mnemotécnicas ejemplos

¿Cómo funcionan las reglas mnemotécnicas? Ejemplos para ponerlas en práctica

Hay muchos tipos de reglas mnemotécnicas y cada una sirve para distintos fines, aunque siempre puedes encontrar o inventar la que más se ajuste a lo que necesitas memorizar. 

Por lo general, las reglas mnemotécnicas trabajan a través de asociaciones de palabras, imágenes y música, lo que ayuda a que el cerebro recuerde, ya que   los sentidos juegan un papel fundamental en la retención de la información. De hecho, un estudio de la ​​Universidad Rockefeller determinó que recordamos un 1% de los que tocamos, un 5% de lo que vemos, un 3% de lo que oímos y hasta un 35% de lo que olemos. 

A continuación, podrás conocer en qué consisten algunas de las reglas mnemotécnicas más utilizadas: el método de las iniciales, la cadena, la historia creativa y el método de Loci. 

Método de las iniciales 

Esta técnica sirve para memorizar listas de palabras y reglas sencillas. En el caso, por ejemplo, de que debas recordar las provincias de algunas comunidades autónomas, tendrías que coger sus iniciales e imaginar una nueva palabra que te sea fácil de recordar a partir de estas. 

Método de la cadena

Es similar al método anterior, ya que también retiene las iniciales o segmentos de las palabras, pero en lugar de formar un concepto diferente, construyes una oración. La clave es que la historia o la frase sea lo más estrambótica posible. Sin ir más lejos, en química se suele usar para recordar fórmulas y otros datos importantes. Por ejemplo:

“Cuando el OSO toca el pITO, PerICO toca el silbATO”

La regla a recordar aquí es que los ácidos cuyo nombre termina en “-oso” forman sales que terminan en “-ito”, y los ácidos que terminan en “ico” forman sales con terminación “ato”.

La historia creativa

Crear relatos contribuye a que el cerebro genere conexiones emotivas y sensoriales. Si usamos la imaginación, somos más capaces de percibir esas ideas en la cabeza, asociarlas y, por lo tanto, memorizarlas. Por esta razón, si quieres recordar datos difíciles, como una sucesión de números, puedes inventarte un relato corto que los combine.

Asimismo, este tipo de técnicas de asociación y storytelling se emplea mucho en el aprendizaje de idiomas. Gracias a ellas, se puede acelerar la incorporación de familias de conceptos que, por el contrario, serían difíciles de memorizar y requerirían consultar una y otra vez el diccionario.

Un ejemplo es cuando se busca que los estudiantes incorporen una lista de vocabulario y, para ello, se crea un relato que la aplica a una situación cotidiana: un episodio en la oficina, una charla en familia, etc. Al conectar las palabras con el contexto, el estudiante logra incorporar casi de manera inconsciente aquello que le costaba.

Método de Loci

Esta es la regla mnemotécnica más antigua que se conoce, y la inventó un poeta griego. 

Se basa en asociar imágenes de lugares y recorridos que conocemos a la perfección con una larga lista de palabras que debemos memorizar. Por tanto, lo primero que hay que hacer es seleccionar un recorrido habitual que conozcas muy bien. Después, diseñar el trayecto y realizarlo una y otra vez, porque el secreto está en los detalles. 

A continuación, asocia espacios y objetos dentro del recorrido, clasifícalos y ponle el nombre de lo que quieres memorizar a cada uno de ellos. Es importante que sea una cantidad de información manejable y monotemática. Por último, repite una y otra vez el trayecto, ya que cuanto más conozcas el lugar, más efectiva será la memorización.

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Consejos para aplicar mejor las reglas mnemotécnicas

Lo importante de las reglas mnemotécnicas es encontrar cuál es la que mejor te funciona, pero es cierto que existen algunos consejos que puedes aplicar para adaptarlas a tus necesidades con el fin de que sean más efectivas.

  • Dota de acciones a los conceptos para que puedas relacionarlos mejor, ya que dejar de mirar los datos como algo inerte o pasivo te ayudará a incorporarlos.
  • Cuanto más raras e incoherentes sean las asociaciones, mejor. A nuestro cerebro le divierte.
  • Toma los conceptos intangibles y asócialos a algo que te resulte familiar.
  • Dedica tiempo a practicarlas, no son automáticas. Cuanto más las apliques más perfeccionarás la técnica.

Estos sistemas son muy útiles como apoyo para el estudio. De hecho, las reglas mnemotécnicas son un ejemplo de que el cerebro, con la ayuda correcta, tiene una gran capacidad para el aprendizaje.

Lo cierto es que el cerebro es como un músculo: cuanto más lo entrenes, mejor será su rendimiento. Por eso, es fundamental dominar técnicas como estas tanto para tener un mayor rendimiento como para entrenar habilidades cognitivas como la memoria y la imaginación. Y es que trabajar la plasticidad cerebral resulta fundamental para seguir aprendiendo cosas nuevas y, de este modo, poder adaptarnos a las necesidades del ámbito laboral actual. 

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