¿Has experimentado la sensación de querer huir de la ciudad y hacer una escapada de fin de semana a la naturaleza? Lo cierto es que se trata de un sentimiento cada vez más frecuente, porque, según ISGlobal, el 62% de la población europea vive en áreas con menos espacios verdes de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (que midan al menos 0,5 hectáreas y que estén a una distancia de cada hogar de un máximo de 300 metros en línea recta). Como resultado, la mayor parte de los habitantes se concentra en núcleos urbanos, una selva de asfalto que muchas veces resulta asfixiante para los propios ciudadanos.
Ante este contexto, los espacios verdes se posicionan como elementos imprescindibles en las ciudades, ya que la renaturalización de estas últimas es importante especialmente para la salud de sus residentes, tanto física como mental. De hecho, el informe Reverdecer las ciudades. Los espacios urbanos y su impacto en la salud y el bienestar, de Greenpeace, concluye que vivir en áreas verdes urbanas reduce el riesgo de sufrir trastornos psicológicos y de padecer enfermedades como la depresión, la ansiedad, la diabetes, obesidad o afecciones cardiovasculares, así como ayuda a la recuperación de una cirugía y contribuye a una reducción de la hospitalización y la mortalidad prematura.
Pensando en esta necesidad de ofrecer bienestar a la población, surgió la regla 3 30 300. Pero, ¿sabes en qué consiste exactamente? A continuación, te explicamos qué es y cuáles son los beneficios que aporta.
Tras reconocerse esta urgencia de modernizar y de ecologizar las urbes, así como de mejorar el bienestar de sus habitantes, Cecil Konijnendijk, un silvicultor urbano holandés y director del Instituto de Soluciones Basadas en la Naturaleza de la Universidad de Columbia Británica, pensó en la regla 3 30 300, unos requisitos mínimos de zonas verdes en las ciudades.
En concreto, la regla 3 30 300 hace referencia a lo siguiente:
Los principales beneficios de la regla 3 30 300 y de estar en contacto con la naturaleza están relacionados, principalmente, con el bienestar ambiental y una mejora de la salud, sobre todo la mental. Así lo corroboran los expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona en un estudio publicado en la revista Environmental Research.
En este sentido, a continuación, te proporcionamos algunos de los motivos por los que la OMS aconseja que en las grandes ciudades se cumpla uno de los tres requisitos de la regla 3 30 300 para mejorar la vida de los ciudadanos:
A pesar de todos los beneficios probados de la regla 3 30 300, solo el 4,7% de la población cumple con todos los requisitos y casi el 23% de la población no cumple con ninguno. No obstante, está claro que el futuro es verde y sostenible, aunque el camino que se debe recorrer hasta que las ciudades incorporen estas zonas siguiendo la regla 3 30 300 todavía es largo.
Por eso, conociendo los beneficios y el impacto que supone vivir cerca de espacios de naturaleza para la salud de los ciudadanos, es importante tener una conciencia de preservación y cuidado de estas zonas en nuestras urbes. Y es que, para iniciar una transición hacia una economía verde y digital, es fundamental contar con las habilidades necesarias que permitan afrontar los desafíos del futuro y que garanticen que esta transición sostenible sea posible.
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