Beneficios de las nuevas tecnologías para el desarrollo profesional

El 80% de los trabajos de todo el mundo estarán vinculados a carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por su siglas en inglés) en 2030, según el informe The Digital Economy and Society Index 2022 de la Comisión Europea. Sin embargo, el 55% de las compañías lamenta tener dificultades para cubrir vacantes especializadas en nuevas tecnologías. 

Asimismo, de acuerdo con Desafío LATAM de Oracle, más del 70% de las empresas europeas aseguran que la falta de personal que disponga de las habilidades digitales adecuadas supone un obstáculo para la inversión y el desarrollo empresarial. 

Sin duda, todos estos datos ponen de manifiesto la escasez de expertos digitales, lo que está poniendo en peligro el desarrollo económico y social. Por esta razón, para minimizar estos riesgos, el Foro Económico Mundial advierte de que el 50% de los trabajadores a escala global deberán reciclarse y aprender nuevas habilidades; entre ellas, las tecnológicas, con las que afrontar y liderar con éxito los proyectos de transformación digital a los que se enfrentan las empresas.

¿Quiéres saber cuáles van a ser las nuevas tecnologías necesarias para poder competir en un entorno internacional y cada vez más innovador? Te las explicamos a continuación.

Las nuevas tecnologías que más impacto van a tener en el empleo

La transformación digital que vive la sociedad está incidiendo de manera directa en el mercado laboral, obligando a las empresas a invertir en talento y contratar a personas con las habilidades y competencias necesarias para optimizar procesos de organización, conocer mejor sus mercados y establecer una relación directa con su público objetivo.

En este sentido, según el informe La Sociedad Digital en España 2022, las nuevas tecnologías con mayor potencial de implantación en las empresas son las de Inteligencia Artificial (IA), Big Data, Realidades Extendidas (Realidad Aumentada, Realidad Virtual y Realidad Mixta) y blockchain. A estas se suman otras que están empezando a ser comunes en el tejido empresarial, como las nuevas tecnologías relacionadas con la computación en la nube (Cloud), el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) o las que se utilizan para incrementar las ventas y fidelizar a clientes a través de acciones de marketing digital.

Sin embargo, las empresas no solo contarán con especialistas en algunas de estas habilidades duras o hard skills, como programadores o informáticos y expertos en Big Data, sino que también van a requerir que sus empleados desarrollen las soft skills tecnológicas suficientes para poder trabajar en empresas digitalizadas y sacar así el máximo provecho a las nuevas tecnologías de una forma autónoma.

En definitiva, buscarán a profesionales que, independientemente del sector y departamento en el que trabajen, tengan los conocimientos suficientes para poder realizar sus funciones en entornos digitales, gestionar la información en la nube y colaborar con el resto del equipo online y a través del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Desde luego, se trata de algo que se ha puesto de manifiesto en los últimos años con el impacto de la pandemia de la Covid-19 en el trabajo.

Las nuevas tecnologías afectan a todos los sectores productivos

La inversión en nuevas tecnologías es un reto transversal y, por tanto, afecta a todos los sectores productivos y departamentos. Su implementación, por ejemplo, va a ser crucial a la hora de conseguir los retos marcados en la Agenda 2030 o en el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), tal y como constata el informe El sector telecomunicaciones y nuevas tecnologías: contribuyendo a la Agenda 2030 de Pacto Mundial Red Española.

Arquitectura, ingeniería, construcción, medicina, salud y bienestar, logística, ocio, transporte, educación, comunicación y marketing… Todos los sectores económicos se están viendo afectados por las nuevas tecnologías. Incluso, la banca y las finanzas, una industria más tradicional, se ha transformado en los últimos años ante la imparable llegada de las Fintech. 

La industria Fintech es aquella que utiliza la tecnología para mejorar o automatizar los servicios y procesos financieros. El documento Las empresas Fintech; Panorama, retos e iniciativas del Banco de España (BdE) revela que las cifras de inversión global en nuevas empresas de tecnología financiera muestran un fuerte dinamismo con un importe acumulado desde 2010 hasta 2021 de más de un billón de dólares americanos.

En cuanto a su actividad, proliferan las empresas dedicadas a mejorar y digitalizar pagos, créditos o gestión de patrimonios. Sin ir más lejos, en este ámbito, encontramos varios casos de éxito en los que las nuevas tecnologías en colaboración con el sistema financiero tradicional han transformado el ecosistema económico. 

Un ejemplo de ello es Bizum: un servicio que fue puesto en marcha por la banca española en el año 2016 y ofrece la posibilidad de pagar mediante el teléfono móvil. En la actualidad, 31 entidades bancarias han implementado esta solución, la cual ya utilizan 20 millones de usuarios. De hecho, el éxito de esta tecnología fintech reside en su simplicidad: cualquier persona con un móvil puede enviar y recibir dinero gratis y al instante a través del teléfono. 

Para utilizar este sistema de pagos, tan solo hay que acceder a Bizum desde la aplicación del banco, indicar el número de móvil al que deseas enviar el dinero e introducir el importe. Tras hacer clic en enviar, se realiza el pago de forma instantánea. 

Se trata de un servicio que ha propiciado la realización de más de 1.000 millones de operaciones y cuya experiencia de usuario esconde un desarrollo tecnológico de última generación en el que la protección y seguridad son fundamentales. 

Por qué debes desarrollar conocimientos en las nuevas tecnologías

En este contexto de transformación digital, conocer los beneficios de las nuevas tecnologías para lograr el desarrollo profesional es el primer paso para adaptarse a los nuevos requerimientos laborales. Saber cómo usarlas y dominar las diferentes tareas que se pueden realizar son competencias cada vez más valoradas en el plano profesional, tanto para aquellas personas que buscan oportunidades laborales como para las que ya están en activo. 

En este sentido, McKinsey Global Institute estima en un estudio que más de 90 millones de trabajadores deberán desarrollar nuevas habilidades dentro de su profesión acorde con la tecnología digital, mientras que otros 21 millones tendrán que cambiar de ocupación al desaparecer la suya.

Por otro lado, este reciclaje profesional basado en el aprendizaje de nuevas tecnologías también incidirá de manera directa y positiva en las condiciones laborales. Algunos de sus beneficios son los siguientes: 

• Mejores salarios. Según la Guía Salarial Prosperity Digital 2022, el sueldo medio de un trabajador del sector digital se sitúa en los 38.500 euros anuales, un 57% más que los 24.395 euros de salario medio que hay en España, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por ejemplo, los programadores cuentan con una media salarial de 42.000 euros al año, mientras que los cargos ejecutivos en estas especialidades pueden alcanzar los 130.000 euros.
• Más productividad y mejor conciliación laboral. Además del salario, las nuevas tecnologías también mejoran la productividad de los trabajadores y facilitan la conciliación de la vida laboral con la personal. En este punto, el mismo estudio anterior indica que el 40% de los profesionales digitales trabaja completamente en remoto, un 37% en un esquema híbrido y tan solo un 23% está todo el tiempo en la oficina.
• Incrementar el atractivo profesional. Las nuevas tecnologías favorecen el  atractivo profesional a la hora de ser contratados o de promocionar dentro de la empresa, facilitando la asunción de nuevas responsabilidades, como la de dirigir y liderar proyectos de transformación digital. Aquellos profesionales que sepan adelantarse a las necesidades del futuro y se preparen para ofrecer soluciones estarán en una posición de ventaja competitiva.

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