En la actualidad, más de 4.760 millones de personas, es decir, el 59,5% de la población mundial, utilizan las redes sociales de forma habitual, según el Informe Global Digital Trends, elaborado por MeltWater y We Are Social.
Sin ir más lejos, de acuerdo con el propio creador de la red social de Facebook, Mark Zuckerberg, esta misma “es ya el tercer país más grande del mundo, si consideramos su población, por lo que es capaz de mover más información que cualquier gobierno.” Considerando la dimensión que tienen a día de hoy las redes sociales, resulta imprescindible saber cómo comunicarse de manera apropiada y eficiente.
La falta de emociones físicas, tono de voz o gestos, etc. muchas veces dificulta la correcta transmisión y recepción del mensaje. No obstante, esto es, precisamente, lo que se busca resolver con las netiquetas, un conjunto de reglas básicas de comportamiento para convivir en Internet.
A continuación, te explicamos qué es una netiqueta con ejemplos para que puedas mejorar tu comunicación con el resto de usuarios.
“Netiqueta” o “etiqueta de red” es una abreviatura coloquial del concepto inglés “Network etiquette”, que hace referencia al conjunto de normas o código no escrito que busca facilitar la comunicación y la convivencia en la red de redes. Se trata de una especie de reglas de comportamiento similar al que tenemos en la “vida real” y que nos permite vivir en armonía.
Este concepto surgió en las oficinas de Intel en 1995 ―la época en la que Internet empezaba a tomar protagonismo en todo el mundo―, cuando Sally Hambridge, una directiva de la compañía, detectó que había personas que realizaban acciones que perjudicaban a la comunidad como, por ejemplo, enviaban mensajes que podían resultar ofensivos para personas de otras costumbres o culturas y que, incluso, contenían insultos.
Por entonces, nadie estaba acostumbrado a comunicarse a través del correo electrónico, foros, chats o blogs. Por esta razón, las netiquetas crearon un marco de referencia para que los internautas pudieran comunicarse de manera efectiva y respetuosa en estos nuevos medios.
Sin embargo, con el paso de los años, las netiquetas han ido evolucionando y adaptándose a los cambios tecnológicos. En este sentido, en la actualidad, siguen siendo recomendaciones válidas que cualquier internauta debería aplicar si quiere respetar y ser respetado. Por ello, a pesar de que su uso no es obligatorio, la mayoría de usuarios las aplican para mejorar su experiencia en línea y evitar conflictos.
Respetar la propuesta de normas de comportamiento y comunicación propuesto por las netiquetas es más que recomendable.
Por un lado, los malentendidos en el entorno digital suelen surgir por la falta de señales físicas que en la vida real nos permiten leer el contexto de una situación y entender de forma clara el significado de un mensaje. En estas situaciones, usar una netiqueta es un ejemplo eficiente de cómo sustituir esa falta de contexto físico. No obstante, ¿cómo es posible? Veámoslo con un ejemplo para entenderlo de manera fácil:
De este modo, conocer y usar de manera correcta las netiquetas es crucial tanto en el ámbito personal como profesional. Mientras que en el primer caso permite comunicarse de forma adecuada con otras personas y tener una buena experiencia en línea, en el segundo, evita consecuencias negativas en la reputación de la compañía.
En el año 1994, Virginia Shea publicó el libro Netiquette en el que recogía las 10 reglas básicas de comportamiento en la red, algo así como los 10 mandamientos modernos. Y es que, si bien todo ha cambiado desde entonces, estas siguen siendo normas totalmente válidas y que cualquier usuario de la red debería aplicar:
Las netiquetas han ido variando tanto con el paso del tiempo como por la innovación tecnológica. Sin ir más lejos, uno de los cambios más importantes surgió con la popularización de redes sociales como Facebook o Instagram que dio lugar a la aparición de las conocidas como netiquetas jóvenes.
Este tipo de netiquetas incluye nuevos conceptos, que ofrecen alternativas de comunicación, ya que amplían el contexto, como el tono de la conversación o los sentimientos y emociones, para transmitir mensajes de una forma más eficiente. Algunos ejemplos de este tipo de netiqueta es el uso de emoticonos, stickers, memes y abreviaciones como:
Del mismo modo que existe un decálogo de netiquetas que todos deberíamos aplicar cuando nos comunicamos por internet, también existen ciertos comportamientos considerados como negativos que pueden afectar a las relaciones online. Por ejemplo:
Asimismo, es importante que evites lo siguiente:
Como puedes ver, existe un gran número de ejemplos de netiquetas en internet. Sin embargo, todas acaban por resumirse en aplicar la lógica, comportarse tal y como lo haríamos en la vida real, evitar comportamientos dañinos, comunicarse de la forma más clara posible. En definitiva, la premisa es “no hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti”.
Y es que, en un mundo cada vez más digitalizado, es fundamental aprender a usar las netiquetas y a comunicarse de forma adecuada en los diferentes medios que van surgiendo, con el objetivo de crear un entorno virtual en el que podamos convivir de manera segura, sana y agradable.
La habilidad de saber cómo adaptarse a las diferentes audiencias o culturas no solo demuestra inteligencia emocional, sino también la capacidad de resolver conflictos y una presencia en línea que sabe fomentar las relaciones profesionales. En definitiva, otorga visibilidad y un rasgo diferencial en un entorno laboral altamente competitivo.
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