Seguro que conoces a personas que siempre consiguen todo lo que se proponen. Te preguntarás qué tienen todas ellas en común: ¿inteligencia, constancia, voluntad, suerte? Es posible que estos casos de éxito sean consecuencia de una mezcla de todos estos factores, pero hay un ingrediente sin el cual, muy probablemente, ninguna de esas personas habría conseguido su objetivo: la motivación.
Existen dos tipos de motivación: la intrínseca y la extrínseca. En este artículo descubrirás qué son, qué diferencias hay entre ambas y por qué serán fundamentales para ayudarte a cumplir tus sueños.
La motivación se define como el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. En otras palabras, se dice que cuando alguien está motivado, sus acciones y energías están dirigidas a alcanzar una meta concreta.
Actualmente, la motivación suele identificarse como la clave del éxito precisamente porque es la impulsora del resto de habilidades que conducen a un objetivo y que son la voluntad, la perseverancia, el optimismo y la actitud positiva, entre muchas otras. Por este motivo, las empresas que consiguen motivar a sus empleados son hasta un 50 % más eficientes. ¿Te imaginas poder aplicarlo a tu vida?
Es necesario señalar que la motivación puede venir dada por factores internos o externos. Por este motivo, se diferencia entre la motivación intrínseca y la motivación extrínseca.
Aunque es evidente que tanto la motivación intrínseca como la motivación extrínseca juegan un rol central en cualquier estrategia de éxito, no son ni implican lo mismo. ¿Conoces la diferencia entre motivación intrínseca y extrínseca?
La diferencia principal entre ambas motivaciones, por tanto, es el origen del estímulo que hace despertar esta conducta. De este modo, si las acciones vienen dadas por un deseo de superación personal, ganas de crecer y aprender o la necesidad de cumplir con una obligación haciendo las cosas bien, se trata de una motivación intrínseca.
Si, en cambio, un comportamiento está alimentado por el deseo de conseguir una promoción en el trabajo, el anhelo de ser reconocido o incluso la contrarreacción ante una posible reprimenda (como sucede con los castigos en los niños, por ejemplo) se trata de una de motivación extrínseca evidente.
No hay una motivación que sea “buena” y otra que sea “mala”. Para lograr cualquiera de tus objetivos, necesitarás encontrar un equilibrio entre la motivación intrínseca y la extrínseca, tanto a nivel individual como a nivel colectivo. En ese sentido, existen diversos estudios acerca de la importancia de ambas motivaciones en el entorno personal y laboral, pero sin duda una de las hipótesis más célebres sobre la motivación intrínseca es la teoría de la autodeterminación (Edward Deci y Richard Ryan, 1975).
En esta teoría, psicólogos y profesores de la Universidad de Rochester sostienen que la motivación intrínseca aparece en todo ser humano cuando se reúnen diversas necesidades:
En otras palabras, cuando el propio comportamiento y los cambios de conducta están alimentados por un deseo personal de mejorar y de alcanzar estos sentimientos de satisfacción, sin la intención de recibir una recompensa externa, se puede afirmar que la motivación es intrínseca, y este tipo de motivación suele resultar en la segregación de serotonina.
A su vez, tener altos niveles de serotonina en el organismo comporta una sensación de felicidad, serenidad y optimismo, además de aliviar la ansiedad y mejorar los procesos cognitivos.
En resumen, la motivación intrínseca y un buen estado de ánimo van de la mano, multiplicando así las probabilidades de que puedas alcanzar tus metas.
Como es natural, la motivación intrínseca y la motivación extrínseca no son del todo independientes. Según un estudio, las recompensas externas afectan a la motivación intrínseca de diferentes formas:
Un buen ejemplo de retroalimentación entre la motivación intrínseca y la extrínseca se da en el ámbito de la formación. ¿Quién no quiere seguir aprendiendo para ampliar conocimientos y estar más satisfecho con el trabajo realizado? Además, esta motivación que, en muchas ocasiones, nace de un deseo personal de mejora, también puede suponerte la oferta de una buena oportunidad laboral, de un aumento salarial, etc.
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