¿Sientes que, pese al tiempo que dedicas al estudio de algo, no avanzas lo suficientemente rápido? Sin embargo, en muchas ocasiones, menos es más. Es decir, resulta más beneficioso dedicar un espacio de tiempo limitado a una tarea, pero concentrándote en ella plenamente, que destinar todo el día a ese mismo objetivo por prestar atención a todas las interrupciones que surgen. Esta optimización del tiempo es lo que propone el método Pomodoro en el estudio, una técnica para ser más eficiente en cualquier meta que te propongas, tanto en tu vida académica, como profesional.
Y es que, en la actualidad, las personas están de forma constante amenazadas por lo que se conoce como los “ladrones de tiempo”. El móvil que vibra, la llamada que suena, el compañero que entra en la habitación y saluda, el correo electrónico que aparece en la bandeja de entrada… Esto provoca que estés de manera continua cambiando tu atención de un tema a otro y, en consecuencia, reduciendo tu rendimiento.
Si bien te puede parecer que apenas pierdes unos segundos en esas distracciones, lo cierto es que está lejos de la realidad. De hecho, ¿sabías que, cada vez que cambias tu foco de una actividad a otra, aunque sea mirar quién te acaba de enviar un nuevo WhatsApp, necesitas una media de 120 segundos ―o sea, dos minutos― para volver a concentrarte al 100% en lo que estabas haciendo? En este sentido, según el informe Multitasking: Switching costs, de la American Psychological Association, la multitarea puede reducir hasta en un 40% la productividad y la eficiencia.
Este problema de gestión del tiempo es lo que sufría Francesco Cirillo, un joven universitario italiano. Cansado de procrastinar, desarrolló esta eficaz técnica para mejorar la concentración y maximizar los resultados. Así, a finales de la década de los 80, creó el método Pomodoro para el estudio, aunque su simplicidad y utilidad lo hace extensible a cualquier ámbito profesional.
El mecanismo es sencillo. Se trata de dividir el tiempo en intervalos de 25 minutos llamados "pomodoros". Durante este tiempo, solo te debes enfocar en una sola tarea y, después, puedes tomarte cinco minutos de descanso. Este ciclo lo puedes repetir hasta completar cuatro "pomodoros" y, a continuación, debes hacer un descanso más largo de 15 a 30 minutos.
Las investigaciones han puesto de manifiesto que, gracias a esta técnica, consigues estar completamente concentrado en una sola misión, lo que te permite aprovechar el tiempo al máximo y evitar errores, al eliminar de tu entorno cualquier distracción. Al mismo tiempo, puedes sacar el máximo partido a los picos de rendimiento de tu cerebro mediante intervalos de estudio controlados.
Ten en cuenta que la capacidad de concentración de las personas se puede mantener una media de 45-50 minutos; pasado este tiempo, tu productividad cae en picado. Por otro lado, no olvides que, como establece la Ley de Parkinson, “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. Así, el hecho de sentirte “cronometrado” hace que seas más rápido en tu aprendizaje, ya que calculas mejor la dedicación real que requiere cada tarea.
Además, aplicar el método Pomodoro en el estudio también te reportará beneficios en el plano emocional. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology en 2019 encontró que el Método Pomodoro también puede ayudar a reducir el estrés y la fatiga mental asociados con el estudio prolongado, así como a mejorar la calidad del sueño de los estudiantes. De forma paralela, al ser más productivo, te sentirás más motivado y podrás afrontar metas más ambiciosas. Y no hay que olvidar que esta estrategia te permitirá disfrutar de un mayor tiempo de ocio, lo que aumentará tu felicidad.
Para aplicar el método Pomodoro en el estudio de forma óptima, es necesario que sigas algunos pasos sencillos que garanticen una planificación eficaz y una ejecución exitosa de esta técnica. ¿Qué debes tener en cuenta?
Para utilizar el método Pomodoro en el estudio, puedes usar cualquier temporizador, desde un smartwatch con alarma hasta el reloj de cocina. No obstante, si buscas una solución más específica, existen diferentes aplicaciones basadas en esta estrategia que pueden serte de utilidad.
Forest, Brain Focus, Focus Timer Reborn, por ejemplo, son apps del método Pomodoro para el móvil, mientras que Marianara, Focus To-Do o FocusMe son extensiones de escritorio para poder usar la técnica en el ordenador. Además, estas herramientas suelen incluir funcionalidades extra, como la personalización de las opciones de bloqueo o estadísticas de seguimiento de tu trabajo, que suponen un plus.
Elijas el sistema que elijas, si pruebas el método Pomodoro en el estudio, comprobarás las ventajas que reporta en tus resultados, especialmente si eres de los que tienen dificultades para concentrarse, procrastinas o te distraes de forma fácil. De este modo, nada ―ni la pereza o la falta de tiempo, por ejemplo― te impedirá seguir formándote de manera continua a lo largo de tu carrera académica y profesional.
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