Mentorías: un proceso fundamental para la supervivencia de las organizaciones

20/01/2025 | Elene Igoa Iraola y Fernando Díez Ruiz, Universidad de Deusto

En un mercado laboral cada vez más competitivo, donde la escasez de talento y la alta rotación de empleados se han convertido en desafíos constantes, las organizaciones buscan estrategias innovadoras para poder retener el conocimiento y garantizar su sostenibilidad. Una de las prácticas que ha ganado relevancia en los últimos años ha sido el mentoring o establecimiento de relaciones de mentoría. Este proceso permite transferir el conocimiento de un empleado experimentado a otro con menos recorrido laboral. De esta manera, la organización diversifica su conocimiento dentro de la plantilla y mejora su adaptabilidad a los cambios.

El valor estratégico de mentorizar

Las mentorías son más que una herramienta de capacitación; constituyen el puente que conecta el presente con el futuro de las organizaciones y tienen un gran valor estratégico. A través de este proceso, las empresas pueden preservar su capital intelectual, asegurando que las habilidades críticas y los conocimientos específicos no se pierdan cuando un empleado decide marcharse o se jubila. Esto resulta especialmente importante en sectores donde la especialización y la experiencia práctica son una ventaja competitiva.

Poner en marcha mentorías también ayuda a construir una cultura organizacional sólida, en la que la colaboración y el aprendizaje mutuo se convierten en pilares fundamentales. Los empleados no solo sienten que su desarrollo profesional es una prioridad para la empresa, sino que también valoran la oportunidad de aprender de la experiencia de sus compañeros.

Empleados con conocimiento clave

Para poder aplicar las mentorías dentro de nuestras organizaciones, es necesario identificar los empleados con conocimiento clave. Estos trabajadores destacan por sus capacidades prácticas, habilidades sociales y la competencia para llevar a cabo una tarea específica que es indispensable en la cadena de trabajo de la organización. Este conocimiento es el que proporciona a las empresas ventaja competitiva y valor diferencial. 

Por este motivo, nuestras organizaciones deberían de preguntarse y responder las siguientes dos preguntas: ¿qué conocimiento específico tiene mi organización que la diferencia de la competencia? ¿Qué empleados poseen ese conocimiento?

A pesar de que parezca contradictorio, la mayoría de organizaciones no tiene identificados a los empleados que disponen de su conocimiento clave. Esto dificulta la aplicación de estos procesos, ya que, primeramente, se necesita realizar un mapa de talento de la organización donde se identifiquen los puestos clave de cada departamento.

Las mentorías son más que una herramienta de capacitación; constituyen el puente que conecta el presente con el futuro de las organizaciones y tienen un gran valor estratégico.

Los protagonistas de las mentorías

Las figuras necesarias para llevar a cabo un proceso de mentorías son:

  • Mentor: es la persona con un conocimiento clave dentro de la organización. El valor de su conocimiento se considera indispensable para el crecimiento de la organización y su competitividad. La empresa considera necesaria la transferencia de dicho conocimiento a otros empleados para diversificar y no depender de esta figura dentro de la empresa.

  • Mentee o aprendiz: es quien va a recibir el conocimiento del mentor. Por norma general, se trata de un trabajador con un buen recorrido laboral y que puede obtener un puesto similar al del mentor. Mediante la observación, esta persona aprende e interioriza las competencias prácticas, el saber hacer y las habilidades sociales necesarias para llevar a cabo su trabajo.

Elementos esenciales en la mentorización

El éxito de la mentorización depende de varios factores, siendo la sintonía entre el mentor y el aprendiz uno de los más importantes. Diferentes estudios han señalado que cuando no estamos cómodos con las personas que nos rodean en nuestro puesto de trabajo, es mucho más difícil que empecemos a dialogar y compartir nuestro conocimiento. 

La sintonía se construye a través del tiempo y requiere una predisposición tanto para enseñar como para aprender. Esto incluye dedicar momentos de calidad a las sesiones de mentoría, donde se fomente la confianza mutua. La confianza, en este contexto, se convierte en el cimiento de una relación afectiva, ya que permite que ambas partes se sientan cómodas compartiendo información valiosa. 

Otro aspecto fundamental en la mentorización es la planificación. Un programa de mentorías no puede dejarse al azar. Debe contar con objetivos claros, un seguimiento periódico y mecanismos para evaluar su impacto. Esto asegura que tanto la organización como los participantes perciban un valor tangible en el proceso.

Beneficios de las mentorías para las organizaciones y los empleados

Las mentorías no solo permiten retener el conocimiento dentro de la organización, sino que también refuerzan las relaciones entre empleados, creando un ambiente laboral más colaborativo y cohesionado. En algunos casos, estas relaciones trascienden el ámbito profesional, fomentando vínculos de amistad que contribuyen al bienestar emocional de los trabajadores.

Para las empresas, invertir en mentorías significa apostar por el desarrollo integral de su capital humano. Los empleados que participan en estos programas suelen sentirse más valorados y comprometidos, lo que reduce las tasas de rotación y mejora la productividad. Además, las mentorías pueden servir como una herramienta para identificar y preparar a futuros líderes, garantizando la continuidad del liderazgo en la organización.

Desde el punto de vista del empleado, es una oportunidad única para crecer personal y profesionalmente. Aprender de la experiencia de un mentor no solo mejora sus competencias laborales, sino que también les proporciona una perspectiva más amplia sobre los desafíos y oportunidades del sector. 

Tenemos que recordar que las organizaciones trabajan para los empleados y con los empleados, por lo que generar espacios para el desarrollo personal y laboral es beneficioso tanto para el trabajador como para la organización. Los humanos aprendemos los unos de los otros, y la transferencia de conocimiento enriquece nuestra perspectiva hacia el futuro y el desarrollo.

Las mentorías son una estrategia esencial para preservar el conocimiento crítico, fortalecer la cultura organizacional y fomentar el desarrollo profesional en un entorno profesional incierto. Identificar a empleados clave, construir confianza y planificar programas efectivos garantiza su éxito. Este proceso mejora las relaciones laborales y prepara a las organizaciones para el futuro. En última instancia, su competitividad depende del talento y el aprendizaje mutuo de sus empleados.

Este artículo se ha publicado en The Conversation

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