Jean Paul Getty, fundador de la empresa Getty Oil, decía que “para triunfar en los negocios, para llegar a lo más alto, un individuo debe saber todo lo que es posible saber sobre ese negocio”. Y de ahí la importancia de conocer factores como el macroentorno.
Sin ir más lejos, analizar el macroentorno de una empresa debe ser uno de los primeros pasos a la hora de realizar un análisis estratégico para así poder identificar las posibles oportunidades y amenazas que están fuera de su control, pero que afectarán a la industria en su conjunto.
Cuando hablamos de macroentorno nos referimos a la serie de condiciones o factores que existen y afectan al funcionamiento de todas las empresas y, a su vez, a la economía en su conjunto, en lugar de a un sector o región en particular. Esto incluye, por ejemplo, las tendencias del producto interno bruto (PIB), la inflación y los datos de empleo, entre otros muchos aspectos.
De esta manera, podríamos establecer que se trata del conjunto de fuerzas incontrolables y sobre las que la empresa no puede ejercer ningún control, pero que tienen un impacto de forma indirecta en el funcionamiento y las condiciones de trabajo de la organización.
Ahora bien, una vez que ya sabes qué es el macroentorno, resulta fundamental diferenciarlo del microentorno. Si bien, como ya hemos mencionado, el primero se refiere a factores más amplios de carácter externo que pueden afectar a una empresa, el microentorno tiene que ver con aquellos factores específicos que se dan dentro de una empresa, como la toma de decisiones financieras y estratégicas, e influyen en su capacidad para hacer negocios, esto es, en su funcionamiento y en la posibilidad para cumplir los objetivos establecidos.
Existen varios factores que determinan el macroentorno y resulta esencial conocerlos, ya que su análisis es una parte imprescindible de la gestión estratégica. En este sentido, para identificar estos factores clave del macroentorno, puedes utilizar la técnica del análisis PESTEL, que es el acrónimo de:
A continuación, te explicamos con más detalle en qué consiste cada factor y cómo podría afectar a una empresa.
Los factores políticos determinan la medida en que un gobierno puede influir en la economía o en una determinada industria. Dentro de estos factores, se incluyen las políticas fiscales, los aranceles comerciales, etc., que un gobierno puede imponer durante el año fiscal.
Sin duda, es algo que tiene una repercusión en la empresa, ya que, por ejemplo, si una compañía exporta productos al extranjero y el gobierno de este país al que envía su producción impone un nuevo arancel a este tipo de producto, la empresa se ve obligada a pagar más tributos, y esto afecta de manera notable en su economía.
Este tipo de factores tienen que ver con las características generales del sistema económico en el que opera la empresa, las cuales son determinantes a largo plazo, dado que implican cambiar los modelos de demanda y oferta y, por lo general, afectan al poder adquisitivo de los consumidores.
Algunos ejemplos son la tasa de inflación, las tasas de cambio de moneda, los tipos de interés y los patrones de crecimiento económico, entre otros.
Estos factores analizan el entorno social del mercado y miden aspectos como las tendencias culturales, los datos demográficos, la conciencia sobre la salud y la seguridad, las actitudes profesionales, etc.
De esta manera, si una sociedad cambia su tendencia de compra hacia un modelo más sostenible, por ejemplo, una empresa de plásticos puede verse seriamente afectada.
Los factores tecnológicos se refieren a las innovaciones y los desarrollos en las nuevas tecnologías. De este modo, si una empresa no logra seguir la tendencia, puede perder su posición en el mercado, sobre todo, si la competencia avanza en este campo.
Algunos de los factores tecnológicos que se analizan son la tasa de cambio tecnológico, la evolución de la infraestructura y cualquier investigación gubernamental o institucional.
Los factores ambientales son todos aquellos que influyen o están determinados por el entorno circundante, como el clima, la ubicación geográfica, las compensaciones ambientales, la eliminación de desechos, las leyes de protección ambiental y la regulación del consumo de energía, entre otros.
Es fundamental que las compañías relacionadas con la ganadería, la agricultura y el turismo, así como aquellas que consuman grandes cantidades de energía o que produzcan grandes cantidades de residuos, analicen este tipo de factores.
Por último, los factores legales incluyen los cambios en la legislación que afectan el empleo, el acceso a materiales, cuotas, recursos, importaciones o exportaciones e impuestos.
Por ejemplo, si cambian las leyes en un país y se prohíbe o limita el uso de determinados ingredientes, sustancias o materiales, las empresas afectadas se encuentran ante un problema que resolver para poder cumplir con las nuevas normativas.
Como puedes ver, los factores del macroentorno afectan de muchas maneras a las empresas. Sin embargo, dado que el macroentorno es un factor dinámico y que, por tanto, está en constante cambio, es vital saber analizarlo para tomar buenas decisiones estratégicas, sobre todo, en relación con el presupuesto o la inversión.
No obstante, para ello, es fundamental que los profesionales se formen de manera constante con el fin de entender los cambios que se producen a pequeña y gran escala y que, tarde o temprano, influirán en la organización.
¿Quieres desarrollar competencias profesionales que te permitan mejorar tu empleabilidad? Descubre Santander Open Academy, el espacio formativo que necesitas para seguir creciendo.
Únete a nuestra plataforma global de aprendizaje y desarrollo profesional y accede a cursos subvencionados al 100%, contenido formativo en un montón de formatos y becas de universidades e instituciones líderes.
Si como nosotros, crees que nunca hay que dejar de aprender, entra aquí y regístrate. ¡Descubre lo que tenemos para ti!