El campo de la investigación y desarrollo (I+D) son dos pilares para el progreso de la sociedad que se han convertido en una herramienta muy potente tanto para empresas como para gobiernos.
En este sentido, según el Índice Mundial de la Innovación 2024, Suiza lidera el ranking global en innovación, seguida de Suecia y Estados Unidos. Otros países, como China, Arabia Saudita, Qatar, Brasil o Indonesia, han experimentado un gran crecimiento en el último año.
Desde combatir el cambio climático o ir un paso más allá en la exploración espacial hasta encontrar la cura de enfermedades, el I+D nos ha permitido alcanzar hitos que hace apenas cien años eran inimaginables. Y es que el objetivo de esta área es encontrar nuevas soluciones a los desafíos más complejos de nuestra era.
En este artículo, revisamos en qué consiste la investigación y desarrollo y cuál es su papel en la sociedad actual.
El término investigación y desarrollo hace referencia a las actividades basadas en métodos científicos y técnicos destinadas a descubrir nuevos conocimientos. En los últimos tiempos, se ha incorporado a estos dos términos la innovación (I+D+i), que consiste en la creación de nuevos productos o servicios.
Por otro lado, el término I+D+i también se utiliza para designar a los departamentos de las empresas que se dedican a estas actividades. Estos departamentos suelen estar formados por equipos multidisciplinares de científicos, ingenieros y otros profesionales que trabajan de forma coordinada para generar nuevos conocimientos y soluciones.
Para entender mejor en qué consisten la investigación, el desarrollo y la innovación, a continuación analizamos cada uno de los términos:
Investigación: tiene por objetivo obtener conocimientos o información. Para ello, profesionales de cualquier sector, como medicina, economía, educación, ciencia o tecnología, intentan descubrir nuevos aspectos sobre el mundo que nos rodea que puedan resultar de utilidad para la creación de soluciones innovadoras.
Desarrollo: utiliza técnicas ya existentes y los conocimientos obtenidos en la parte de la investigación con el propósito de mejorar o crear soluciones a todo tipo de problemas.
Innovación: es un proceso en el que se incorporan nuevas técnicas y conocimientos para crear soluciones disruptivas.
La mayoría de soluciones y tecnologías actuales se han obtenido gracias a procesos de I+D+i. Y es que la innovación en productos y procesos no solo es crucial para que las empresas se mantengan competitivas en el mercado, sino que, además, ofrece tanto a las compañías como a los usuarios grandes beneficios a largo plazo.
Por ejemplo, el actual avance de los sistemas de inteligencia artificial se debe a la gran inversión que se ha realizado en la última década en esta tecnología. De hecho, según Statista, el valor de mercado de la IA era de 3.000 millones de dólares en 2013, mientras que en 2027 se espera que alcance los 400.000 millones.
Aunque pueden parecer términos similares, la investigación y el desarrollo tienen objetivos y enfoques distintos. Por un lado, la investigación se centra en la búsqueda y generación de nuevo conocimiento. Para ello, este campo se focaliza en comprender a nivel teórico cómo funciona un proceso, teoría o principio. En cambio, el desarrollo consiste en aprovechar ese conocimiento, junto con otros ya existentes, para dar a luz a nuevas soluciones.
Por ejemplo, en 1928, Alexander Fleming estaba investigando el comportamiento de las bacterias y descubrió, por accidente, que el moho Penicillium notatum inhibía el crecimiento de las bacterias. Este descubrimiento, que surgió durante la fase de investigación, llevó después al desarrollo de la penicilina, el primer antibiótico del mundo.
Un ejemplo más reciente es el descubrimiento del transistor. En 1947, los científicos de Bell Labs descubrieron que al colocar dos contactos de oro muy cercanos sobre un cristal de germanio, podían amplificar una señal eléctrica. Esta investigación permitió el desarrollo del primer transistor, un componente que sentó las bases para los dispositivos electrónicos actuales.
En la actualidad, la investigación y desarrollo puede dividirse en distintas categorías, según el propósito final de cada estudio. Estas también pueden entenderse como las etapas que componen un proceso de I+D+i.
Investigación fundamental: consiste en tratar de descubrir nuevos conocimientos por el mero interés de comprender el mundo, sin un propósito práctico inmediato. Un ejemplo sería cuando los científicos investigaron las ondas electromagnéticas de radio de alta frecuencia, sin pensar en su aplicación en telecomunicaciones.
Investigación aplicada: se parte de un problema existente que no tiene solución o la existente es poco efectiva. En esta etapa, se utilizan los conocimientos extraídos de investigaciones fundamentales para inventar o mejorar una solución a un problema específico. Por ejemplo, sobre la base del conocimiento anterior de las ondas electromagnéticas de radio de alta frecuencia, los investigadores exploran cómo podrían usarse para transmitir información a largas distancias.
Desarrollo tecnológico: a partir de los conocimientos obtenidos en las investigaciones aplicadas, se desarrollan nuevos materiales, dispositivos, procedimientos o servicios. En esta fase, ya se conoce cómo funciona el proceso y en qué leyes o técnicas fundamentales se basa. De ahí que el único objetivo sea desarrollar una solución. Si seguimos con el ejemplo, se diseñan y construyen los primeros transmisores y receptores de radio, convirtiendo la teoría en una tecnología operativa.
Innovación: tras obtener un nuevo producto o servicio, este se optimiza con el objetivo de ponerlo a disposición de la población y generar un rédito económico. En esta fase, la radio se perfecciona y se convierte en un producto de consumo masivo, con mejoras en diseño, eficiencia y facilidad de uso, lo que permite su integración en la vida cotidiana.
Las empresas que deciden invertir en I+D, a la larga, suelen obtener una serie de beneficios, ya que encuentran la forma de ofrecer productos innovadores y competitivos. A continuación, destacamos algunas de las principales ventajas para las empresas:
Incorporan conocimientos exclusivos que pueden convertirse en servicios o productos innovadores que den lugar a un gran crecimiento de la empresa.
Desarrollan el talento y las capacidades de los empleados que participan en los procesos de I+D.
Crean nuevas soluciones que pueden tener una gran influencia internacional, lo que permite aumentar el prestigio de la empresa.
Logran ventajas competitivas, ya que ofrecen un valor añadido a sus clientes y tienen mejores productos y servicios.
Generan nuevos puestos de trabajo. Y es que durante cualquier proceso de I+D+i se necesitan personas con conocimientos muy específicos y variados.
Obtienen experiencia y feedback, lo que les permite mejorar sus resultados en futuras investigaciones.
Como se ha mencionado, al concepto de investigación y desarrollo (I+D) se sumó el de innovación (I+D+i). Y es que los descubrimientos obtenidos a través de I+D, se materializan en nuevas soluciones gracias a la innovación.
De ahí que el I+D+i sea clave para el progreso, ya que sus avances permiten mejorar la calidad de vida de la sociedad y fortalecer la competitividad de las empresas. En general, podemos identificar dos formas de innovación:
Innovación en productos: los descubrimientos en I+D+i se aplican en productos físicos y digitales dirigidos tanto a empresas como a consumidores individuales, o a ambos.
Innovación en procesos: las novedades se aplican en los procesos de producción, lo que permite aumentar la productividad y competitividad de las empresas en los mercados. A pesar de ser más invisible para los particulares, es crucial seguir innovando en procesos para que la sociedad avance.
Por otro lado, la innovación también hace referencia a la capacidad de “pensar fuera de la caja”, es decir, buscar soluciones creativas y no convencionales a los problemas existentes. Una mentalidad de ver más allá de lo evidente, reimaginando por completo cómo se pueden hacer las cosas.
El smartphone, la inteligencia artificial o los vehículos eléctricos son ejemplos perfectos de cómo la innovación puede transformar industrias enteras. Y es que estos avances no solo mejoran nuestra calidad de vida, sino que también abren nuevas oportunidades de negocio y de desarrollo económico.
Además de la inversión económica, el talento humano es el otro pilar del I+D+i. Por este motivo, disponer de personas con conocimientos avanzados sobre las tecnologías actuales, que también sean creativas y atrevidas, es esencial para desarrollar nuevas soluciones.
En este sentido, las empresas deben apostar por personas altamente cualificadas, combinando la experiencia de profesionales consolidados con el entusiasmo y las ideas frescas de los recién graduados. Esta fusión suele ser el motor de descubrimientos revolucionarios. Además, es esencial que las organizaciones inviertan y confíen en sus departamentos de I+D, ya que fomenta una cultura que valora el ensayo y error.
Por otro lado, los profesionales que quieran dedicarse a la investigación y desarrollo deben adoptar una actitud de eterno aprendiz. Y es que la formación, la experimentación y la mejora constante de conocimientos y habilidades duras o blandas será su mayor aliado.
De hecho, esta mentalidad de aprendizaje constante no solo beneficia al profesional, sino que también enriquece a todo el equipo y a la organización en su conjunto. Sin duda, la capacidad de mantenerse actualizado y adaptarse a nuevas tecnologías y metodologías es lo que marca la diferencia en el campo del I+D+i, tanto para empresas como para sus equipos.
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Publicado originalmente el 21 de diciembre de 2020, actualizado el 19 de febrero de 2025
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). (2024, 26 de septiembre). Índice Mundial de Innovación de 2024. https://www.wipo.int/pressroom/es/articles/2024/article_0013.html
Fernández, R. (2024, 15 de noviembre). Tamaño del mercado de la inteligencia artificial (IA) a nivel mundial de 2021 a 2030, por segmento. Statista. https://es.statista.com/estadisticas/1464287/inteligencia-artificial-valor-de-mercado-mundial-por-segmento/