Inteligencia social: qué es y cómo desarrollarla

10/09/2024 | Santander Universidades

Hasta hace muy poco, al hablar de la inteligencia, casi todos la relacionábamos con la capacidad de una persona para resolver problemas. Es decir, el coeficiente intelectual lo era todo. Sin embargo, recientemente, y a partir de la investigación y experimentación, se ha puesto en valor otros tipos de inteligencia, y la inteligencia social es una de las más destacadas.

En este sentido, E. L. Thorndike, el primer psicólogo en proponer una teoría sobre la inteligencia social, en 1920, planteó en su artículo La inteligencia y sus usos que: “la falta de inteligencia social puede convertir al mejor de los mecánicos de una fábrica en el peor de los capataces”. 

De nada sirve poseer unos amplios conocimientos técnicos si no dispones de los recursos emocionales para usarlos adecuadamente. Sin ir más lejos, según Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Emocional, el éxito profesional depende solo en un 20% del cociente intelectual y en un 80% de la inteligencia emocional.

Por tanto, si deseas tener éxito profesional y alcanzar puestos de liderazgo en tu futuro laboral, necesitas impulsar tu inteligencia social, buscando oportunidades de capacitación que te permitan trabajar esta soft skill. Y es que, en un mundo cada vez más tecnológico, globalizado e, incluso, despersonalizado, la capacidad para interactuar eficazmente con los demás se está volviendo cada vez más importante.

¿Quieres aprender más sobre la inteligencia social? Sigue leyendo para saber qué es, qué tipos hay, por qué es tan importante o cómo desarrollarla.

 

¿Qué es la inteligencia social?

La primera definición de inteligencia social o social intelligence fue aportada por John Dewey a principios del siglo XX. Concretamente, en su libro Moral Principles of Education, define el concepto como “el poder de observar y comprender situaciones sociales”.

Por otro lado, el psicólogo Edward Thorndike al desarrollar la ya mencionada primera teoría sobre inteligencia social, la definió como la habilidad de una persona para comprender y manejar a otras personas, y adaptarse a cualquier interacción social. Esta idea sentó las bases para futuras investigaciones sobre cómo las habilidades sociales impactan en nuestra vida diaria y profesional.

Se trata de aprender a relacionarse de forma efectiva con los demás, para colaborar y conseguir objetivos comunes. ”Es la capacidad de llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen entre sí”, sostiene Karl Albrecht, en su libro Inteligencia social: la nueva ciencia del éxito. 

Por su parte, Kaaren Williamsen y Gustavus Adolphus College, en el trabajo Emotions and Social Intelligence: Jane Braaten and Antonio Damasio (1995),  definen la inteligencia social como el conjunto de “destrezas y habilidades que intervienen en la creación y el mantenimiento de la comunidad”.

¿Cuántos tipos de inteligencia social existen?

Howard Gardner, un reconocido psicólogo estadounidense, propuso en 1993 la Teoría de las inteligencias múltiples. Esta dividía la inteligencia de los seres humanos en nueve entidades independientes, pero interrelacionadas: la lingüístico-verbal, lógica-matemática, visoespacial, corporal-kinestésica, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista y espiritual.

Por su parte, Goleman, basándose en las inteligencias intrapersonal e interpersonal de la teoría de Gardner, estableció que la inteligencia social se dividía en dos grandes áreas:

  • Conciencia social: es la capacidad de entender las emociones y necesidades de los demás, además de cómo estas nos hacen sentir.

  • Aptitud social: es la capacidad de interpretar los sentimientos de los demás y los propios para, más tarde, utilizar esta comprensión para guiar nuestras interacciones de manera efectiva.

¿Qué soft skills componen la inteligencia social?

Debes saber que existen distintas habilidades que tienen un impacto directo sobre nuestra inteligencia social.

Karl Albrecht, uno de los precursores de esta idea, señala que esta competencia está compuesta por una combinación de cinco soft skills, dando lugar al acrónimo conocido como SPACE (por sus siglas en inglés):

  • Consciencia situacional (situational awareness). Una de las habilidades es tener la capacidad de analizar el contexto y valorar los comportamientos en función de este. Por ejemplo, las diferencias culturales pueden ser un factor muy importante en este sentido. Así, si una empresa te regala un reloj, te parecerá un bonito detalle, pero en China, por su fonética, este objeto se asocia a la mala suerte, así que un trabajador de este país no se tomará tan bien el gesto. 
  • Presencia (presence). Se refiere a la imagen que das a otras personas a partir de tu ropa, lenguaje corporal, gestos… Por ejemplo, si llegas siempre a la oficina con expresión seria, mirada de enfado y prisa,  no causarás la misma percepción que si entras sonriente y relajado.
  • Autenticidad (authenticity). Consiste en comportarse honestamente y con coherencia, sabiendo defender tus valores y principios y actuando en consecuencia. Solo siendo auténtico lograrás ganarte la confianza del resto.  
  • Claridad (clarity). La comunicación en la empresa es esencial. Por eso, también vas a necesitar la habilidad para transmitir tus propias ideas a los demás de forma asertiva y exponer los argumentos que las respaldan para tratar de persuadir e influir en la opinión del resto. 
  • Empatía (empathy). Por último, este tipo de inteligencia está estrechamente vinculada a la empatía. Para poder conectar con las personas, primero debes entender sus posturas, es decir, tratar de ponerte en su lugar y, desde ese punto, construir un diálogo conjunto hacia el consenso. 

¿Por qué es importante la inteligencia social?

La inteligencia social es la quinta habilidad más demandada en el mercado laboral, especialmente en roles de liderazgo. Las empresas reconocen su valor al buscar talento capaz de adaptarse a nuevas situaciones, resolver conflictos y construir relaciones sólidas con el resto de trabajadores y los clientes.

Esta habilidad potencia la colaboración en equipo, mejora la comunicación interna y contribuye a un ambiente laboral más positivo. Además, la empatía, como parte de la inteligencia social, permite interpretar correctamente las emociones de los demás, facilitando la comprensión de distintos puntos de vista y logrando acuerdos con mayor facilidad.

Sin embargo, antes de entender a los demás, es esencial conocerse a uno mismo. La autocomprensión permite identificar nuestras emociones y entender cómo influyen en nuestras interacciones, lo que es clave para mejorar las relaciones laborales.

Se ha demostrado que los líderes con alta inteligencia social son más efectivos en la gestión de equipos y en la implementación de cambios organizacionales. En este sentido, son capaces de crear un ambiente de trabajo colaborativo y de fomentar tanto el crecimiento personal como profesional de sus empleados.

Hoy en día, los empleados, especialmente las nuevas generaciones, buscan líderes empáticos que inspiren confianza y se preocupen por el desarrollo de cada miembro del equipo, alejándose del modelo de liderazgo autoritario. En el siglo XXI, se valora más que nunca a aquellos que priorizan el bienestar de su equipo y promueven un entorno de apoyo y crecimiento.

 

¿Cómo desarrollar tu inteligencia social? 

Para que puedas incorporar estas cinco habilidades a tu día a día, Daniel Goleman, recoge las ocho competencias que te ayudarán a mejorar esta habilidad:

  • Trabaja la empatía primordial. Consiste en que desarrolles la capacidad para detectar las expresiones emocionales de los demás y comprendas tanto su lenguaje verbal, como no verbal.
  • Crea sintonía. Procura prestar atención a tu interlocutor a partir de una escucha activa.
  • Mejora la sincronía. Agiliza la interacción para favorecer la comunicación, ya sea mediante preguntas y respuestas o a través de elementos de comunicación no verbal, como asentimientos, gestos de duda, etc. 
  • Sé empático. Trata de comprender los motivos reales que están detrás de los sentimientos detectados a través de la empatía primordial, la sintonía y la sincronía.
  • Desarrolla la cognición social. Supone que seas consciente de las reglas que rigen el funcionamiento de un grupo.
  • Cuida tu presencia. Intenta transmitir la impresión adecuada según las circunstancias en las que te encuentres.
  • Gánate la confianza. Trata de causar una impresión favorable en el otro de tal modo que des sensación de calidez y confianza.
  • Muestra interés. Transmite a tu interlocutor que realmente estás interesado en las ideas que te está trasladando. 

Trabajando estas soft skills te abrirás puertas en el plano profesional, ya que dispondrás no solo de una capacitación técnica adecuada, sino también de las herramientas emocionales para trabajar en equipo y gestionar el cambio social. 

Recuerda que, más allá de la teoría, lo más importante es poner lo aprendido en práctica, ya que, pasar a la acción es lo que realmente consolidará tus habilidades sociales. En este sentido, practicar regularmente en diferentes contextos te permitirá adaptarte mejor a las situaciones y mejorar tus interacciones personales y profesionales.

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