La innovación abierta y cerrada son un factor imprescindible para el desarrollo, el crecimiento y la competitividad, tanto en el ámbito empresarial como social. El economista Joseph Schumpeter ya argumentaba en la década de los 40 del siglo pasado en su libro Capitalismo, socialismo y democracia que eran el principal impulsor del crecimiento económico y la prosperidad a largo plazo.
Esta necesidad de innovar para introducir nuevos productos, servicios, procesos y tecnologías que reemplacen a los ya existentes, cambiando también las formas de hacer las cosas, la recoge en su concepto “destrucción creativa”. Con este, defendía que el progreso tecnológico y empresarial tiene lugar cuando se eliminan las formas antiguas de producción y se crean otras nuevas.
En la actualidad, la competitividad empresarial a escala global y los retos del cambio climático hacen que la inversión en el ámbito de I+D+i sea más acuciante que nunca. Tanto es así que, según la Organización de Naciones Unidas, la inversión en innovación alcanzará los 9,5 billones de dólares en 2030 frente a los 1,5 billones de 2020.
Pero, ¿cómo vamos a innovar? ¿Se innova igual ahora que hace dos décadas? La complejidad del mundo y de las nuevas tecnologías, así como la ingente cantidad de información que existe en el ámbito de la investigación y del desarrollo, han dado lugar a nuevos métodos en los que la colaboración entre diferentes agentes coge protagonismo y se convierte en una oportunidad para innovar de una forma más rápida, sostenible y con menos riesgo. Es lo que se conoce como innovación abierta. ¿Quieres saber más de ella? Sigue leyendo.
La innovación abierta es un concepto acuñado en el año 2003 por Henry Chesbrough en su libro Open Innovation: The New Imperative for Creating and Profiting from Technology. En este libro, el autor define el concepto como “el uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación”. Desde su punto de vista, esta visión de la innovación aprovecha las aportaciones de los usuarios, pero también las de otros agentes, como inversores, universidades, asociaciones, titulares de propiedad intelectual, etc. En definitiva, promueve las relaciones entre empresas, con universidades, centros tecnológicos y otros recursos que puedan aportar más conocimiento.
En definitiva, la innovación abierta se trata del proceso de innovación empresarial en el que se combinan ideas internas y externas dentro de plataformas, arquitecturas y sistemas ajenos a una misma organización.
Para entender por completo qué es la innovación abierta, resulta fundamental diferenciarla de otro concepto relacionado, pero que no es lo mismo: la innovación cerrada.
En este sentido, la innovación cerrada hace referencia a la que se hacía tradicionalmente dentro de las empresas ―y que aún se realiza― y que utiliza solo recursos propios. Se caracteriza por tener un enfoque jerárquico, vertical y restringido. Los contactos, la información, los procesos y las nuevas ideas se mantienen dentro de los límites internos de la organización. No se produce ningún tipo de intercambio externo.
A continuación, compartimos los aspectos principales en los que se distingue la innovación abierta de la cerrada:
La innovación cerrada se desarrolla solo en el interior de la empresa, por lo que es incompleta y sesgada. Sin embargo, la innovación abierta permite la generación de nuevas ideas con una visión más amplia y completa al incorporar conocimientos externos.
La innovación cerrada percibe la colaboración como competencia. En cambio, la innovación abierta tiene un enfoque colaborativo, ya que, como hemos mencionado, trata de generar sinergias para lograr avances de manera más rápida y eficiente. En este sentido, el objetivo es evitar las dinámicas de interacción repetitiva entre los mismos individuos que son característicos de la innovación cerrada.
La innovación abierta invierte más recursos en investigación que la cerrada, que suele centrarse en el mantenimiento de los que ya posee.
Asimismo, los avances en investigación cerrada no siempre ven la luz, ya que, en ocasiones, están desconectados de las necesidades reales del público. Por el contrario, la innovación abierta trata de obtener y considerar los conocimientos externos.
Aplicar la innovación abierta en una organización es un paso complejo con numerosas implicaciones, por lo que conviene comprender a la perfección en qué consiste esta práctica y cuáles son sus características. De este modo, podrás sacar más provecho de las sinergias y de los conocimientos que obtengas gracias a este nuevo enfoque.
Te presentamos las principales características de la innovación abierta:
Lejos de lo que se solía creer hasta hace no tanto tiempo, la competencia puede resultar de gran ayuda a la hora de innovar. En esta línea, las empresas pueden forjar sinergias y colaborar, de manera directa, para innovar de manera conjunta. También, de forma indirecta, se pueden aprovechar algunas de las ideas de los competidores como primer paso para seguir evolucionando un producto o servicio. Con esta perspectiva, ¿cómo no desear que le vaya bien a tus rivales en el mercado?
La innovación abierta no entiende de ideas individuales, sino de la combinación de diversos conocimientos procedentes de organizaciones, equipos o personas diferentes. ¿Cuál es el resultado de este enfoque? Un incremento claro en las perspectivas de éxito de la idea final, que se alimenta del aprendizaje variado y multicultural de varios miembros en conjunto.
Como la innovación abierta obtiene las ideas de diferentes fuentes, es más probable que esté más alineada las expectativas del mercado de una empresa, un producto o un servicio. De esta forma, la satisfacción de los clientes será mayor, ya que se resolverán más necesidades o problemas reales.
Si hay algo que caracteriza este tipo de innovación es la capacidad para obtener conocimientos de cualquier fuente. Por ello, al explorar diversas perspectivas, la innovación se nutre de diversos entornos, que incluso trascienden el ámbito de la empresa. De esta forma, vemos cómo ideas de un sector se aplican con éxito en otro muy diferente.
Las organizaciones que apuestan por implementar estrategias de innovación abierta buscan fomentar la diversidad. De hecho, en esto consiste esta técnica: cuanto más diversos sean los miembros involucrados ―o los diferentes equipos que trabajen en un proyecto―, mayor será la variabilidad de ideas combinables entre sí que se pueden obtener.
Chesbrough distingue dos tipos de caminos por los que las ideas fluyen en un proceso de innovación abierta: de “fuera a dentro” y de “dentro afuera”:
Innovación abierta de “fuera a dentro” (del inglés, outside-in). Es la más común y consiste en que las organizaciones buscan y adquieren conocimientos, tecnologías y soluciones fuera de ella para su uso interno. De este modo, los procesos de innovación de la empresa se abren a información que procede del exterior. Algunas formas de este tipo de innovación son la colaboración con startups, la investigación colaborativa con universidades, hackathons o la adquisición de empresas, entre otras.
Innovación abierta de “dentro afuera” (del inglés, inside-out). Este tipo de innovación identifica al proceso por el que una organización permite y saca las ideas propias no utilizadas o infrautilizadas al exterior. De este modo, otras pueden utilizarlas en sus compañías o modelos de negocio, algo que se puede hacer a través de licencias o con una unión entre empresas.
Si bien en ambos tipos está presente la colaboración, la realidad de que vivimos en un mundo donde el conocimiento está distribuido hace, según los defensores de este tipo de innovación, que las empresas ya no puedan depender únicamente de su propia investigación, desarrollo e innovación (innovación cerrada) para competir en igualdad de condiciones. Debido a las limitaciones de la innovación cerrada, la abierta ha crecido en los últimos años y ha dado lugar a nuevos ecosistemas que incentivan la innovación abierta.
El diseño y la gestión de comunidades y ecosistemas innovadores son importantes para extender la innovación abierta más allá de la colaboración entre dos empresas. La posibilidad de entrar en contacto con organizaciones de todo tipo aumenta la eficacia al favorecer la identificación de nuevas oportunidades y soluciones creativas para problemas complejos.
Expertos en Innovación y Emprendimiento, como Eric von Hippel o Andrew Hargadon, distinguen diferentes ecosistemas de innovación abierta:
Los empresariales: las empresas diseñan nuevos productos y servicios a través de acuerdos de licencia o desarrollo conjunto.
Los académicos: empresas y universidades colaboran mediante la transferencia de conocimiento científico y tecnológico.
Los de emprendimiento: las empresas de rápido crecimiento colaboran con otras más grandes a través de incubadoras, aceleradores o programas de apoyo.
En los últimos años, además, la innovación abierta también ha llegado al sector público, que busca la colaboración entre empresas y la administración para crear nuevas soluciones a problemas sociales o medioambientales. Esta opción es muy utilizada, por ejemplo, por los organismos municipales para incentivar el desarrollo de aplicaciones que usan datos públicos, con el fin de informar a los ciudadanos sobre temas concretos y hacer su día a día más fácil.
La innovación abierta es una estrategia efectiva para mejorar la innovación y la competitividad. Sin embargo, hay situaciones en las que puede no ser una buena opción, por lo que es importante evaluar los beneficios y riesgos que tiene el hecho de compartir información relacionada con I+D+i.
Según el libro de Henry Chesbrough, las ventajas son las siguientes:
Acceso a conocimientos y recursos externos que, de otro modo, podrían ser inaccesibles. Esto acelera el proceso de innovación y mejora la calidad de productos y servicios.
Reducción de costes y riesgos. Al colaborar con otros, los riesgos asociados al desarrollo de nuevos productos y soluciones se reparten y minimizan.
Creación de valor compartido. La colaboración con partners puede ayudar a incorporar al cliente y sus necesidades desde el inicio del desarrollo, mejorando su satisfacción y logrando una mayor lealtad.
La innovación abierta brinda a las empresas y organizaciones nuevas formas de descubrir ideas. Sin embargo, para poderlas aprovechar al máximo, es esencial que las empresas consideren los desafíos que tendrán que afrontar.
Falta de control. La cooperación con socios externos puede ir unida a la pérdida de cierto control sobre el proceso de innovación y los resultados, dificultando la gestión de la propiedad intelectual.
Dificultades de coordinación. Si bien es cierto que la participación de más agentes es una tendencia en la innovación abierta, esto también puede ser un desafío, ya que es posible que haya problemas a la hora de coordinar y gestionar el proyecto.
Conflicto de intereses. Durante la colaboración, puede hacerse patente que los participantes tienen diferentes objetivos, dando lugar a problemas.
Revelación de información crítica. Otro de los riesgos que existe en este tipo de innovación es el de revelar información de la empresa no destinada a ser compartida en este marco de colaboración.
La innovación abierta ha permitido a las empresas de todo el mundo desarrollar nuevos productos y servicios, gracias a la colaboración y participación de actores externos a la organización. Algunos de ellos son:
LEGO ha creado la plataforma online de innovación abierta LEGO Ideas, dirigida a sus clientes, quienes pueden presentar sus propias ideas de sets y juegos o votar las de otros participantes, para que la compañía los produzca en masa. Fruto de esta iniciativa, uno de los sets más exitosos de LEGO Ideas es el set de "The Big Bang Theory".
El fabricante de semiconductores más importante del mundo cuenta con su Plataforma de Innovación Abierta, donde ayuda a mejorar la industria de este sector, caracterizado por contar con una amplia diversidad de proveedores de diseños internos y externos.
A través de la Alianza 3DFabric, ofrece una completa familia de tecnologías avanzadas de empaquetado y apilamiento en 3D que permitirán ofrecer mayor rendimiento en aplicaciones cada vez más demandadas. De este modo, ayuda a que sus clientes fabriquen de forma correcta sus soluciones al primer intento, de manera que se ahorran costosas revisiones del diseño del chip.
El sistema operativo Android de Google es un ejemplo de innovación abierta (con los matices en cuanto a su ejecución y modelo de negocio). La tecnológica americana, que compró el sistema operativo en 2005, lo lanzó como código abierto tres años después, favoreciendo que desarrolladores de todo el mundo lo mejoraran y lanzaran nuevas aplicaciones y servicios. De este modo, Android ha ayudado a fomentar un notable y sostenible ecosistema basado en un software de código abierto y promoviendo la innovación.
La innovación abierta ha sido durante los últimos años y sigue siendo una tendencia importante en todo el mundo, especialmente en las empresas de tecnología y las startups, según el Informe Global de Innovación 2023 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Es una herramienta valiosa para las empresas que buscan mantenerse a la vanguardia en un entorno empresarial cada vez más competitivo y cambiante, así como para las administraciones públicas que quieren lanzar soluciones para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
En esta búsqueda de la innovación, el elemento más importante es el talento humano, por lo que es básico que las personas cuenten con los conocimientos profesionales más adecuados sobre las tecnologías y tendencias actuales.
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Wikipedia. (s.f.). Joseph Alois Schumpeter. https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Alois_Schumpeter
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Chesbrough, H. W. (2003). Open Innovation: The New Imperative for Creating and Profiting from Technology. Harvard Business Press.
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Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. (2023). Índice Global de Innovación 2023 - 16ª edición. https://www.wipo.int/edocs/pubdocs/en/wipo-pub-2000-2023-en-main-report-global-innovation-index-2023-16th-edition.pdf
Publicado originalmente el 17 de mayo de 2023 y actualizado el 26 de febrero de 2024.