Las soft skills son, hoy día, muy valoradas por las empresas, pero ¿sabías que la influencia y comunicación ocupan el primer puesto en cuanto a habilidades blandas más demandadas?
Así lo pone de manifiesto la consultora de Recursos Humanos Hays, que sostiene que la mayoría de los empresarios buscan personas con habilidades comunicativas e interpersonales como primera competencia de su lista de deseos para el talento. Y es que, en el plano laboral, la influencia y comunicación actúan como el sistema nervioso en el cuerpo humano, es decir, son las encargadas de transmitir los impulsos dentro de una compañía y hacer que cada pieza esté coordinada para lograr un movimiento óptimo.
Ahora bien, a la hora de practicar la comunicación, existen cuatro estilos diferentes que van a marcar el resultado final de esta interacción:
Por ejemplo, puede ocurrir que tu superior te encargue un informe sobre el que careces de documentación, pero en lugar de comentarle que no dispones de los datos, por miedo a que piense que no sabes hacer tu trabajo, decides elaborar el documento con lo que tienes. Como consecuencia, este estilo comunicativo puede generar confusión y errores. De hecho, lo más probable es que el informe que presentes no responda a las expectativas de tu superior.
Como ejemplo, y siguiendo el caso anterior, cuando recibes el encargo, no solo le contestas enfadado que cómo vas a hacerlo si no tienes información, sino que incluso culpas a tus compañeros por no haberte facilitado los datos. El resultado es que provocas situaciones de tensión, que pueden ofender o irritar al resto de la plantilla y causar un mal ambiente en la oficina.
Sería el supuesto caso de que, tras la petición de tu superior, aceptas sin decir nada, pero después estás con una actitud negativa en tu puesto de trabajo o te quejas a otros trabajadores. Esta conducta puede desencadenar los mismos problemas que los dos estilos anteriores, es decir, puede originar situaciones tóxicas dentro de la empresa y ser el detonante de la aparición de fallos o malentendidos.
En este caso, planteas a tu superior que necesitas recabar información para elaborar el informe de forma correcta y le explicas que, dado que no tienes todos los datos, vas a necesitar un par de días más para tener el trabajo realizado. Por tanto, este estilo comunicativo es el ideal, ya que permite que el mensaje quede aclarado desde el principio y facilita que se acerquen posturas que beneficien a todas las partes, lo que aumenta la satisfacción de las personas implicadas.
Si consigues potenciar tu capacidad de influencia y comunicación desde este enfoque, percibirás notables ventajas en tus relaciones interpersonales y tu productividad. Ten en cuenta que el 60% de los problemas que se producen en el ámbito laboral están vinculados a una mala comunicación, según sostiene Peter Drucker en El ejecutivo eficaz. ¿En qué sentido te ayudará desarrollar tus habilidades comunicativas?
¿Te gustaría conseguir estos beneficios en tu carrera profesional? La capacidad de influencia y comunicación, como habilidad blanda, es una competencia que puedes trabajar y mejorar a través de la formación continua.
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