Según un estudio de IZA World of Labor, existe una cierta correlación positiva entre las experiencias de estudiar o trabajar en el extranjero con la empleabilidad. Y es que vivir una experiencia internacional es, sin duda, enriquecedor tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Este tipo de experiencias, además de contribuir a perfeccionar el nivel de inglés o cualquier otro idioma de una forma totalmente distinta, son una herramienta para salir de la zona de confort, crecer personalmente o hacer networking internacional, entre muchas otras ventajas que te explicaremos a continuación.
Según el Informe Infoempleo Adecco 2019, el 34% de las ofertas publicadas demandan al menos un idioma, de las cuales el inglés es un requisito imprescindible en el 89,1% de estas mismas. A este idioma, le sigue el francés, el alemán, el italiano y el portugués. De esta manera, tal y como reflejan estos datos, aprender una lengua extranjera es indispensable en la actualidad si se quiere optar a trabajos mejor cualificados.
En este sentido, a día de hoy, una de las mejores formas de aprender un idioma es a través de una experiencia internacional. La estancia en un país extranjero nos permite practicar con personas nativas las 24 horas del día. De este modo, se trata de una inmersión lingüística total que ofrece un método meramente práctico, ya que comunicarte en otro idioma es absolutamente necesario.
Por esta razón, no tienes más remedio que lanzarte a la piscina y ejercitar de manera constante tu speaking y listening, esto es, tu comprensión oral y la escucha, dos de las habilidades que más dificultad suelen presentar a la hora de aprender cualquier idioma.
Sin embargo, una experiencia internacional va mucho más allá que aprender una lengua. Empezar de cero en un ambiente totalmente desconocido es una gran oportunidad para desarrollarse y crecer como persona. Dejar atrás los miedos no es nada sencillo, y una vivencia como esta puede dar un vuelco a nuestra forma de ver las cosas. De hecho, hace posible conocer nuevas perspectivas de vida y, al descubrir y entender una cultura diferente, o incluso opuesta a la nuestra, te abre la mente y te brinda una mayor madurez a nivel personal.
Viajar a otro país y permanecer un tiempo allí implica también una serie de cambios. Es una forma de salir de la zona de confort y nutrirnos de las diferentes experiencias que se viven. Esto nos permitirá aumentar nuestra resiliencia y mejorar nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios, algo necesario en un entorno tan cambiante como el actual.
Con casi 1.350 millones de hablantes, de los cuales tan solo 379 millones son nativos, el inglés es, por delante del chino, el idioma más hablado del mundo. Si tenemos en cuenta esto, aprender inglés, ya sea a través de un curso o durante una experiencia internacional, nos abre la puerta a algo que se ha denominado como networking internacional.
Saber inglés permite tener una red de contactos en todo el mundo. Este networking internacional no solo puede ser la clave a la hora de conseguir un trabajo en el extranjero, sino que también hace posible crear un grupo de apoyo internacional, con el que podemos compartir experiencias, conocer otras culturas y seguir practicando el inglés.
Tal y como has podido ver, aprender un idioma, ya sea a través de una experiencia internacional o un curso, es sin duda fundamental para optar a nuevas oportunidades laborales, vivir nuevas experiencias, hacer contactos en todo el mundo y, en definitiva, enriquecer nuestros conocimientos y habilidades para seguir creciendo.
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