Ética empresarial: ¿qué es y cómo beneficia a las empresas?

30/10/2024 | Santander Universidades

La reputación de una marca puede quedar muy mal parada si se la relaciona con malas prácticas, ya sean laborales, medioambientales, de calidad o de cualquier otro tipo. No hay más que ver escándalos como el de las emisiones de Volkswagen o las hipotecas de alto riesgo de Lehman Brothers, y el impacto negativo que tuvieron sobre estas compañías, con grandes pérdidas e incluso cierres. De ahí la creciente importancia de prestar atención a la ética empresarial. 

En la actualidad, el 72% de las empresas cuenta con un código ético como pauta genérica a la hora de tomar decisiones en el negocio, según el informe Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030. Por su parte, casi la mitad de los trabajadores a nivel mundial considera que el cumplimiento de los estándares de ética empresarial e integridad de su organización han mejorado en los últimos dos años, de acuerdo con el estudio How can trust survive without integrity?

La ética empresarial, los valores y la responsabilidad social se han convertido en puntos muy importantes a la hora de dirigir o trabajar en una empresa… Y de confiar en ella. Ten en cuenta que cada vez más clientes se niegan a comprar productos o servicios que provengan de empresas sin ética. Por ejemplo, ¿sabías que, según el barómetro Percepción sostenible en España, uno de cada dos consumidores admite que ha dejado de comprar una determinada marca debido a la mala reputación en materia de sostenibilidad? Y es que, como dijo Warren Buffett en 1930: “El precio es tan solo lo que se paga. El valor es lo que se obtiene”. 

¿Quieres conocer la importancia real que tiene la ética empresarial para las organizaciones en la actualidad? A continuación, te explicamos sus ventajas y consecuencias, así como los puntos más relevantes que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar e implementar un código ético en una compañía.

¿Qué se entiende por ética empresarial?

La ética empresarial se puede definir como el conjunto de valores y normas por los que se rige una empresa. De esta manera, cualquier cuestión o decisión tomada se basa en dichas pautas, con el objetivo de crear una cultura de empresa, alinearse con los intereses de sus stakeholders e involucrarse de forma real en los problemas de la sociedad. 

Ahora bien, este concepto va más allá del mero cumplimiento normativo, incluyendo estándares morales y de responsabilidad hacia los empleados, el entorno social y medioambiental. En este sentido, la Concise Encyclopedia of Business Ethics define la ética empresarial como “el examen crítico y estructurado de cómo deben comportarse las personas y las instituciones en el mundo del comercio”, lo que supone “examinar las restricciones adecuadas a la búsqueda del interés propio o del beneficio, cuando las acciones de individuos o empresas afectan a otros”.

El término de ética empresarial (en inglés, Business Ethics) surgió en los años 70 en Estados Unidos. No obstante, no fue hasta más tarde, en 1987, que se creó la European Business Ethics Network (EBEN), una asociación que promueve el estudio de la aplicación de un código ético en el ámbito de las organizaciones, la economía y los negocios. Así, a principios del siglo XXI, la ética empresarial ha ido acaparando cada vez mayor protagonismo. Esto es debido a la concienciación de gran parte de la población respecto a problemas sociales y medioambientales que ha obligado a las empresas a formar parte del movimiento.

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¿Cuáles son los principios fundamentales de la ética empresarial?

¿Cómo se traduce en la práctica esta ética empresarial? Entre los principios básicos de este comportamiento, se encuentran valores como los siguientes:

  • Integridad: el código ético no solo debe crearse, también debe respetarse. Cuando esto sucede, la empresa consigue tener una imagen íntegra y coherente, actuando de la misma forma que en la que piensa y viceversa. 
  • Responsabilidad social: una empresa ética entiende y comparte los problemas de la sociedad. No solo eso, sino que también se involucra y toma decisiones en consecuencia, con el objetivo de mejorar y aportar a la solución de dichos problemas.
  • Responsabilidad medioambiental: como en el punto anterior, las empresas con ética deben preocuparse por el impacto medioambiental de sus actividades. Reducir su huella de carbono, proteger el planeta, ahorrar recursos y aumentar su eficiencia estarán siempre entre sus objetivos. 
  • Fair Play ante la competencia: además, se debe entender el mundo de los negocios como un juego en el que se deben respetar las reglas y al adversario. El juego limpio, las buenas prácticas y el respeto hacia la competencia es fundamental.
  • Derecho de los trabajadores: luchar por el bienestar de los empleados es otro de los principios de la ética empresarial. Los trabajadores son el corazón de la empresa, y asegurarse de que reciben un trato justo, cuidarlos y respetarlos es una obligación. 
  • Legalidad: el código ético debe incluir también algunas normas que impidan que se rompan las reglas del juego. Las actividades que se realicen deben estar siempre dentro de las leyes. 
  • Confidencial: también se debe respetar la información confidencial, como pueden ser los datos de los clientes o trabajadores, así como la confidencialidad de los contratos con otras empresas.
  • Transparencia: la comunicación de la empresa debe ser transparente y veraz, tanto en el ámbito interno como externo. No se puede dejar lugar a la duda ni a la interpretación. Los mensajes deben ser claros y simples para que la confianza aumente. 
  • Compromiso: la ética empresarial es compromiso con todo aquello que rodea a una empresa. Como dice el dicho popular, “las palabras se las lleva el viento”, por lo que el compromiso debe demostrarse día a día a partir de acciones que respalden todo lo anterior. Solo así se podrán crear relaciones a largo plazo con los stakeholders.

¿Por qué es importante la ética empresarial?

La ética empresarial se ha convertido en un elemento esencial para las empresas.

En primer lugar, en el ámbito del compliance, ajustarse a este conjunto de normas y valores ayuda a ajustarse a las exigencias legales y prevenir escándalos o prácticas fraudulentas, minimizando riesgos y evitando sanciones y pérdidas financieras.

Además, tener una misión, unos valores y un propósito va más allá de lo puramente económico o normativo. Se ha convertido en un factor determinante tanto en las relaciones internas como en las externas. En este sentido, la ética empresarial es esencial para garantizar que una compañía opere con integridad y se gane la confianza de sus partes interesadas. Así, las empresas que adoptan un enfoque ético en sus operaciones suelen tener una mejor reputación, lo que les permite atraer tanto a consumidores como a talentos. De hecho, los trabajadores ya no desean trabajar en empresas que no compartan sus valores. Esto es lo que determina un estudio de Regus, el cual afirma que casi un tercio de los empleados renunciaría a su trabajo si los valores de sus superiores no se alinean con los suyos y hasta un 48% nunca se uniría a una empresa que no tenga sus valores sociales y medioambientales bien definidos. 

Por el contrario, una empresa sin ética ni moral ya no tiene cabida en la sociedad actual. Clientes, trabajadores, inversores, proveedores… y todos los diferentes actores que intervienen en el mundo empresarial no desean formar parte de algo sin valor moral. Y es que, de hecho, definir unos valores y reglas, así como constituir una ética propia y seguirla en cada una de las decisiones que toma la organización, aporta múltiples ventajas ante el contexto actual de especial sensibilidad social y medioambiental.

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Ventajas de la ética empresarial

En concreto, implementar prácticas éticas en una organización trae consigo múltiples beneficios. ¿Cuáles son las principales ventajas del comportamiento ético empresarial? 

  • Mejora la reputación de la empresa. La ética empresarial defiende valores como la igualdad, la sostenibilidad, el respeto de los Derechos Humanos, el trabajo digno, etc. Por ello, al tenerlos en cuenta, mejora la imagen y reputación de una compañía. En este sentido, ¿sabías que, según una encuesta de OpenText, cerca del 60% de los consumidores no compraría artículos o servicios de compañías que colaboren con proveedores poco éticos? 

  • Genera una mayor confianza y lealtad de los clientes. La tendencia de comprar productos o servicios sostenibles y éticos es cada vez mayor; de ahí que las marcas con unos valores bien definidos tienen la capacidad de atraer y fidelizar clientes. De hecho, según datos de MatchPro, los consumidores tienen entre 4 y 6 veces más probabilidades de confiar, proteger, defender y comprar a empresas con ética empresarial. 

  • Crea un ambiente laboral positivo. La ética empresarial también es beneficiosa para los empleados y el buen funcionamiento de la compañía. Si se valora al personal y sus necesidades, se obtiene como resultado un clima laboral positivo en el que las personas se sienten alineadas con la empresa y desean formar parte de ella. Por ejemplo, el Instituto de Ética y Cumplimiento sostiene que tres de cada cuatro empleados afirma que la ética empresarial redunda en un mejor ambiente laboral y potencia la fidelidad de la plantilla hacia la organización. 

  • Retiene y atrae el talento. Respecto a esta última idea, una cuidada ética empresarial sirve como ventaja competitiva a la hora de reclutar y retener a los mejores perfiles. En este sentido, debes tener en cuenta que el 83% de los empleados se plantearía dejar su puesto laboral si la ética empresarial de su compañía se viera mermada, según las últimas estadísticas

  • Aumenta la productividad y eficiencia. Cuando lo anterior sucede, la felicidad de toda la plantilla aumenta. Esto conlleva un aumento de la productividad, eficiencia, creatividad y esfuerzo por sacar los proyectos adelante como un equipo. 

  • Mejora las relaciones con los stakeholders. Asimismo, la relación con los diferentes stakeholders también se fortalecen, ya que las empresas con ética resultan muy atractivas también para proveedores o inversores. Sin ir más lejos, de acuerdo con el ESG Global Survey 2023 de BNP Paribas, los factores sociales, ambientales y de gobierno corporativo son aspectos primarios que tienen en cuenta el 71% de los inversores privados e institucionales españoles. 

  • Incrementa los beneficios económicos. Todo esto se traduce en unos mejores resultados financieros para la organización. En concreto, las compañías que se rigen por estrategias de Responsabilidad Social Empresarial pueden incrementar el valor del mercado entre un 4 y un 6%, según una investigación de TopTal. 

  • Reduce los riesgos empresariales. Por último, un enfoque ético minimiza la posibilidad de problemas legales y escándalos públicos, con las consecuencias en cuanto a imagen corporativa y sanciones que ello supone.

¿Cómo aplicar la ética empresarial en una empresa?

Como consecuencia de estas ventajas, nueve de cada diez empresas consultadas consideran que la ética empresarial y la integridad son valores importantes en su día a día, según una encuesta de Deloitte. Sin embargo, el estudio puntualiza que solo el 60% las incorpora como parte de su estrategia corporativa. ¿Qué hacer para materializar la ética empresarial en la práctica? 

Debes tener en cuenta que construir y diseñar la cultura y ética empresarial es un trabajo constante al que se le debe dedicar especial atención. Como ves, gran parte de los intereses de una empresa quedan definidos por su ética empresarial. Incluso, si esta no se define, los valores intrínsecos de la organización acabarán definiendo su comportamiento y la naturaleza de sus acciones. Sin embargo, dejar algo tan importante en manos de la aleatoriedad y el criterio de cada persona es algo realmente peligroso. 

Diseñar, crear e implementar una ética empresarial resulta esencial si se quiere obtener los beneficios de su implementación. Para ello, se deben tener en cuenta los siguientes puntos: 

  1. Definición de valores, misión y visión de la empresa. El primer paso consiste en definir los valores, la misión y la visión sobre la que se va a sostener la cultura de la empresa. 

  2. Elaboración de un código ético. Tienes que elaborar un código ético que recopile las pautas que empresas y empleados deben seguir con base en los parámetros adoptados en el punto anterior. 

  3. Comunicación interna. Una vez que se ha elaborado, es indispensable que lo hagas llegar a toda la compañía y te asegures de que se entienda la importancia y el deber de seguirlo a rajatabla. 

  4. Fomentar una cultura ética. A partir de ahora, todas las acciones realizadas deben respetar el código ético. La organización debe dar ejemplo y educar a sus empleados para inculcar sus valores. 

  5. Creación de un comité ético. El comité de ética será el órgano encargado de vigilar y promover el código ético, así como de tomar acción en caso de que alguna de las normas no se esté respetando. También, tiene como labor asesorar y buscar soluciones a los posibles dilemas que puedan surgir. 

  6. Auditoría y evaluación. El código ético debe ser un documento dinámico y revisable. Es necesario someterlo a auditoría y evaluación constante en busca de mejoras e introducción de novedades en relación con la ética empresarial. 

  7. Mejora continua. La ética empresarial estará sometida a este ciclo de mejora continua, con el objetivo de adaptarse a los posibles cambios que puedan surgir con el paso del tiempo. 

     

Ejemplos de ética empresarial

Por si quieres visualizar la importancia y aplicación de la ética empresarial en tu compañía, los siguientes ejemplos reales de marcas que han aplicado con éxito principios éticos en sus operaciones te servirán de inspiración: 

  1. Patagonia. Esta marca de ropa ha basado su éxito en la sostenibilidad y el respeto al medioambiente. Han implementado prácticas de producción responsable, utilizando materiales reciclados y apoyando causas medioambientales.

  2. Ikea. La compañía sueca se ha comprometido a mejorar sus estándares laborales en toda su cadena de suministro, asegurando condiciones justas para los trabajadores en todo el mundo.

  3. Unilever. A través de su programa “Sustainable Living Plan”, la empresa ha trabajado para reducir su huella ambiental y mejorar las condiciones sociales en las comunidades donde opera.

  4. Ben & Jerry’s. Este fabricante de helados apoya causas sociales y medioambientales, y es conocido por su compromiso con la justicia social.

  5. Microsoft. Ha puesto en marcha políticas para mejorar la diversidad y la inclusión en sus operaciones globales, así como para reducir su impacto medioambiental mediante iniciativas sostenibles.

Como ves, la ética constituye los pilares de la esencia de una empresa. Por un lado, las compañías que siguen ancladas a las malas prácticas tienen cada vez más dificultades para posicionarse en el mercado. En cambio, las que trabajan sus valores, tienen un código ético y agregan valor moral a su actividad son cada vez más respetadas y valoradas por todas las partes. 

No obstante, para construir una ética empresarial de éxito, se requiere de una serie de conocimientos, experiencia y habilidades. Por esta razón, trabajarlas y mejorarlas mediante la acción, la revisión y el aprendizaje continuo es, sin duda, fundamental para perfiles de dirección, administración o cualquier persona que quiera liderar equipos de trabajo. 

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