La expresión escrita es una habilidad esencial en entornos académicos y profesionales. Desde las comunicaciones breves hasta los ensayos, los textos tienen unas normas y convenciones de redacción que cambian de un idioma a otro y que conviene conocer. Un paso fundamental es la estructuración de cada tipo de texto. En este artículo encontrarás información útil sobre la estructura del texto argumentativo en inglés.
El texto argumentativo es uno de los tipos de texto más comunes y se caracteriza por intentar convencer de una idea mediante la aportación de argumentos. Escribir este texto es una tarea habitual a la hora de aprender idiomas, y se suele utilizar como herramienta de evaluación en exámenes oficiales. Normalmente, sigue unas pautas determinadas para lograr su propósito, aunque estas pueden variar según el contexto. Las características generales del texto argumentativo son:
El objetivo de un texto argumentativo es explicar un punto de vista de forma clara y sencilla, apoyándolo sobre datos y una consecución lógica que lo respalde. Para ello, sigue esta estructura:
La introducción debe ser concisa. No es momento para desarrollar argumentos en detalle ni para contrastar puntos de vista. Su función principal es la de establecer un estado de la cuestión (un resumen de la situación) que ayude a comprender el texto sin entrar en excesivo detalle; al tiempo que se deja clara la tesis o postura que se va a defender. Las claves para este párrafo inicial son:
En la introducción debes provocar una reacción en el lector, ya sea predisponer hacia la postura que vas a defender, suscitar interés o cualquier otra. Hay muchas formas de generar interés en el lector, desde abrir el texto con una pregunta y su respuesta (al principio o al final) hasta empezar por un hecho determinado y desarrollar los motivos por los que este es relevante. Existe una amplia gama de herramientas que pueden ser útiles para conseguir el efecto deseado. Además, es muy recomendable hacer frases cortas y concisas cuando no se domina el idioma.
En el primer párrafo se expone la opinión que vamos a intentar refutar. Aunque hay otras formas de organizar el texto argumentativo, esta es una de las más comunes. Es importante que te centres solo en las cuestiones que se van a discutir en el propio texto y no dejar cabos sueltos, ya que la función de estos argumentos contrarios es iniciar un diálogo con las tesis o ideas que pretendes desarrollar.
Uno de los recursos habituales para exponer las ideas es la utilización de conjunciones adversativas como although o even though. La clave en este primer párrafo es presentar los argumentos por orden de prioridad (y teniendo en cuenta su interrelación) para razonarlos posteriormente en el mismo orden.
El segundo párrafo es donde se refutan los argumentos presentados en el primero. Si la extensión del párrafo se alarga demasiado o requieres nuevos argumentos o ideas para la discusión, puedes separarlo en tantos párrafos como sea necesario. Aquí, lo esencial es mostrar los argumentos y datos que vas a utilizar para respaldar tu opinión.
Los párrafos que vayan después de este también deberán incluir argumentos que respalden la tesis sin necesidad de contraponerlos con otros. Busca ideas nuevas que incluir para defender tu postura y sigue argumentando en el tercer párrafo y en los sucesivos, siempre respetando un orden lógico, respetando el orden de ideas expuesto anteriormente, relacionando temas entre sí y abriendo párrafos nuevos para cada cambio de idea.
Necesitarás otro golpe de efecto como el de la introducción. Aunque esta vez puedes extenderte un poco más, intenta llegar emocionalmente a tu lector y destacar los puntos más importantes de lo que has desarrollado en el cuerpo principal. No es momento de incluir ideas nuevas, sino de resumir y crear la sensación deseada en el lector, de forma que la argumentación quede mejor asentada y los puntos principales destaquen sobre el resto.
Seguir una estructura es el primer paso para redactar un buen texto argumentativo, una práctica esencial para el proceso de aprendizaje de un idioma nuevo como el inglés. Para poder organizar correctamente un texto, es conveniente que trabajes en el aprendizaje de vocabulario esencial y en el desarrollo de tus habilidades comunicativas en dicho idioma.
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