¿Se puede entrenar el pensamiento creativo?

10/02/2025 | Marta Medina Núñez y Marina Sanz Martín, Universidad CEU San Pablo

A medida que el mundo del trabajo se transforma, el pensamiento creativo se está posicionando como una de las habilidades más valoradas y necesarias para el futuro. Según el Informe sobre el Futuro de los Empleos 2025 del Foro Económico Mundial, el pensamiento creativo, junto con la resiliencia, la flexibilidad y la agilidad, así como el liderazgo y la capacidad analítica, se encuentran entre las habilidades que los empleadores consideran esenciales para el 2025.

En un contexto global donde la automatización y la digitalización progresan a un ritmo acelerado, la creatividad emerge como un instrumento esencial para adaptarse a estas transformaciones. En concreto, el informe nos anticipa que el pensamiento creativo cobrará mayor relevancia en sectores como la gestión de seguros y pensiones o la educación y la formación, así como el sector de las telecomunicaciones. 

La creatividad no solo facilita la innovación, sino que también es esencial para que las organizaciones y los individuos se adapten y prosperen en un contexto altamente influenciado por la tecnología.

¿Y usted, tiene un pensamiento creativo?

Existen personas que nacen con una capacidad creativa innata, otras que desarrollan esta habilidad gracias a un entorno familiar rico en estímulos, y luego están aquellos a quienes llamamos "pesimistas", que piensan que todo ya está inventado. Sea cual sea nuestro punto de partida, hemos de saber que tenemos la capacidad de convertirnos en una persona creativa. ¿Cómo lograrlo? A continuación, ofrecemos algunas pautas.

Es probable que hayamos oído hablar del "pensamiento convergente" -también llamado vertical- y el "pensamiento divergente" o lateral. El primero se centra en la búsqueda de una única solución correcta a un problema, mientras que el segundo explora diversas direcciones en busca de múltiples respuestas. 

Para ilustrarlo, imaginemos que tenemos hambre -el problema-. En el caso del pensamiento convergente, abriríamos la nevera, cogeríamos jamón y queso y, con dos rebanadas de pan, prepararíamos un sándwich. Esta sería una solución específica y única que resolvería dicho problema. Por otro lado, con un enfoque divergente, observaríamos todos los ingredientes disponibles y nos pondríamos a experimentar con combinaciones para crear una comida deliciosa. Aquí, el proceso no busca una sola solución, sino muchas posibilidades.

Ahora imaginemos que nuestro cerebro es una biblioteca, y las conexiones neuronales que acceden a diferentes ideas, recuerdos e imágenes, son el bibliotecario. Una persona con pensamiento convergente le pediría al bibliotecario una palabra específica, como "gato", y este le devolvería una imagen y cuatro letras. En cambio, alguien con pensamiento divergente podría solicitar una variedad de respuestas, como "gato", "comida de gato", "obliGATOrio", "interroGATOrio"…

Este enfoque permite crear nuevas conexiones y generar ideas innovadoras. Así, la persona altamente creativa trabaja con su propio "director de orquesta", coordinando y generando ideas.

El pensamiento creativo se está posicionando como una de las habilidades más valoradas y necesarias para el futuro.

Técnicas para ejercitar la creatividad

¿Cuántas veces nos hemos encontrado bloqueados frente a un proyecto, sin avanzar a pesar de nuestros esfuerzos? Luego, al cambiar de actividad -ya sea meterse en la ducha, dar un paseo o jugar con nuestros hijos-, una idea brillante surge como por arte de magia. Esto sucede porque, al relajarnos, nuestro cerebro tiene la oportunidad de generar nuevas conexiones.

Sin embargo, en ocasiones, especialmente en campos como la publicidad, es necesario emplear técnicas que favorezcan la creatividad. Algunas de las más populares incluyen: SCAMPER, los seis sombreros de pensar, las relaciones forzadas y el conocido brainstorming o lluvia de ideas.

Superar los bloqueos

Existen diversas barreras que pueden obstaculizar nuestro potencial creativo, tales como bloqueos perceptuales, emocionales y culturales. ¿Alguna vez te has quedado atrapado en una idea, sin poder avanzar en la resolución de un problema? -Bloqueo perceptual- ¿O has sentido miedo de hacer el ridículo? -Bloqueo emocional- ¿O tal vez has tenido la necesidad de conformarte con las normas del grupo? -Bloqueo cultural-. Estos bloqueos son comunes y es muy probable que todos los hayamos experimentado en algún momento de nuestras vidas.

Lo importante es reconocerlos, identificarlos y comprender que son solo eso: bloqueos. Una vez los hayamos identificado, demos el siguiente paso: atrevernos a hacer algo diferente. Nos sorprenderá lo que podemos lograr.

Preguntarse siempre por qué se hacen las cosas de determinada manera y retar esa tradición es otra de las formas para fomentar el pensamiento creativo. La creatividad surge de la conexión de ideas que, a primera vista, pueden parecer inconexas, pero al combinarlas se produce algo nuevo, original y, lo más importante, que mejora nuestra vida de forma sencilla.

El clásico "porque siempre se ha hecho así" es uno de los mayores enemigos de la creatividad. ¿Y si le damos una vuelta a esa idea? Sin prejuicios. Como dijo Steve Jobs: "La creatividad es conectar cosas."

Trabajar la fluidez creativa

En el programa de Comunicación Creativa de la Danish School of Media and Journalism, los estudiantes participan en un curso intensivo de tres semanas llamado 1001 ideas. Durante este tiempo se les entrena en creatividad a través de diversos juegos y actividades. Es una especie de campamento creativo.

Al inicio, realizan una prueba en la que deben escribir distintos usos para un objeto común, como una maceta. Al final del programa, sorprendentemente, los alumnos son capaces de generar hasta el doble de ideas sobre el mismo objeto, gracias a que han entrenado su mente para propiciar el pensamiento creativo. La "fluidez" se refiere a la habilidad de generar un volumen considerable de ideas en un periodo de tiempo restringido, y ejercicios como este contribuyen a la optimización de esta característica típica de la persona creativa.

Otras formas de entrenar el pensamiento creativo

  1. Realizar conexiones visuales: dar un paseo y observar lo que nos rodea, imaginando diferentes combinaciones y asociaciones. Por ejemplo: una farola podría convertirse en una araña gigante, o las ramas de un árbol podrían evocar el sistema nervioso humano. Grandes y conocidas marcas han hecho uso de esta técnica en sus campañas publicitarias.

  2. Escribir relatos cortos a partir de imágenes: elegimos cinco imágenes al azar y generamos una historia con ellas. 

  3. Combinar los siguientes objetos para inventar productos nuevos: un zapato, una lámpara, un pimentero, una maceta, un plátano, un paraguas y una botella de vino. ¡Dejemos volar nuestra imaginación!

  4. Formar una palabra con estas letras: A R P N A B S L F A R L A O M O A U A R. ¿Es capaz?

Como vemos, la creatividad no es un don reservado para unos pocos, sino una habilidad que todos podemos cultivar a base de práctica. En un mundo en constante cambio, donde la tecnología y la automatización redefinen el panorama laboral, desarrollar el pensamiento creativo se puede convertir en una ventaja competitiva y una herramienta imprescindible para la innovación y la adaptación

Más allá del ámbito profesional, la creatividad nos permite encontrar soluciones originales a los desafíos cotidianos, mejorar nuestra capacidad de expresión y descubrir nuevas maneras de ver el mundo. Así que la pregunta realmente no es si somos creativos o no, sino cómo vamos a entrenar nuestra creatividad para aprovechar todo nuestro potencial.

 

Este artículo se ha publicado en The Conversation

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