¿Has escuchado hablar de Alicia Asín o Andrea Barber? Por un lado, Alicia Asín, con solo 24 años, creó una empresa de Internet of Things (IoT) que exporta sensores a 120 países. Por el otro, Andrea Barber ideó un software para placas fotovoltaicas que automatiza el diseño y reduce costes. Sin duda son mujeres referentes en el emprendimiento femenino que han marcado hitos importantes y que han impulsado innovaciones que han transformado el mundo.
Y es que, según el informe Women 's Entrepreneurship 2020/21, unos 274 millones de mujeres de todo el mundo están involucradas en la creación de empresas. Sin ir más lejos, la tasa promedio a nivel global de la actividad de mujeres emprendedoras es del 11%.
En la actualidad, tal y como se menciona en el informe citado anteriormente, las mujeres representan uno de cada tres empresarios orientados al crecimiento activo en el mundo. Si bien se han producido notables avances en la igualdad de oportunidades, aún queda un largo camino por recorrer. En este sentido, existe una serie de motivos por los que es necesario impulsar el emprendimiento femenino:
Crecimiento de la economía: un estudio de McKinsey, publicado en 2015 y actualizado en 2019, estima que, si las mujeres participaran en la economía de manera igual que los hombres, se produciría un crecimiento de 2,6 billones de dólares para 2025 del producto interior bruto (PIB) en América Latina. Asimismo, de acuerdo con datos del Pacto Mundial, al desarrollar todo el potencial de las mujeres, se añadirían más de 12 billones de dólares al PIB global. Esto es, el emprendimiento femenino genera empleo y riqueza.
Reducción de la desigualdad de género: la desigualdad de oportunidades por distinción de género sigue siendo una realidad en muchos países. Según el informe Diagnóstico sobre la igualdad de género en el emprendimiento para jóvenes de Ayuda en Acción, el 60% de las mujeres que deciden emprender abandonan el proceso, a pesar de que tanto hombres como mujeres muestran la misma intención de emprender. Este dato no se relaciona con el hecho de que haya menos mujeres emprendedoras, sino con que suelen emprender en el sector servicios, lo que supone una menor remuneración, más competencia y menos posibilidades de que el negocio sobreviva.
Ruptura del techo de cristal: el techo de cristal hace referencia a una serie de elementos culturales, sociales y económicos que son difíciles de ver y, por lo tanto, difíciles de detectar.
En el ámbito laboral, el techo de cristal impide el avance de las mujeres hacia puestos directivos. Por ello, la ruptura del techo de cristal requiere un cambio cultural que apoye el emprendimiento de las mujeres y que las empodere. En base a los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando las empresas aplican culturas inclusivas, pueden aumentar su rentabilidad en un 63%, su capacidad de atraer y retener talento en un 60% y mejorar su reputación en un 58%.
Capacidad de conciliar la vida familiar y profesional: en el informe Las invisibles se pone de manifiesto que el 53% de las mujeres autónomas madres se lanzaron a emprender para poder conciliar su vida familiar y profesional ante la falta de flexibilidad horaria de los trabajos por cuenta ajena. De esta manera, el emprendimiento femenino es una salida para que puedan encontrar un equilibrio entre su vida laboral y personal.
Un mayor desarrollo social: el Objetivo número 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hace referencia al empoderamiento de las mujeres para poner fin a la pobreza. Y es que el emprendimiento femenino favorece que las mujeres generen sus propios ingresos y aporten recursos económicos a sus familias, a la vez que se produce una mejora en su calidad de vida.
Asimismo, el emprendimiento femenino tiene un enorme potencial que hay que aprovechar en beneficio de la sociedad para garantizar un desarrollo sostenible y lograr el Objetivo 11 de los ODS, en el que se persigue la reducción del impacto ambiental y de los residuos. Un ejemplo de las contribuciones que puede aportar el emprendimiento femenino en este ámbito es Zaira Guerrero, que utiliza aceite de cocina reciclado para elaborar jabón líquido y en barra para lavar la ropa.
Para las mujeres que desean emprender es fundamental conocer las habilidades que van a facilitar la gestión de su negocio y contribuir a su éxito. Algunas de ellas son las siguientes:
Automotivación e inteligencia emocional: en cualquier negocio hay que hacer frente a situaciones difíciles, como crisis económicas, reducción de las ventas, cambios en el mercado o problemas con los empleados. Para superar cualquier obstáculo, es esencial saber automotivarse y utilizar la inteligencia emocional para saber cómo se deben gestionar las propias emociones y, al mismo tiempo, ponerse en la piel de los demás.
Capacidad de análisis: a la hora de crear un negocio, es fundamental analizar el sector, el mercado y a los competidores. El análisis continuo es importante para hacer frente a los posibles cambios y predecir lo que pueda ocurrir en el futuro.
Un ejemplo de ello es Melanie Perkins, una experta en diseño digital, que analizó su entorno y se dio cuenta de que a muchos de sus compañeros les resultaba demasiado complicado utilizar programas de diseño. Por ello, decidió crear Canva, una herramienta de diseño gráfico que puede utilizar cualquier persona sin necesidad de tener conocimientos de diseño y que, actualmente, cuenta con millones de usuarios.
Planificación: la planificación del negocio es la piedra angular y debe abarcar aspectos tan importantes como las finanzas, las ventas o el marketing.
Habilidades de negociación: la negociación es una habilidad necesaria para convencer y tratar con los proveedores, trabajadores, clientes o socios. De ahí que cualquier líder del futuro deba poseer dotes de comunicación para persuadir y encontrar el win to win en cualquier negociación, así como para crear relaciones duraderas.
Todas las habilidades se pueden aprender y desarrollar con el fin de alcanzar el éxito de cualquier emprendimiento femenino. Algunas de las herramientas que tienes a disposición para seguir aprendiendo son:
Contacto con referentes femeninos: conocer a mujeres empresarias, que destacan en el campo del emprendimiento o como directivas, ayuda a que otras mujeres tengan referentes para guiarse y motivarse.
Networking con otras mujeres emprendedoras: crear comunidades y redes de mujeres que dirigen su propio negocio permite conocer las experiencias de otras mujeres, compartir conocimientos y preocupaciones y desarrollar habilidades como la creatividad.
Con el objetivo de impulsar, empoderar y promover el talento femenino para alcanzar la igualdad efectiva, Banco Santander, lanza una nueva edición del Curso Santander | SW50 2025, dirigido a 50 mujeres con cargos de alta dirección.
Este año, este programa de liderazgo femenino toma impulso con ediciones locales en 11 países (Alemania, Argentina, Brasil, Chile, EE.UU., España, México, Polonia, Portugal, Reino Unido y Uruguay) para encontrar a las 50 mejores directivas de cada uno de estos países, un total de 550 mujeres líderes.
Las 50 mujeres con más votos de cada país serán las ganadoras de su edición local y pasarán a formar parte de una excepcional comunidad de mujeres líderes de todo el mundo. Accederán a un curso online sobre liderazgo femenino, impartido por London School of Economics and Political Science (LSE), y, además, tendrán la oportunidad de asistir a un evento con el resto de ganadoras de su edición local.
De entre las 550 mujeres de SW50 locales, LSE escogerá a 50 finalistas para realizar el programa presencial en Londres. En este curso de SW50 global, impartido de forma presencial en el campus de Londres de la prestigiosa London School of Economics and Political Science (LSE), adquirirán las herramientas, estrategias y habilidades necesarias para trabajar y pulir su propio estilo de liderazgo.
Todo ello a través de conferencias interactivas, tutorías individuales y debates con expertos de primer nivel de LSE y el resto de compañeras. Además, recibirán sesiones de coaching individuales y grupales, y vivirán una experiencia de networking única.
El curso incluye el 100% del coste del programa formativo, así como la estancia en Londres durante las fechas del programa. No es necesario tener un título universitario ni ser cliente de Banco Santander.
¿Ocupas un puesto de alta dirección y quieres formar parte de una comunidad internacional de mujeres líderes? Si la respuesta es sí, inscríbete ya en el Curso Santander | SW50 2025.