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¿Qué es la economía verde y por qué es importante?

30/12/2024 | Santander Universidades

¿Sabías que, según los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el año 2050, habrá 9.000 millones de personas en el mundo? Si por aquel entonces el modelo de consumo no ha realizado una transición completa hacia una economía verde, es probable que la humanidad se enfrente a serias dificultades, ya que, de acuerdo con las estimaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), necesitaríamos los recursos de tres planetas Tierra para satisfacer la demanda de toda la población.

Aunque muchas personas y empresas siguen ajenos a los problemas ecológicos de nuestro planeta, cada vez es más evidente la necesidad de transformar radicalmente el modelo económico que sustenta nuestra sociedad. Y es que, tal y como dijo Andrés Rodríguez, presidente de Forbes España: “el futuro será sostenible o no será”.

¿Quieres saber qué es la economía verde, cuáles son sus principios y por qué es tan importante? En este artículo, te explicamos con ejemplos la magnitud de este concepto económico que ha llegado para quedarse.

¿Qué es la economía verde?

La economía verde es un modelo económico que apuesta por el desarrollo sostenible y la reducción del impacto medioambiental en todas las actividades económicas. Este modelo busca mejorar el bienestar humano y la equidad social mientras reduce los riesgos ambientales y la escasez ecológica. En esencia, es una alternativa al modelo económico tradicional, que pretende generar crecimiento económico sin comprometer los recursos naturales del planeta y las generaciones futuras.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define la economía verde como ”aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. Es baja en carbono, eficiente en recursos y socialmente inclusiva”.

El concepto de economía verde fue acuñado por Pearce, Markandya y Barbier en su libro Blueprint for a Green Economy, publicado en 1989. Años más tarde, en 2012, se convirtió en uno de los temas centrales de la conferencia Rio+20, cuya agenda se focalizó en la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Asimismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU en 2015 han reforzado aún más este modelo, integrando la economía verde como parte fundamental de la agenda global para el desarrollo sostenible.

Los 5 principios de la economía verde

En las últimas décadas, hemos presenciado una sucesión constante de crisis sociales, medioambientales y económicas, como el cambio climático, el aumento de las desigualdades sociales, la pérdida de biodiversidad, la crisis energética o los problemas de abastecimiento. Para hacer frente a estos y otros retos, la Green Economy Coalition propone 5 principios fundamentales para transformar el modelo económico actual en uno más sostenible y equitativo:

Principio de bienestar. La economía verde está centrada en las personas. Todos tenemos el derecho a disfrutar de la prosperidad, el bienestar y la riqueza que genera nuestro planeta. Este principio busca asegurar que el desarrollo económico beneficie a toda la sociedad, garantizando el acceso equitativo a oportunidades para crecer a nivel individual y colectivo.
Principio de justicia. La economía verde debe ser justa, incluyente y no discriminatoria. Debe promover la igualdad de oportunidades entre generaciones, reduciendo las desigualdades entre las personas. También apuesta por una economía sostenible a largo plazo donde la riqueza de la naturaleza sea tan importante como la económica.
Principio de los límites planetarios. Prioriza la inversión en protección, crecimiento y restauración de la naturaleza, reconociendo los valores funcionales, culturales y ecológicos del planeta. Este principio reconoce que nuestro planeta tiene límites físicos que no podemos sobrepasar y apuesta por un sistema de vida basado en la regeneración natural y el respeto por los ecosistemas.
Principio de eficiencia y suficiencia. Apoya y promueve el consumo y la producción sostenibles, el uso eficiente de los recursos naturales y energéticos, y las tecnologías limpias y renovables. Este principio busca maximizar el valor de los recursos, el bienestar social y el consumo responsable mientras se minimiza el desperdicio y la contaminación.
Principio de buena gobernanza. Establece que las decisiones económicas deben ser transparentes, responsables y participativas. Implica la colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil para implementar políticas que favorezcan la transición hacia una economía más verde y sostenible.

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5 ejemplos de economía verde

Tras más de 30 años del nacimiento del concepto, en la actualidad, cada vez podemos encontrar más ejemplos de economía verde. Estos no solo demuestran que se trata de un modelo socioeconómico viable y posible, sino que también marcan el camino a seguir para conseguir futuro más sostenible:

Movilidad sostenible. La movilidad sostenible apuesta por medios de transporte que minimicen el impacto ambiental, como vehículos eléctricos, bicicletas o transporte público eficiente. Ciudades como Ámsterdam o Copenhague son referentes mundiales en este aspecto, con extensas redes de carriles bici y sistemas de transporte público electrificado.
Economía circular. Este modelo económico, basado en las 7 R (rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar), busca eliminar el concepto de residuo y maximizar el aprovechamiento de los recursos. Empresas como IKEA o H&M han implementado programas de retorno y reciclaje de productos, mientras que compañías como Patagonia diseñan sus productos para que sean duraderos y reparables.
Energías renovables. Otro de los ejemplos más claros de economía verde es el uso de energías limpias y renovables en lugar de combustibles fósiles, contaminantes y limitados. Países como Dinamarca, que genera casi el 100% de su electricidad con energía eólica, o España, que lidera en energía solar térmica, demuestran que la transición energética es posible y rentable.
Agricultura sostenible. La agricultura sostenible promueve prácticas que protegen el suelo y la biodiversidad al mismo tiempo que producen alimentos saludables. Por ejemplo, los Países Bajos son pioneros en agricultura vertical, sistemas de invernadero eficientes y otras iniciativas, como los huertos urbanos y la agricultura ecológica, que ganan terreno en todo el mundo.
Arquitectura sostenible. Los edificios de consumo de energía casi nulo, conocidos como nZEB por sus siglas en inglés, están construidos con materiales ecológicos y sistemas de eficiencia energética para minimizar su impacto ambiental. El edificio Platinum@BCN en Barcelona es un ejemplo de cómo la arquitectura puede ser, a la vez, funcional y respetuosa con el medioambiente.

¿Por qué es importante la economía verde?

Hasta ahora, el modelo socioeconómico actual ha demostrado ser efectivo en la generación de riqueza y el desarrollo económico. Sin embargo, este crecimiento se ha logrado a costa de un alto precio medioambiental y social. La sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación del aire y el agua, la pérdida de biodiversidad o el aumento de las desigualdades sociales son solo algunos ejemplos que lo certifican.

¿Qué ocurriría si continuáramos con el modelo económico actual? Según el sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), basado en más de 30.000 estudios científicos, las consecuencias serían devastadoras.

El informe advierte de que, sin una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará más de 1,5 °C en las próximas décadas, provocando impactos irreversibles en los ecosistemas y las sociedades humanas como, por ejemplo:

Incremento de la temperatura global de hasta 2,7 °C para el año 2100.
Fenómenos climáticos cada vez más extraños y extremos.
Inseguridad alimentaria, desaparición de cultivos en todo el mundo y encarecimiento de alimentos de primera necesidad.
Escasez crónica de agua que afectará entre 800 y 3.000 millones de personas en todo el mundo.
Pérdida masiva de biodiversidad, con hasta un millón de especies en riesgo de extinción en las próximas décadas.
Desigualdad social y económica creciente, con un aumento significativo de la brecha entre ricos y pobres, especialmente en las regiones más vulnerables al cambio climático.

La economía verde surge como una respuesta necesaria a estos desafíos, proponiendo un modelo que equilibra el progreso económico con la sostenibilidad ambiental y la justicia social. El cambio de modelo no es un capricho, es una necesidad, y cada día que pasa sin tomarse medidas decisivas nos acerca más a un punto de no retorno.

La transición hacia una economía verde no solo es una oportunidad para preservar nuestro planeta, sino también para crear un sistema económico más justo y resiliente que beneficie a todas las generaciones futuras.

Y, más allá de responder a las principales problemáticas, la economía verde también representa una fuente de oportunidades económicas y de innovación. La creación de empleos verdes, el desarrollo de nuevas tecnologías sostenibles y la apertura de mercados emergentes en sectores como las energías renovables o la economía circular son claros ejemplos de cómo este modelo puede impulsar el crecimiento económico de manera responsable.

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¿Cómo lograr una economía verde?

Cambiar hacia un modelo socioeconómico es una tarea titánica en la que todos debemos participar. No obstante, como hemos visto, un futuro más sostenible, equitativo y próspero es posible. Para conseguirlo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) propone 10 puntos clave para lograr la transición hacia una economía más verde y sostenible:

Liderazgo político. Los gobiernos deben tomar la iniciativa estableciendo marcos regulatorios claros y políticas que incentiven la transición verde, como la aplicación de impuestos al carbono y la concesión de subsidios para el desarrollo y la adopción de tecnologías limpias. Es fundamental que exista un compromiso político firme y coherente a largo plazo para impulsar esta transformación.
Diálogo social inclusivo. Es necesario involucrar a todos los actores sociales (empresas, sindicatos, organizaciones civiles y ciudadanos) en la toma de decisiones sobre la transición verde. Este diálogo debe garantizar que las medidas adoptadas sean equitativas y consideren las necesidades de todos los sectores de la sociedad, especialmente de los más vulnerables.
Crecimiento económico sostenible. Cualquier decisión económica o financiera debe tomar el medioambiente como factor principal, priorizando inversiones en sectores verdes y tecnologías limpias. Es necesario desarrollar modelos de negocio que generen valor sin comprometer los recursos naturales, y promoviendo la innovación y la eficiencia en el uso de materiales y energía.
Todos deben formar parte. Nadie puede quedarse rezagado durante el cambio de modelo, especialmente las industrias y las comunidades más vulnerables. La transición debe ser por y para todos, apoyando, protegiendo e impulsando a aquellos actores que necesiten ayuda extra para conseguirlo.
Apoyo a las empresas. Las empresas, especialmente las pymes, deben tener un papel protagonista en la transición verde, recibiendo apoyo financiero y técnico para adoptar prácticas sostenibles.
Formación y competencias. Un nuevo modelo económico requiere nuevas habilidades y conocimientos. Es fundamental invertir en educación y capacitación para preparar a la fuerza laboral en empleos verdes. Los programas de formación deben adaptarse constantemente para satisfacer las demandas emergentes del mercado laboral verde.
Empleos verdes. La creación de empleos verdes es otro de los pilares para alcanzar una economía sostenible real. Se deben promover y proteger los puestos de trabajo en sectores como las energías renovables, la eficiencia energética, la gestión de residuos y la agricultura sostenible.
Protección social. Es necesario establecer sistemas de protección social que ayuden a los trabajadores y comunidades durante la transición hacia una economía verde. Esto incluye desarrollar programas para proteger a poblaciones vulnerables frente a desastres climáticos, garantizar oportunidades de empleo y ofrecer acceso a vivienda pública accesible.
Anticiparse a los cambios. Todos debemos tener los recursos necesarios para anticipar y adaptarnos a los cambios que el cambio climático y la transición verde traerán consigo. Esto incluye desarrollar planes de contingencia, sistemas de alerta temprana y estrategias de adaptación que nos permitan responder de manera efectiva a los desafíos futuros.
Promover el trabajo decente. La creación de empleos verdes debe ir acompañada de condiciones laborales dignas y justas. Esto incluye salarios adecuados, seguridad laboral, derechos sindicales y protección social.

Economía verde: presente y futuro del planeta

Como puedes ver, la economía verde es un modelo económico que sitúa en el centro el bienestar de los seres vivos. Y, aunque hay mucho trabajo por hacer, todos tenemos un papel protagonista durante la transición.

Por ello, y con tal de seguir avanzando hacia una economía verde, es fundamental que los profesionales sigan formándose y aprendiendo continuamente. La formación es imprescindible no solo para potenciar las habilidades profesionales, sino también para explorar e implementar soluciones innovadoras en cada área y posicionarnos como referente en prácticas sostenibles.

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