Ante este escenario de constantes cambios a causa de la revolución tecnológica y la digitalización, cada vez son más las capacidades y habilidades que demandan las empresas. Entre ellas, según el informe Q1 2022 Workplace Learning Index de Udemy, podemos encontrar “habilidades de poder” como la eficiencia, cuya importancia ha aumentado hasta un 98% a nivel mundial.
No obstante, la eficiencia es un concepto que puede generar confusión con la eficacia. Y es que, si bien podemos decir que una persona eficiente también es eficaz, no podemos afirmar que una persona eficaz sea también eficiente. ¿No sabes cuáles son exactamente las diferencias entre eficaz y eficiente?
Dado que entender en qué consisten estas habilidades resulta fundamental para poder adquirirlas, llevarlas a la práctica en entornos laborales y poder demostrar su aplicación en el día a día, a continuación, te explicamos sus significados, sus características y la importancia de estas competencias a la hora de acceder y prosperar en el mercado laboral.
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española (DLE), la eficacia se define como “la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”. Es decir, es un concepto que está relacionado con el resultado que se obtiene de un proceso.
En este sentido, si hacemos una aproximación de su significado en entornos profesionales, podríamos calificar como eficaz a aquella persona que es capaz de alcanzar unas metas u objetivos, ya sean autoimpuestos o marcados por un superior, en un tiempo determinado. De esta manera, habría que añadir los objetivos empresariales a la ecuación y acotar un marco de tiempo para su consecución.
Sin embargo, es importante conocer las diferencias entre eficaz y eficiente para no confundir ambos términos, ya que no son lo mismo. Sin ir más lejos, según el mismo Diccionario de la lengua española, la eficiencia es tanto “la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado” como “la capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos”. Es decir, se refiere a los medios que se disponen para desarrollar un proceso.
Por tanto, como concluye la Fundación del Español Urgente (FUNDÉU), eficaz es “aquella persona que sirve para lo que se espera de ella”, mientras que la eficiente es “una persona competente, la que rinde en su actividad”. Por tanto, la eficacia es la capacidad de conseguir lo que se propone en el tiempo indicado, pero la eficiencia es lograr el objetivo con menos recursos, lo que implica que el gasto temporal es el mismo, pero se reducen los costes de otros recursos.
Si te pones en el lugar de un reclutador, ¿con qué perfil te quedarías: con una persona que cumple con las metas propuestas en el tiempo adecuado o con una que, además de poseer esta capacidad, es eficiente? Desde luego, da la sensación de que los resultados serán mejores en el segundo caso.
Y es que, si bien ambas competencias son necesarias, las diferencias entre eficaz y eficiente residen exactamente ahí, en que la segunda incluye, por definición, a la primera. En este sentido, si seleccionamos al perfil que muestra la eficiencia entre sus características, podemos concluir que también resultará eficaz en el desempeño de su trabajo.
Para terminar de entender las diferencias entre eficaz y eficiente, pongamos un ejemplo práctico:
A partir de este ejemplo, podemos establecer que ambos son eficaces porque porque han terminado la tarea a tiempo, pero, mientras que el primer trabajador posee ambas cualidades, el segundo no es eficiente porque no ha sabido ahorrar recursos en el desarrollo del proceso.
Ahora que conoces las diferencias entre eficaz y eficiente, puedes comprobar que ambas están relacionadas con la productividad.
Sin duda, cualquier empresa, independientemente de su tamaño, tiene como propósito principal garantizar su rentabilidad. Para ello, el trabajador debe ser capaz de cumplir con las exigencias del cliente —ser eficaz— como, al mismo tiempo, ahorrar recursos materiales, económicos o energéticos en el desarrollo del producto e invertir el menor tiempo posible en los procesos de creación o fabricación —ser eficiente. Y es que, para alcanzar el éxito empresarial, es fundamental realizar tareas productivas con respecto a las formas y los tiempos estipulados de manera previa.
Sin embargo, la productividad no es un factor directamente relacionado con las horas trabajadas. De hecho, un estudio desarrollado en Australia demostró que, si se reduce la jornada laboral a tan solo 25 horas semanales, las capacidades cognitivas de los trabajadores mejoran. En este sentido, lo fundamental es contar con profesionales que tengan una formación adecuada. ¿Quieres mejorar o adquirir habilidades, como la eficacia y la eficiencia, altamente valoradas en el entorno laboral?
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