Brittany Forsyth, exvicepresidenta de recursos humanos de Shopify, tiene muy claro el impacto que tiene la cultura organizativa de una empresa en las personas. Por ello, considera que, como empresa, “debes determinar qué comportamientos y creencias valoras y hacer que todos vivan fieles a ellos. Estos comportamientos y creencias deberían ser tan esenciales para tu núcleo, hasta el punto que ni siquiera lo consideran cultura”.
Y es que,crear una cultura organizacional alrededor de una compañía es clave para alcanzar el éxito, ya que esta permite que los empleados y la empresa puedan caminar unidos en una misma dirección, creando un compromiso fuerte y duradero que permita afrontar todo tipo de retos. De hecho, esta tiene un fuerte impacto en la adquisición y retención de talento.
Sin ir más lejos, según datos de Indeed, el 46% de las personas en búsqueda activa de empleo no acaba solicitando un trabajo porque considera que no encajaría bien con la cultura organizativa. Asimismo, para el 72% de los candidatos, es muy importante que las ofertas contengan detalles sobre la cultura de la empresa.
¿Quieres saber más acerca de la cultura organizativa, los elementos clave que la conforman y por qué es tan relevante en la actualidad? Te lo contamos a continuación.
La cultura organizativa, también denominada como cultura corporativa, cultura empresarial o cultura institucional, es el conjunto de creencias, valores, normas y reglas que definen el comportamiento de una organización. Se trata de una especie de estatuto o tabula rasa que permite dotar a una empresa de identidad y un modo propio de ver las cosas.
De esta manera, la cultura organizativa sirve de guía para que todas las personas involucradas alrededor de una organización puedan seguir el mismo camino. Por ello, esta forma de hacer las cosas tiene un efecto directo tanto a nivel interno como externo. Los empleados, el líder y los puestos de mando deben actuar y tomar decisiones respetando esta cultura organizativa, ya que la imagen y reputación de la marca depende de lo bien que se aplique. Asimismo, también dependerá, en gran parte, el bienestar de las personas y el clima laboral, así como la atracción y retención del talento o de nuevos clientes.
La cultura organizativa comprende varios elementos clave que definen la identidad y el funcionamiento de una organización. Definir cada uno de estos componentes, evitando que estos se formen por inercia con el paso del tiempo, es clave para contar con una cultura sólida y coherente con los objetivos que se desean alcanzar.
Lo ideal es que, desde la fundación de la compañía, se diseñe una cultura que sea los cimientos de los pilares sobre los que se debe progresar y crecer. De la misma forma, saber cómo aplicarla y cómo transmitir los valores empresariales desde los cargos más altos hasta los más bajos resulta fundamental. Sin embargo, ¿cuáles son los elementos clave que comprende cualquier cultura organizativa?
La filosofía es el eje sobre el cual gira toda la cultura organizativa de una empresa. Esta guiará el resto de puntos: definirá su manera de ser y establecerá cómo se debe actuar ante cualquier situación. Permite fortalecer las relaciones con sus clientes y resume el ambiente, la cultura y los valores de la compañía.
Cuando dicha filosofía se comunica de manera efectiva, puede convertirse en algo motivador que impulsa la innovación y el compromiso en todos los niveles de la organización.
La misión, visión y valores definen la identidad de la empresa y el porqué de su existencia, así como sus objetivos y el código ético.
En este sentido, Richard Barret, autor y estudioso de la evolución de los valores humanos en el entorno empresarial y social, asegura que “las organizaciones impulsadas por valores son las más exitosas porque saben identificar y satisfacer las necesidades de los miembros de la compañía, algo que es clave para lograr la motivación de los empleados y así crear una organización de alto rendimiento”.
La manera en la que los diferentes miembros de la plantilla se relacionan entre sí resulta imprescindible para la cultura organizativa. Por ello, hay que definir qué tipo de ambiente se desea conseguir. Un buen clima laboral, así como unas relaciones estables, permiten aumentar la productividad general de una empresa.
El sentido de identidad permite que los empleados se sientan parte de los proyectos y de la empresa en la que trabajan. No obstante, también funciona de manera inversa: la organización debe representar los valores de sus empleados.
Por esta razón, a la hora de contratar, es importante garantizar que el empleado y la compañía comparten una misma manera de ver las cosas, ya que, de lo contrario, será complicado alcanzar este sentido de identidad.
Definir normas y reglas es también importante, dado que marcan los límites que tanto empleados como la propia empresa no deben sobrepasar (negocios éticos, responsabilidad medioambiental, etc.). En la actualidad, se apuesta por crear estructuras que sugieren las líneas a seguir, en lugar de un modelo basado en sanciones por incumplimiento.
Asimismo, la estructura de poder también ayuda a definir la cultura organizativa. Por lo general, se registra en un organigrama empresarial, en el cual se define la jerarquía de mando, cómo serán las relaciones y quién debe tomar las decisiones en cada caso. También determina cómo se toman las decisiones y cómo fluye la información dentro de la organización. Un diseño eficaz de esta estructura fomenta la colaboración, la innovación y la agilidad en la toma de decisiones.
Una cultura organizativa sólida es clave para el éxito de cualquier empresa. Para construirla, es esencial invertir tiempo y recursos en definir claramente los valores, principios y objetivos que guiarán a la organización. Aunque puede parecer sencillo en teoría, llevarla a la práctica es un proceso continuo que requiere compromiso y acciones coherentes. A continuación, te presentamos algunos pasos esenciales para lograrlo:
Analizar: el primer paso es evaluar quiénes somos como empresa, qué nos motiva, en qué creemos y hacia dónde queremos ir. Este análisis profundo de nuestra identidad y valores permitirá construir una cultura genuina y alineada con nuestros principios.
Alinear: comparar la cultura actual con la que aspiramos a tener es crucial para identificar áreas de mejora. Con esta información, se puede diseñar un plan de acción que alinee la cultura organizativa con los objetivos estratégicos de la empresa.
Escuchar: involucrar a los empleados es fundamental. Realizar encuestas, sesiones de retroalimentación y grupos focales permite captar sus opiniones y fomentar su compromiso en el desarrollo de la cultura organizativa.
Seleccionar talento: la adquisición de talento debe estar alineada con los valores de la organización. Contratar personas que compartan la visión de la empresa facilita la expansión y el refuerzo de la cultura organizativa.
Transmitir: comunicar de manera clara y constante los valores y principios de la cultura organizativa es esencial. Todos los empleados deben conocer y adoptar estos pilares, tanto para actuar de acuerdo con ellos como para contribuir a su mejora continua.
Liderar con el ejemplo: los líderes deben ser los principales defensores de la cultura organizativa, actuando de manera coherente con los valores de la empresa. Un liderazgo auténtico inspira al equipo y refuerza el compromiso con la cultura.
Fomentar pertenencia: cuidar el bienestar y la satisfacción de los empleados es esencial para generar un sentido de pertenencia. Un equipo motivado y comprometido contribuye a la productividad, innovación y lealtad, fortaleciendo la cultura organizativa.
Evaluar y ajustar: la cultura organizativa debe evolucionar junto con la empresa. Evaluar periódicamente su efectividad y realizar ajustes cuando sea necesario es crucial para garantizar que se mantenga relevante y dinámica.
Cabe mencionar que definir una cultura organizativa no es un proceso estático, sino un esfuerzo constante que requiere adaptación y coherencia en cada decisión.
Hoy en día, la cultura organizativa es, sin duda, una potente herramienta para aumentar el liderazgo de las empresas, ya que a su alrededor se mueven los hilos que permiten alcanzar los objetivos propuestos, aumentar la productividad de la plantilla y crear una marca de prestigio.
Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que Peter Drucker, experto en estrategia empresarial, dijera que “la cultura se desayuna a la estrategia”, dado que lo que haces siempre se impone sobre lo que dices. Esta es justamente la base de la cultura organizativa: la forma en la que, en realidad, se hacen las cosas y se comporta el equipo, más allá de lo que se plasme en un papel o un plan.
De acuerdo con el reporte anual State of the Global Workplace, realizado por la prestigiosa empresa Gallup, tan solo el 23% de los empleados están realmente comprometidos, un bajo compromiso generalizado que cuesta a la economía mundial 8,9 billones de dólares, es decir, el 9% del PIB mundial. Teniendo esto en cuenta, es el deber de las empresas revertir esta situación, ya que, tal y como señala una encuesta de Gallup, los equipos altamente comprometidos ofrecen un 21% más de rentabilidad.
Por tanto, definir una cultura organizativa, y que esta forme parte de cada una de las decisiones y acciones de una empresa, resulta fundamental en la actualidad. Para ello, se precisa un liderazgo que sea capaz de transmitir la cultura de manera efectiva. Y es que, tal y como dijo Albert Einstein, “el ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única”. De ahí la importancia de formar líderes sólidos que sean capaces de enfrentar los retos actuales y futuros de las empresas.
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Indeed Editorial Team. (s.f). What Is Company Culture?. Indeed. https://www.indeed.com/hire/c/info/business-in-culture
The Barret Model. (s.f). Barret Values Centre. https://www.valuescentre.com/resources#BarrettModel
State of the Global Workplace. (2023). Gallup. https://www.gallup.com/workplace/349484/state-of-the-global-workplace.aspx
Peter F. Drucker. (s.f). Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Peter_F._Drucker
Harter, Jim. (13 de agosto de 2022). Employee Engagement vs. Employee Satisfaction and Organizational Culture. Gallup. https://www.gallup.com/workplace/236366/right-culture-not-employee-satisfaction.aspx