¿Sabías que un tercio de la comida que se produce en todo el mundo termina en los contenedores de basura? Asimismo, se estima que, en 2050, nos hará falta el equivalente a casi tres planetas para conseguir los recursos naturales necesarios para mantener el ritmo de vida actual; de ahí la importancia de poner en práctica un consumo responsable.
De hecho, muchos de los problemas medioambientales que amenazan hoy en día a nuestro planeta son causa y consecuencia de nuestra forma de consumir. Si bien las grandes corporaciones tienen un gran peso en esta problemática, los consumidores tienen más poder de lo que creen, ya que existen pequeños grandes gestos, como el consumo responsable, que pueden ser fundamentales. Sigue leyendo y descubre qué es, cuáles son sus principios y algunos ejemplos de acciones que podemos tomar para promover el consumo responsable y así contribuir a la sostenibilidad del planeta.
El consumo responsable hace referencia a la toma de decisiones de compra de productos y servicios que no solo tienen en cuenta la calidad, la satisfacción personal o el precio, sino que también en la conciencia y la consideración del impacto que dichas elecciones tienen en la sociedad y el medioambiente. Esto implica considerar todo el ciclo de vida del producto, desde su producción hasta su desecho.
No obstante, no se trata únicamente de decisiones en un momento dado, sino que es más bien una forma de vida o actitud enfocada a consumir menos, y que aquello que consumamos, sea lo más sostenible posible.
Asimismo, el consumo responsable también implica fomentar prácticas comerciales justas, apoyar a las empresas que se comprometen con la sostenibilidad y evitar las que no lo hacen. Es un compromiso a largo plazo y diario, que requiere de una conciencia constante y un esfuerzo para educarse sobre las prácticas de producción y consumo.
Aunque el consumo responsable es en la actualidad una opción personal o corporativa basada en los valores y principios de cada individuo o entidad, puede que, en un futuro próximo, no sea una elección.
Y es que, si no cambiamos nuestro modelo de consumo, es posible que la humanidad tal y como la conocemos nunca vuelva a ser la misma debido a los efectos del cambio climático que podría sufrir el planeta. Por ello, son muchas las organizaciones mundiales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Greenpeace o Intermón Oxfam, que están trabajando para concienciar a la población de la necesidad de aplicar sus principios. En este sentido, las características principales del consumo responsable son:
El modelo actual de mercado, basado en la economía lineal de “usar y tirar”, está al límite del colapso, debido al agotamiento de los recursos naturales y la acumulación de residuos. Sin ir más lejos, según datos de Greenpeace, en el año 2050, seremos más de 9.600 millones de personas en el mundo, y, en el océano, habrá más plástico que peces.
En este sentido, el planeta está llegando a su límite, y, si no cambiamos nuestro estilo de vida, las consecuencias podrían ser irreversibles para la humanidad. De hecho, de acuerdo con la NASA:
Nivel del mar: el nivel del mar podría aumentar hasta dos metros para el año 2100 debido al calentamiento global y al deshielo de los glaciares. Esto tendría graves consecuencias en los ecosistemas marinos, provocaría inundaciones más frecuentes y la desaparición de regiones costeras, entre otros efectos.
Temperatura: un aumento de la temperatura global por encima de los dos grados centígrados podría causar sequías prolongadas, olas de calor más extremas y lluvias más intensas. Esto podría generar escasez de alimentos y agua, y aumentar el riesgo de conflictos y migraciones.
Clima: para el año 2050, se espera que los huracanes sean cada vez más frecuentes e intensos, así como que las temporadas de incendios forestales sean más largas e intensas.
Biodiversidad: la pérdida de biodiversidad es otro grave problema. Millones de especies están en peligro de extinción debido a la destrucción de sus hábitats por la deforestación, la contaminación y el cambio climático.
Estos son solo algunos ejemplos de las causas que podría tener a largo plazo el consumo irresponsable para la humanidad y el planeta. Es por ello que, si queremos evitar estos desastres, es imprescindible que todos adoptemos un estilo de vida más sostenible y consciente, basado en los principios del consumo responsable.
Esta nueva forma de pensar y actuar se está convirtiendo en una herramienta poderosa a la hora de crear un cambio en nuestra sociedad y en nuestro planeta. Debido a su importancia, ya forma parte de las agendas oficiales y urgentes de la mayoría de países del mundo. Para las Naciones Unidas, por ejemplo, el consumo responsable es el Objetivo 12 de la Agenda 2030, una guía para la transición hacia una economía global más verde y solidaria.
En Europa, recientemente, se ha elaborado el Informe Europeo de Pagos de Consumidores, en el que se analizan los datos de más de 24.000 consumidores en 24 países distintos. Este informe ha dibujado un esbozo de quiénes son los “consumidores responsables”.
En España, la generación Z está liderando el cambio: seis de cada diez jóvenes de entre 18 y 21 años dicen estar comprometidos con la sostenibilidad y han reducido notablemente sus gastos. En la franja de edad de 22 a 37 años, el porcentaje de personas comprometidas es del 54%. No obstante, el 74% de la población española asegura que la pandemia le ha cambiado la forma de consumir y, a día de hoy, es más probable que compre de proximidad. Sin ir más lejos, España es el tercer país con más predisposición a consumir a nivel local, por detrás de Portugal e Irlanda.
Por otro lado, el estudio Tendencias de consumo online con impacto positivo en América Latina de Mercado Libre confirma que “este movimiento sigue creciendo en la región latinoamericana”, donde las compras responsables aumentaron en un 30%, mientras que la oferta de productos sustentables se incrementó en un 8%. Además, 9 de cada 10 compradores es consciente de la situación de cambio climático actual, aunque solo 7 de cada 10 cree que sus decisiones de compra pueden tener un impacto positivo.
¿Cuáles son los beneficios que podríamos obtener si gran parte de la población mundial adoptara una actitud de consumo responsable?
Reducción de la producción de residuos y, por tanto, menos contaminación en los ecosistemas.
Ahorro económico, al comprar menos y aprovechar más lo que ya tenemos.
Mayor bienestar y salud, al consumir productos más naturales y menos procesados.
Contribución a la justicia social y económica, al apoyar a empresas locales y sostenibles.
Conservación de los recursos naturales y la biodiversidad, al reducir la demanda de productos nocivos para el medioambiente.
Mejora de la calidad de vida, al adoptar una mentalidad más consciente y considerada, que puede tener efectos positivos en todas las áreas de la vida.
Mayor incentivo de las empresas para buscar soluciones creativas y respetuosas con el medioambiente.
Creación de un futuro más sostenible para las generaciones futuras.
Más allá de definir el consumo responsable, sus principios o beneficios, es crucial transformar las palabras en acciones reales. Aunque pueda parecer complicado, existen muchas formas de contribuir a este cambio tan necesario. No se trata de hacerlo siempre perfecto, sino de tomar conciencia y pensar antes de actuar. Aquí van algunos ejemplos de cómo practicar el consumo responsable en nuestro día a día:
Evitar comprar productos o servicios de empresas irresponsables: optar por aquellas que consideran las consecuencias medioambientales de sus acciones.
Comprar productos locales y de temporada: apoyar la economía local y reducir la huella de carbono.
Elegir productos con menos embalaje o empaques reciclables: reducir la generación de residuos.
Evitar el desperdicio de alimentos: planificar las comidas y aprovechar al máximo los ingredientes.
No malgastar agua en acciones cotidianas: reducir su consumo instalando aireadores en los grifos, tomando duchas más cortas o ajustando la capacidad de la cisterna.
Reutilizar y reciclar productos: evitar comprar nuevos hasta que sea realmente necesario.
Utilizar bombillas de bajo consumo y aprovechar la luz natural: regular la temperatura de la caldera o aire acondicionado.
Utilizar medios de transporte sostenibles: optar por bicicleta, patinetes, transporte público o caminar en lugar de usar el coche privado.
Optar por destinos de turismo sostenible: reservar en alojamientos que siguen prácticas ecológicas y buscar alternativas al avión para desplazarse, como el tren o el coche compartido.
Al adoptar estas prácticas, cada uno de nosotros puede contribuir a un cambio positivo y necesario para nuestro planeta.
Gran parte del futuro del planeta y la humanidad está en nuestras manos. Aunque existen factores naturales incontrolables e imprevisibles, podemos llevar a cabo numerosas acciones sostenibles. Tal como hemos visto a lo largo del artículo, hay mucho en juego que nos debe impulsar a actuar.
Para asegurar el bienestar del planeta, es crucial seguir formándose en desarrollo sostenible. El consumo responsable debe ser uno de nuestros pilares fundamentales, pero también es esencial contar con las herramientas necesarias para diseñar soluciones innovadoras que nos permitan continuar avanzando como especie.
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GOAL 12: Sustainable consumption and production. (s.f.). UNEP. https://www.unep.org/explore-topics/sustainable-development-goals/why-do-sustainable-development-goals-matter/goal-12
Greenpeace. (s.f.). Consumismo. https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/
Los efectos del cambio climático. (s.f.). NASA. https://ciencia.nasa.gov/cambio-climatico/los-efectos-del-cambio-climatico/
Objetivo 12 Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. (s.f). ONU ODS. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/
Informe Europeo de Pagos de Consumidores 2023. (2023). Intrum. https://www.intrum.es/empresas/informes-y-analisis/informes/informe-europeo-de-pagos-de-consumidores/
Tendencias de consumo online con impacto positivo en América Latina 4º Edición. (2023). Mercado Libre. https://sustentabilidadmercadolibre.com/iniciativas/tendencias-de-consumo-online-con-impacto-positivo-en-america-latina
Publicado originalmente el 17 de marzo de 2022, actualizado el 04 de julio de 2024