La sostenibilidad se está convirtiendo en un punto clave en la estrategia de negocio de cualquier empresa. De hecho, el 99% de las grandes empresas y el 83% de las pymes españolas ya están llevando a cabo actuaciones de sostenibilidad relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según datos del informe Contribución de las empresas españolas a la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030: una consulta integral, elaborado por la Red Española del Pacto Mundial junto a la Secretaría de Estado para la Agenda 2030.
En un mundo preocupado por el cambio climático, desarrollar una estrategia de compras sostenibles y un desarrollo económico ECO friendly se considera más bien una obligación que una opción. La integración de políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) contribuye de manera activa a mejorar tanto el medioambiente como la sociedad; algo que impulsa a las empresas a aumentar su competitividad y su crecimiento, ya que ofrece valores añadidos y cumple con las nuevas necesidades de sus clientes.
Por ello, transformar la cadena de valor para integrar las compras sostenibles es sin duda un reto que las empresas deben afrontar tarde o temprano. En este artículo, te explicamos qué motivos o beneficios existen para llevar este proceso a cabo y qué buenas prácticas se pueden implementar para conseguirlo.
Este nuevo concepto, según la norma ISO 20400, el nuevo estándar y certificación de compras sostenibles o compras verdes, consiste en tomar decisiones de compra que satisfagan las necesidades de bienes y servicios de una organización de tal manera que beneficie no solo a la compañía, sino a la sociedad en su conjunto, a la vez que minimiza su impacto en el ambiente.
Dicho de otra manera, se trata de la puesta en práctica de una estrategia de compras que busca generar el mayor impacto positivo ambiental, social y económico durante todo su ciclo de vida. Para conseguirlo, se deben tener en cuenta una gran cantidad de factores, entre los que se destaca:
En definitiva, las empresas que quieran apostar por las compras sostenibles, deben mirar mucho más allá de obtener beneficios a cualquier precio. En este sentido, deben integrar todos estos requisitos y criterios medioambientales y sociales durante el proceso de compra con el fin de pensar en el bien común presente, pero, sobre todo, teniendo en cuenta el futuro de nuestro planeta.
El primer motivo por el que las empresas deberían poner en marcha estrategias de compras sostenibles es más que evidente: el planeta está sufriendo cambios que a largo plazo pueden ser irreversibles. De hecho, tal y como señala National Geographic, la Tierra ha visto 20.000 años de cambio concentrados en 170, y es que las actividades humanas han aumentado en un 48% las concentraciones de dióxido de carbono.
Por esta razón, es deber de todos adaptarse a estas circunstancias y hacer un uso eficiente de todos los recursos si queremos evitar un desastre climático. Además, las compras sostenibles contribuyen a reducir los riesgos asociados a regulaciones medioambientales y el no cumplimiento de los estándares cada vez más estrictos de los gobiernos.
Por otro lado, en la actualidad, los mismos consumidores demandan productos sostenibles, que tengan en cuenta el medioambiente y que estén elaborados de una forma ética y justa para todos. El Foro Económico Mundial (FEM) declara en uno de sus informes que apostar por los productos responsables puede aumentar hasta un 20% los ingresos, reducir los costes hasta un 16% y aumentar el valor de marca entre un 15 y un 30%.
Asimismo, y teniendo esto en cuenta, las compras sostenibles se convierten en una ventaja competitiva. Y es que si echamos un vistazo rápido a los números, es posible ver cómo las empresas que están centrando sus criterios de compra en las credenciales Environmental, Social and Governance (ESG) están creciendo y tienen evaluaciones más altas, en concreto, de entre un 10 y un 20% más que su competencia, según un informe de la consultora McKinsey. No solo eso, sino que también los costes se reducen entre un 5 y un 10%, gracias, en gran parte, a un mayor control sobre la cadena de suministro y la reducción del desperdicio.
Apostar por la sostenibilidad no es solo una cuestión del futuro, sino también del presente. Los cambios transformadores que está sufriendo la sociedad ofrecen nuevas oportunidades para que las empresas puedan seguir creciendo a la vez que cuidan del planeta. Para ello, es fundamental que los profesionales estén capacitados para integrar políticas respetuosas con la sociedad y el medioambiente, utilizar nuevas tecnologías o priorizar el valor añadido frente a las ganancias con el fin de hacer frente a los nuevos retos del siglo XXI.
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