¿Sabías que el 66,7% de las ofertas de trabajo solicitan que el candidato tenga conocimientos de inglés? Esto es lo que señala el Informe Infoempleo elaborado por Adecco. Y es que hablar otro idioma aumenta en un 37% las posibilidades de acceder a un empleo, según un estudio de Randstad.
Estas cifras ponen de manifiesto cómo un buen desarrollo de las competencias lingüísticas se convierte en un requisito fundamental para obtener mejores resultados en el mundo laboral. Por esta razón, a continuación te mostramos qué son, cómo desarrollarlas y de qué manera se aplican en el ámbito profesional.
El Diccionario de términos del Instituto Cervantes define la competencia lingüística o gramatical como “el conocimiento implícito que un hablante posee sobre su propia lengua, el cual le permite no solo codificar mensajes que respeten las reglas de la gramática, sino también comprenderlos y emitir juicios sobre su gramaticalidad”.
Las competencias lingüísticas se conforman por el habla, la comprensión oral y la comprensión escrita. Son una habilidad que, cuando se trata de la lengua nativa, incorporamos de forma natural cuando comenzamos a hablar en la primera etapa de crecimiento.
En este sentido, en los años cincuenta, el lingüista Noam Chomsky, además de corroborar que las competencias lingüísticas son unos conocimientos limitados e implícitos de los signos y reglas gramaticales adquiridos por una persona, estableció que, gracias a la creatividad humana, la capacidad de combinarlos y utilizarlos es ilimitada.
No obstante, estas competencias también toman una gran relevancia a la hora de adquirir o mejorar el aprendizaje de un idioma extranjero. Sin embargo, en este caso, esta habilidad se incorpora a través de un proceso de aprendizaje.
De la misma manera que ocurre al aprender una lengua nativa, a la hora de incorporar un idioma extranjero, y para poder poner en práctica sus infinitas posibilidades, es importante prestar atención a cada una de las destrezas del lenguaje. En este sentido, se pueden distinguir cuatro competencias lingüísticas que hay que desarrollar para dominar un idioma:
Ejercitar el oído e intentar descifrar lo que se nos está diciendo es la primera manera de poner en funcionamiento el cerebro y ejercitar la asociación y la memoria. Esto permite recordar el vocabulario nuevo y su pronunciación, el mismo que luego utilizaremos para construir nuestras propias frases.
La comprensión escrita es, de hecho, lo último que aprendemos en nuestra lengua nativa e implica conocer sistemas, como la ortografía y la gramática, además de un gran trabajo mental para construir las oraciones en el papel.
Un aspecto clave cuando nos adentramos en el aprendizaje de un nuevo idioma es tener presente que no se puede dejar de lado ninguna de estas competencias lingüísticas. Por ello, lo ideal es realizar un programa de estudios equilibrado que les dé la relevancia necesaria.
Por ejemplo, es habitual sentir vergüenza o temor a equivocarse al hablar en un nuevo idioma, pero lo cierto es que, si no lo practicas, el aprendizaje no será completo. Por esta razón, dedica el tiempo necesario a cada competencia lingüística y refuerza aquellas que te resulten más complicadas.
El desarrollo de estas habilidades afecta en gran medida a la manera de comunicarnos con otras personas, de ahí que mejorarlas, tanto en el idioma nativo como en el estudio de una lengua extranjera, se vuelve una tarea imprescindible para entendernos mejor en diferentes ámbitos.
Por un lado, tener buenas competencias lingüísticas en una segunda lengua o una lengua extranjera aporta unos beneficios que se exceden del ámbito profesional y los requerimientos del mercado laboral.
En primer lugar, el lenguaje es uno de los vehículos por los que se expresa y reproduce la cultura de un grupo de personas. De esta manera, comprender cómo construyen su comunicación nos acerca a su idiosincrasia y costumbres, lo que permite ampliar nuestros puntos de vista y fomentar el respeto hacia otras formas de vida. Sin duda, se trata de un valor excepcional que abre muchas puertas en un mundo globalizado.
Por otro lado, mejorar aspectos de las competencias lingüísticas desarrolla nuestra inteligencia y capacidad de escucha. Y es que, al aprender un nuevo idioma o al perfeccionarlo, incrementamos la posibilidad de abstracción y estimulamos la memoria, ya que el hecho de tener que distinguir nuevos sonidos entrena al cerebro para discernir distintos tipos de fonemas y agudiza este sentido.
Cuando aprendemos un nuevo idioma, es habitual sentirse incómodo a la hora de expresarnos, aunque le hayamos dedicado mucho tiempo de estudio. Para mejorar estas competencias lingüísticas y sentir una mayor seguridad a la hora de desenvolverse, es importante perfeccionar las habilidades que más dificultad suelen causar, como la fluidez oral. Asimismo, es fundamental dirigir este foco de aprendizaje hacia el uso laboral, como es, por ejemplo, el inglés para STEM o negocios.
Además, siempre es recomendable seguir con el estudio de la lengua aunque se haya alcanzado un alto nivel, ya que si dejamos de practicarla es probable olvidar lo aprendido. En este sentido, leer libros contribuye al proceso de aprendizaje. Sea cual sea el nivel, esta actividad permite comprender el vocabulario nuevo y la gramática y desarrollar el pensamiento crítico. Para ello, existen plataformas y aplicaciones que complementan y ayudan a reforzar la adquisición de las competencias lingüísticas en todos los niveles.
Otra opción es ver series o películas o escuchar música en el idioma que estamos aprendiendo para entender la cultura y entrenar el oído a fin de distinguir sus sonidos.
Como ya decía Ludwig Wittgenstein, el filósofo del lenguaje más importante de los últimos siglos, "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". Por esta razón, cuantas más áreas del lenguaje se desarrollen, más amplia será la comprensión y perspectiva de todo lo que nos rodea.
Sin duda, en la actual era de la globalización, donde la aceleración de las comunicaciones y la conectividad ha superado unos límites insospechados, no basta con disponer de competencias lingüísticas en el idioma nativo, sino que también es fundamental dominar otras lenguas. Y es que esto potencia el desarrollo de otras habilidades esenciales en el entorno laboral, como la escucha activa, la adaptabilidad y el pensamiento crítico.
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