Zig Ziglar, escritor, vendedor y orador motivacional, afirma que “si le gustas a la gente, te escucharán, pero, si confían en ti, harán negocios contigo”. Sin ir más lejos, según Statista, el 44% de los consumidores eligen productos y marcas en función de cuánto se alinean con sus valores, incluso por encima de otros factores importantes como el precio o la calidad del producto. Además, un estudio de Edelman Trust Barometer reveló que el 81% de los consumidores necesita poder confiar en que las marcas "harán lo correcto" antes de comprar sus productos.
En este sentido, la misión, visión y valores de una empresa son tres conceptos muy importantes que permiten a las empresas definir quiénes son, cuáles son sus objetivos y cómo van a alcanzarlos. A su vez, esto permite construir confianza y credibilidad con sus stakeholders. Por lo tanto, definir la misión, visión y valores de una empresa es lo mismo que construir los pilares sobre los que se sustentará una estrategia de mercado, clave para el éxito empresarial del siglo XXI.
¿Quieres saber más sobre la misión, visión y valores de una empresa y cómo puedes definirlos? En este artículo, te lo contamos.
La misión de una empresa se define como la razón principal por la cual esta existe, es decir, cuál es su propósito u objetivo y cuál es su función dentro de la sociedad. De esta manera, la misión de una empresa permite establecer la base de su plan de negocios y construir estrategias de mercado coherentes, ya que cualquier decisión para llegar a una meta futura debe tomarse a partir de esta misma.
Una misión bien definida debería ser breve, concisa y fácil de comprender para el público objetivo. Asimismo, debe responder a cuestiones como: ¿qué hacemos?, ¿por qué lo hacemos? o ¿para quién lo hacemos?, diferenciándose de su competencia. De hecho, la misión puede convertirse en un lema inspirador para los trabajadores.
A continuación, te presentamos ejemplos de la misión de algunas compañías:
Airbnb: deja ver que sus clientes se sentirán como en casa y no tendrán que preocuparse por nada durante sus viajes.
“Crear una plataforma de viajes de un extremo a otro que se encargará de cada parte de tu viaje. Mientras trabajamos para lograr este objetivo, nos enfocamos en construir para el futuro, impulsar un fuerte crecimiento sostenido y crear nuevos negocios que impulsarán el éxito a largo plazo.”
Apple: tiene un claro enfoque dirigido a los usuarios, a quienes ofrece productos y servicios de una excelente calidad.
“Diseñar las mejores computadoras personales del mundo, liderar la revolución de la música digital y definir el futuro de los medios móviles.”
Google: destaca sus objetivos de forma sencilla y clara.
“Organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil.“
Patagonia: su misión muestra sus aspiraciones de crear productos de alta calidad sin comprometer el medio ambiente.
“Crear el mejor producto, no causar daños innecesarios y utilizar el negocio para inspirar e implementar soluciones en el problema ambiental.”
McGraw Hill: se puede intuir que lo más importante para esta marca es que los estudiantes tengan acceso a aquellos conocimientos que necesitan.
“Acelerar el aprendizaje a través de experiencias intuitivas, participativas, eficientes, efectivas y basadas en la investigación.”
Es común confundir la misión y la visión de una empresa, aunque son dos conceptos diferentes. Por un lado, la misión, como ya hemos definido, es la razón de ser, pero, en cambio, la visión se refiere a dónde se dirige esta compañía y cuáles son sus metas a medio y largo plazo.
La visión permite definir el camino que se debe seguir para alcanzar las metas propuestas. Para ello, debe representar de una forma clara y realista los principios que dan una identidad a esta empresa y responder a cuestiones como: ¿qué se desea lograr?, ¿hacia dónde nos dirigimos?, ¿dónde queremos estar en un futuro? o ¿cómo lo conseguiremos?
Además, a diferencia de la misión, su definición puede tener una mayor longitud, aunque lo mejor es ser breve, destacando los puntos realmente importantes. Te presentamos ejemplos de visiones empresariales, retomando los ejemplos anteriores:
Airbnb: su visión es ofrecer su servicio de hospedaje en todo el mundo, tanto para los huéspedes como para los anfitriones.
“Pertenecer a cualquier lugar.”
Apple: declara que su visión es siempre estar a la vanguardia de su sector.
“Creemos que hay que hacer productos excelentes y poner el foco en la innovación.”
Google: la visión de Google es muy ambiciosa y emocionante, ya que su deseo es poner a disposición de sus usuarios toda la información existente.
“Proporcionar acceso a la información del mundo en un solo clic.”
Patagonia: su mayor aspiración es ser una empresa 100% responsable en el ámbito social y ambiental.
“Hacer de Patagonia una compañía completamente responsable.”
McGraw Hill: su objetivo es trascender individual y colectivamente a través del conocimiento en todos los estudiantes del mundo.
“Liberar el potencial de cada estudiante.”
Horacio Andrade, en su libro La definición de los valores organizacionales, describe los valores de una empresa como “aquellas concepciones compartidas de lo que es importante y, por lo tanto, deseable que, al ser aceptadas por los miembros de una organización, influyen en su comportamiento y orientan sus decisiones”.
En otras palabras, son un conjunto de pautas y directrices que guían la forma de actuar y de entender la actividad de la compañía, con el objetivo de lograr la visión y misión de la organización.
De este modo, estos deben responder a preguntas como: ¿cómo somos?, ¿en qué creemos? o ¿cómo es nuestra cultura organizativa? Conceptos como la transparencia, sostenibilidad, ética, innovación o trabajo en equipo pueden tener un impacto real en una compañía, ya que los valores de una empresa permiten definir la personalidad del negocio y proyectan una imagen a los consumidores, trabajadores, inversores o proveedores que la diferencian de la competencia.
A pesar de que cada organización puede tener una visión del mercado diferente y una cultura única, hay ciertos valores de una empresa que se consideran fundamentales para cualquier negocio. Se trata de pilares básicos sobre los que se sustentan el valor de una marca, su reputación frente a su audiencia y su principio de acción.
Tal y como sucede en las relaciones humanas, en el mundo empresarial, la honestidad es una cualidad altamente valorada. Una comunicación abierta, así como la coherencia en sus acciones, es un valor esencial para cualquier negocio. Por el contrario, es imposible generar confianza entre los clientes y los stakeholders.
Así lo confirma la Encuesta de confianza PwC 2023, donde el 92% de los líderes empresariales, el 92% de los consumidores y el 94% de los empleados están de acuerdo en que las organizaciones tienen la responsabilidad de generar confianza. Los negocios que demuestran honestidad tienden a disfrutar de una reputación positiva y relaciones duraderas con sus clientes.
Para que una empresa sea honorable también debe ser transparente. La transparencia se refiere a compartir información de manera abierta y accesible. Esto incluye la divulgación de datos financieros, políticas internas y procesos de toma de decisiones.
La transparencia permite a los clientes y empleados entender cómo opera la empresa, fortaleciendo su confianza y lealtad. Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que, de acuerdo con un estudio de Edelman Trust Barometer, el 81% de los consumidores espera que las empresas sean transparentes, y el 73% está dispuesto a pagar más por productos a cambio de una mayor transparencia de la empresa que los comercializa.
La responsabilidad social y medioambiental se ha convertido en un valor fundamental en la era moderna. Cada vez más, los consumidores esperan que las empresas sean conscientes de su impacto en la sociedad y el medioambiente, y que tomen medidas para minimizar los efectos negativos.
Según un estudio de Nielsen, el 66% de los consumidores está dispuesto a pagar más por productos de empresas comprometidas con el impacto social y medioambiental positivo. Esto puede incluir iniciativas de sostenibilidad, programas de responsabilidad social corporativa y políticas laborales justas.
Atrás quedaron los tiempos en los que la diversidad y la inclusión eran meras opciones para las empresas. Hoy en día, estos valores son vitales para las organizaciones que buscan ser relevantes y competitivas en un mercado global. La aceptación y valoración de las diferencias individuales, ya sean de género, edad, religión, orientación sexual, discapacidad, origen étnico, entre otros, ofrecen beneficios tanto en el plano reputacional como económico.
Las empresas diversas e inclusivas tienden a ser más innovadoras, atraen y retienen mejor el talento y presentan un mejor rendimiento financiero. La consultora Korn Ferry, en colaboración con Fortune, realizó un estudio para identificar a las empresas más admiradas del mundo e identificó un elemento clave en común: todas priorizan activamente la diversidad y la inclusión dentro de sus organizaciones.
Antes de la entrada del siglo XXI, cada vez más empresas se percataron de que hay un valor innegociable en sus estrategias: el cliente debe estar en el centro. Ofrecer una experiencia de compra impecable durante todas sus fases, proporcionando una atención rápida, humana, personalizada y satisfactoria, es la única forma de garantizar la lealtad del cliente a largo plazo.
Un estudio de Salesforce Research muestra que el 84% de los clientes considera la experiencia proporcionada por una empresa tan importante como sus productos y servicios. Sin un enfoque centrado en el cliente, ya sea en la misión, visión y valores de una empresa, es prácticamente imposible construir relaciones sólidas y duraderas que permitan el crecimiento y la estabilidad de la compañía.
A los trabajadores, clientes o inversores no solo les gusta que las empresas se construyan sobre una misión, visión y valores sólidos, sino que también que estas sean leales a esos principios. La lealtad a los valores, compromisos y objetivos de la empresa es fundamental para generar confianza y credibilidad a largo plazo. Esto implica mantenerse fiel a la misión de la empresa, incluso en situaciones difíciles o desafiantes.
Esto no significa que las empresas deban permanecer estáticas y resistirse al cambio. Sin embargo, cualquier cambio debe ser coherente con los pilares de la compañía. La lealtad también se extiende a los empleados, clientes y socios de la empresa, y se refleja en las acciones cotidianas y decisiones estratégicas.
La calidad no solo se refiere a los productos o servicios que ofrece una empresa, sino también a todos los procesos y acciones que lleva a cabo. Es un valor esencial que se traduce en la búsqueda constante de la excelencia y la mejora continua. Este compromiso con la calidad se refleja en la entrega de productos y servicios que superan las expectativas de los clientes y aumentan su satisfacción.
Según un estudio de Deloitte, la calidad, junto con la rapidez del servicio de atención al cliente, son los dos factores más valorados por los consumidores a la hora de elegir una marca. Por lo tanto, mantener altos estándares de calidad puede ser un factor determinante para el éxito y la competitividad de una empresa.
Más allá de los valores más clásicos, la innovación ha emergido como uno de los valores de una empresa más importantes. La capacidad para innovar, adaptarse y evolucionar en el mercado es esencial para mantenerse competitivo. La innovación puede manifestarse en la introducción de nuevos productos, la mejora de los procesos internos o la creación de estrategias de marketing y ventas originales.
Junto a la sostenibilidad, la innovación es uno de los factores de crecimiento más importantes de la actualidad, según el último radar de la innovación de Kantar y Promarca. Y es que, las empresas que fomentan un entorno de innovación no solo se adaptan más rápido a los cambios, sino que también son vistas como líderes en sus sectores, lo que mejora su imagen de marca y atrae a más clientes e inversores.
Aunque pueda parecer una utopía, los negocios capaces de definir y respetar sus valores empresariales tienen más opciones de crecer y ampliar su cuota de mercado. A continuación, te mostramos algunos ejemplos de compañías que han sabido definir y proyectar sus valores corporativos, así como los beneficios que aporta el compartir valores con los consumidores.
ECOALF, fundada y dirigida por Javier Goyeneche, es una marca de moda sostenible, cuyas prendas están hechas a partir de materiales reciclados. En su caso, la sostenibilidad y la innovación son los principales valores de la empresa.
Por un lado, la sostenibilidad representa un pilar fundamental en ECOALF, ya que esta compañía nace como respuesta a la contaminación y el agotamiento de los recursos naturales del planeta. Su fin es comercializar prendas 100% recicladas para las nuevas generaciones que, cada vez, se preocupan más por el medioambiente.
Por otro lado, la innovación la aplican a diario para transformar los residuos en ropa de máxima calidad. Así, en la actualidad, colabora con 2.500 pescadores de España para que estos almacenen la basura que extraen de sus redes y se la entreguen a ECOALF, que la transforma en hilo. Asimismo, fieles a sus principios, esta firma se centra en diseños atemporales que eviten el concepto de compro-tiro para que los clientes puedan aprovechar estas prendas durante un largo período de tiempo, más allá de las modas pasajeras.
Si hay una palabra que mejor defina a la firma tecnológica Apple es innovación. Sin ir más lejos, la compañía fundada por Steve Jobs siempre está pensando en satisfacer todas las necesidades de los usuarios, incluso aquellas que ni ellos saben que tienen.
Una innovación enfocada a ofrecer artículos y servicios de alta calidad, como la atención al cliente, el soporte técnico o las mismas políticas internas de la empresa. Su cultura organizacional entronca con su lema Think Different, la cual ofrece una alta flexibilidad laboral a sus empleados, fomenta el desarrollo de sus ideas y busca formar a sus profesionales para que estén al día de cualquier novedad del sector.
Walmart es la compañía minorista estadounidense más grande del mundo, un hito que ha conseguido gracias a algunos valores de la empresa como la atención al cliente.
La cadena de supermercados centra toda su estrategia en conseguir una buena experiencia de compra de sus consumidores. De este modo, por ejemplo, en el área de Marketing, utiliza el big data para personalizar la oferta que realiza a cada usuario y así ofrecerle lo que justamente estaba buscando.
En el departamento de ventas, ha puesto en marcha entregas a domicilio o un servicio de click-and-collect pick up con el que los usuarios pueden pedir la compra por Internet y después pasar a recogerla en quioscos automatizados. En Postventa, Walmart ofrece a todos los clientes la posibilidad de cambiar los productos que no cumplan con sus expectativas sin que estos tengan que dar ningún tipo de explicación.
Walmart, Apple o ECOALF, entre otras muchas compañías, son conscientes de los beneficios que aporta el hecho de compartir con los clientes unos valores de empresa sólidos y coherentes.
En concreto, una cultura organizacional con una misión, visión y valores de empresa bien definidos afecta positivamente a las empresas en múltiples aspectos:
Trabajas con una plantilla altamente comprometida. Cuando los trabajadores conocen la misión, visión y valores de una empresa y, sobre todo, creen en ellos, están mucho más motivados. De ahí que, por ejemplo, haya personas que dediquen su tiempo libre a trabajar desinteresadamente para una ONG.
Logras una fuerte atracción y retención del talento. La misión, visión y valores de una empresa funcionan como un imán para el talento, atrayendo a los mejores perfiles y reteniendo a sus profesionales. De hecho, según el estudio Estado de los Recursos Humanos 2023: El futuro en la gestión de personas de Factorial, tener una cultura corporativa sólida es clave para fidelizar el talento en las empresas. Esto tiene un mayor impacto en las nuevas generaciones, como la Generación Z, que anteponen el propósito corporativo al salario, tal y como señala otro estudio de Randstad.
Fidelizas a los stakeholders. Este vínculo con la compañía se extiende, a su vez, al resto de grupos de interés como los inversores, proveedores o consumidores. Por ejemplo, el 78% de los inversores de la Generación Z apoya o solo financiaría a empresas comprometidas socialmente, según la encuesta Money Meets Moral de Swell Investing.
Mejora la imagen de marca. La misión, visión y valores de la empresa se reflejan en la reputación corporativa cuando cuentan con trabajadores y consumidores satisfechos que actúan como prescriptores de la firma. Según el Global Intangible Financial Tracker, el valor del 54% de las empresas que cotizan en bolsa reside en sus intangibles, aumentando hasta el 85% en el sector tecnológico.
Tienes capacidad de adaptación. En caso de crisis o de situaciones de incertidumbre, tener la misión, visión y los valores de una empresa bien definidos contribuye a poder adaptarse y superar cualquier barrera. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Nacional de Asunción, los empresarios más conservadores y con valores de autoengrandecimiento (poder, logro, etc.) tienden a innovar en menor medida que aquellos otros más abiertos a los cambios y con valores de autotrascendencia (universalismo, benevolencia, etc.).
Obtienes una mayor rentabilidad. Con una plantilla altamente preparada y comprometida y un target fidelizado, estos valores de empresa intangibles desembocan en unos mejores resultados económicos. En este sentido, de acuerdo con el informe 2024 Global CSR RepTrak 100, las empresas con mejor RSC tienen un mejor rendimiento financiero a largo plazo.
Como has podido observar, es imprescindible construir una misión, visión y valores de empresa que definan a tu compañía desde el primer momento, ya que a partir de ellos erigirás el resto acciones para diferenciarla de la competencia.
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