Los ejemplos de feedback constructivo pueden ser muy útiles de cara a mejorar la forma en que intercambiamos opiniones con otras personas. Y es que, tal como señala la psicóloga LeeAnn Renninger, “los humanos hemos hablado de la importancia del buen feedback durante siglos, pero todavía somos bastante malos a la hora de darlo y recibirlo”.
Según una encuesta, el 80 % de los empleados que reciben feedback valioso de forma semanal están más comprometidos y sienten un mayor bienestar. Este dato demuestra que dar y recibir valoraciones de una manera constructiva favorece la creación de entornos de trabajo más saludables y productivos. Sin embargo, ¿cómo conseguirlo?
En este artículo, veremos qué es el feedback, ejemplos y consejos que te ayudarán a mejorar la forma en que das y recibes retroalimentación en el entorno laboral.
Feedback, que en español se traduciría como retroalimentación, es el proceso de compartir observaciones, preocupaciones y sugerencias con otra persona o equipo con el objetivo de mejorar su desempeño. En concreto, el Diccionario de Oxford lo define como la “capacidad de un emisor para recoger reacciones de los receptores y modificar su mensaje, de acuerdo con lo recogido”.
El feedback puede ser positivo, cuando se reconoce y celebra el buen desempeño o comportamiento, o constructivo, si se señalan áreas de mejora de manera respetuosa y orientada al crecimiento. En ambos casos, el objetivo principal es fomentar el desarrollo profesional y personal del individuo o equipo.
Además, para que sea realmente efectivo, el feedback debe centrarse en aspectos clave como el reconocimiento, la colaboración, los objetivos, las prioridades y las fortalezas, asegurando que contribuya al crecimiento y alineación con las metas organizacionales.
Las investigaciones sobre dinámicas de equipo indican que el equilibrio entre comentarios positivos y negativos influye de forma directa en el rendimiento. De hecho, los equipos de alto desempeño mantienen una proporción de al menos tres comentarios positivos por cada comentario negativo, lo que fortalece la colaboración y el compromiso. En contraste, en los equipos de bajo rendimiento, la proporción de feedback negativo es mayor. Esto afecta a la moral del equipo y la productividad.
Y es que el intercambio de perspectivas y opiniones, ya sea entre compañeros o de un superior hacia su equipo, influye en la manera en que las personas se relacionan y desarrollan sus habilidades dentro de la organización.
Además, dar feedback positivo o constructivo permite aumentar la productividad hasta en un 21 %, así como mejorar la motivación y la satisfacción de los empleados. En este sentido, el reconocimiento y la retroalimentación regular fortalecen la comunicación entre los miembros del equipo.
Asimismo, facilita la toma de decisiones y genera confianza mutua, lo que mejora la colaboración. Al mismo tiempo, contribuye a crear un mejor ambiente laboral, lo que impulsa la retención de talento y fomenta el crecimiento profesional de todos los trabajadores.
Como es natural, a todos nos gusta recibir feedback positivo en nuestro trabajo, ya que nos ayuda a sentirnos valorados y a ganar confianza. Sin embargo, en ocasiones, es necesario realizar o recibir críticas constructivas para desempeñar mejor alguna de nuestras tareas y, de esta forma, crecer a nivel profesional. El problema surge a la hora de poner esto en práctica sin herir la sensibilidad.
En este sentido, es importante destacar que es posible ofrecer una retroalimentación constructiva sin generar un conflicto. La clave está en tratar de dar el feedback de forma positiva. Para ello, hay que verlo como una oportunidad de crecimiento o una visión global de la aportación del trabajador en la empresa, en la que florecen más aspectos positivos que negativos. De este modo, se potencian todas las utilidades de la retroalimentación.
En esta línea, si bien hay que ser firme y mostrar seguridad a la hora de dar una opinión, el feedback siempre debe ir de la mano de la asertividad. Por este motivo, antes de hacer un comentario, es recomendable tomarse el tiempo necesario para reflexionar sobre los aspectos a mejorar, analizar las posibles causas y encontrar la mejor forma de comunicar el mensaje de manera clara y constructiva.
Además, ayuda mucho apoyarse en ejemplos concretos, ya que permiten ilustrar de forma clara qué aspectos se deben corregir y cómo pueden mejorarse.
Una vez que entendemos en qué consiste el feedback, darlo de forma correcta puede marcar la diferencia. Y es que ya sea una retroalimentación positiva como constructiva, saber aplicarlo maximiza su impacto. En este sentido, la mejor forma de comprender su aplicación es a través de recomendaciones prácticas.
Por ejemplo, se recomienda dar feedback positivo en los primeros momentos del día o de la semana y el constructivo hacia finales. Además, es preferible concentrarlo en una sola ocasión para evitar sobrecargar a la persona. En cambio, los reconocimientos pueden distribuirse a lo largo del tiempo para reforzar su impacto.
Como, por lo general, resulta más complicado emitir retroalimentación negativa, a continuación, exploraremos algunas técnicas que te pueden ayudar. Y aunque su aplicación puede variar en función del contexto, lo más importante es que se basen en el respeto y la empatía.
Una de las estrategias más utilizadas a la hora de tener que dar un feedback negativo, pero con el objetivo de que la otra persona lo reciba de manera asertiva, es la llamada técnica del sándwich.
Este método consiste en ofrecer una retroalimentación negativa entre dos positivas. Es decir, primero se hace un halago; a continuación, se expresan las cuestiones a mejorar y, por último, se cierra el mensaje recordando algún aspecto destacado. Aquí te dejamos algunos ejemplos de feedback que siguen esta estrategia:
“Me gustaron mucho las ideas que aportaste en la reunión de ayer. Si bien creo que debes mejorar algunos de los diseños que propusiste, lo cierto es que el contenido fue tan bueno como siempre.”
“Los informes que me entregaste el lunes están perfectos. No obstante, de cara a los próximos, necesitamos reducir los tiempos, pero el resultado final es excelente y debe seguir así.”
El storytelling es una herramienta comunicativa todoterreno, ya que podemos emplearla en un sinfín de contextos diferentes. En este caso, relatar una historia imaginaria que coincida con la realidad de la situación puede ayudar al receptor del mensaje a entenderlo desde un punto de vista más objetivo y a asumir de un modo más amable el feedback. Aquí te dejamos ejemplos de cómo hacerlo:
“Ponte en la situación de que un equipo de trabajo está estancado en un proyecto y necesita algo de proactividad y a alguien que asuma el liderazgo. ¿No crees que los miembros más veteranos deberían ser quienes ejerzan este rol?”
“Si una empresa está buscando talento para cubrir un puesto de trabajo y hay empleados en nómina que podrían responder a esta necesidad con un poco de esfuerzo y formación extra, ¿no merecería la pena dar un paso al frente? Yo creo que esto beneficiaría tanto al trabajador, que estaría mejor considerado, como a la empresa, que se ahorraría un salario. ¿Tú qué opinas?”
Si bien el feedback se basa en el respeto, en ocasiones, conviene evitar adornar en exceso el mensaje. Y es que puede generar una sensación negativa en alguien que solo espera sinceridad y total confianza por parte del emisor. Te proponemos aquí algunos ejemplos de estos casos:
“Necesito un mayor compromiso por tu parte con el equipo. Has demostrado tener talento para sacar adelante tus asignaciones, pero los resultados serían mejores si trabajamos en conjunto”.
“La puntualidad es un aspecto importante en nuestra empresa, entiendo que puedas tener un problema puntual en un momento dado, pero llegar unos minutos tarde no puede convertirse en algo habitual un par de días a la semana”.
Uno de los principales problemas a la hora de ofrecer retroalimentación en ambientes laborales reside en llevar estos comentarios a lo personal. Tanto el emisor como el receptor del feedback deben entender la relevancia del ámbito en el que se encuentran. En este sentido, a la hora de dar feedback, se debe tener en cuenta solo los aspectos profesionales. Además, hay que utilizar un lenguaje apropiado para este contexto, lo que se puede aplicar tanto para mensajes positivos como negativos. Aquí podemos ver algunos ejemplos:
“No lo tomes como algo personal, pero esta redacción no es la más adecuada para el enfoque que estábamos buscando”.
“Necesitamos un mayor compromiso por tu parte. Debemos dejar la amistad a un lado cuando estemos en la oficina y mantener un ambiente exclusivamente profesional si queremos sacar la empresa adelante”.
La empatía debe ser la base en cualquier proceso de emisión de feedback, tanto entre superiores y subordinados como entre miembros de la misma jerarquía en un equipo. Ahora bien, en ciertas situaciones, es recomendable dejar claro en el mensaje que estamos empatizando con la otra persona. Aquí te ofrecemos algunos casos en los que esta estrategia puede ser adecuada:
“Quiero que sepas que somos conscientes del momento en el que te encuentras y que puedes contar con nuestra ayuda. Si necesitas apoyo durante un tiempo para sacar tus tareas a tiempo, preferimos que lo comentes”.
“Los resultados de ventas de este mes son mejorables, pero sabemos que no te encuentras en un buen momento, así que puedes contar conmigo durante un tiempo para volver a tus números de siempre”.
Ahora que hemos visto qué es el feedback y ejemplos de cómo aplicarlo, queda claro que es más sencillo expresar el positivo. Sin embargo, esto no significa que siempre se haga de forma adecuada. Por ejemplo, no es necesario esperar a que un empleado destaque para ofrecerle un halago. En ocasiones, basta con entender que siempre intenta hacerlo lo mejor que puede. Esto permite mantener la motivación de los trabajadores.
Tampoco es conveniente exagerar en las opiniones positivas, ya que pueden perder credibilidad, del mismo modo que la pierden cuando el discurso es demasiado elaborado. Lo ideal es centrarse en un aspecto en concreto y dar un mensaje al respecto. Además, es interesante aprovechar el halago para acompañarlo de oportunidades de mejora.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, veamos algunos ejemplos de feedback que podemos aplicar en el día a día:
Motiva a tus empleados: “Estamos encantados con tu forma de hacer equipo en la oficina. Tu actitud mejora mucho el departamento”.
Halaga lo positivo, por habitual que sea: “Llevas cinco años en la empresa y sigues mostrando el mismo compromiso que el primer día, rindiendo siempre como esperamos de ti”.
Muestra oportunidades de mejora: “Veo que tienes un talento especial como comercial. ¿Por qué no buscamos alguna formación para que sigas creciendo en la empresa? Nosotros nos encargamos”.
Ve al grano y no exageres el mensaje: “Eres una parte importante de nuestro equipo de ventas, principalmente a la hora de contactar con el cliente a puerta fría. En este sentido, no tenemos a alguien que dé este perfil como tú”.
Demuestra que estás atento a sus logros: “Me han comentado que has conseguido cerrar el proyecto con el cliente internacional. Es un gran logro y demuestra tu capacidad para gestionar proyectos complejos”.
Reconoce el esfuerzo extra: “Aprecio mucho que te hayas quedado hasta tarde esta semana para ayudar con la presentación del cliente. Tu dedicación y compromiso con el equipo no pasan desapercibidos”.
Destaca las mejoras continuas: “He notado una evolución muy positiva en la calidad de tus informes mensuales. La forma en que ahora presentas los datos y las conclusiones hace que sean mucho más útiles para la toma de decisiones”.
Como has podido ver a lo largo del artículo, ofrecer feedback es imprescindible en cualquier trabajo. De hecho, es algo que llevamos a cabo con nuestros proveedores, entre compañeros y que esperamos de nuestros clientes. Además, es una tarea imprescindible entre un superior y su equipo, aunque, en este caso, es mucho mejor si el feedback es bidireccional.
Si tenemos todo esto en cuenta, es fácil comprender que lo más probable es que, en un momento u otro, nos toque darlo o recibirlo. En este sentido, disponer de habilidades como la empatía se convierte en algo esencial, y es que todo resulta en algo tan básico como ese consejo que todos hemos escuchado: “trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti”.
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Publicado originalmente el 18 de mayo de 2022, actualizado el 26 de febrero de 2025
Renninger, L. (s. f.). The secret to giving great feedback [Vídeo]. TED Talks. https://www.ted.com/talks/leeann_renninger_the_secret_to_giving_great_feedback
Harter, B. J. (2023, diciembre 14). A great manager’s most important habit. Gallup.com. https://www.gallup.com/workplace/505370/great-manager-important-habit.aspx
Dictionary.com. (s. f.). Feedback. https://www.dictionary.com/browse/feedback
Crisol Consultores. (s. f.). Meta-learning. https://crisolconsultores.com/meta-learning/
Cerem. (s. f.). ¿Cómo dar un buen feedback (retroalimentación)?. https://www.cerem.es/blog/como-dar-un-buen-feedback-retroalimentacion/