La vida es una continua elección: desde qué ropa te vas a poner a primera hora del día hasta concluir si dejas tu trabajo actual por otra oferta. Y es que, solo en relación con la comida, cada persona toma 200 decisiones a lo largo del día.
Es evidente que hay distintos tipos de decisión, algunas más sencillas y otras más difíciles, con consecuencias serias y duraderas a nivel personal y profesional. Pero, ¿sabes qué hay que hacer para acertar a la hora de tomar decisiones difíciles? Te lo contamos.
Lo cierto es que existen técnicas que pueden ayudarte a tomar decisiones complejas. Una de ellas es el método PROACT, desarrollado por John S. Hammond, Ralph L. Keeney y Howard Raiffa en el libro Decisiones Inteligentes. Según estos autores, hasta las decisiones más difíciles se pueden analizar y resolver si se consideran ocho elementos:
En principio, con los cinco primeros factores —que dan nombre a la metodología (PROACT)— sería suficiente para tomar decisiones difíciles. No obstante, los últimos tres elementos te ayudarán a aclarar las ideas en situaciones de mucha incertidumbre o en aquellos escenarios volátiles o en evolución.
Para definir el mejor proceso para tomar decisiones difíciles, es importante seguir una serie de pasos:
Por ejemplo, puede que tu trabajo sea muy importante para ti, pero también tu familia y amigos, por lo que quizá te plantees una reducción de las horas que pasas en la oficina para poder dedicar más tiempo a tus relaciones personales, o viceversa.
¿Qué hay que hacer en estos casos? Analiza los distintos escenarios que pueden darse y las posibles soluciones a cada uno de ellos. Así, puedes investigar la tasa de ocupación de tu nuevo perfil profesional para reducir la incertidumbre sobre tus probabilidades de encontrar trabajo en un futuro o plantearte la opción de volver a tu antiguo puesto si finalmente no te satisface tu nueva área de actividad.
Como puedes ver, el proceso PROACT es una técnica muy útil para tomar decisiones difíciles. No obstante, es importante ponerla en práctica, ya que se puede aprender y perfeccionar a través de la experiencia. Asimismo, desarrollar habilidades blandas, como la toma de decisiones, resulta fundamental para tu formación personal, y es cada día más necesario a nivel laboral, tanto si buscas un nuevo empleo como si te planteas emprender y desarrollar tu propia idea de negocio.
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